Metamorfosis drag
Yeta abre las puertas del su casa y del mundo de las drag queen en San Francisco. Como una mariposa se muestra ante todos generando un enorme ruido con sus grandes tacos, pelo largo y mucha extravagancia.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Tiemblan los adoquines y crujen las
uniones del pavimento por una marcha que recorre las cuadras entre la plaza
Vélez Sarsfield y el centro de la ciudad. Las banderas con los colores de la
diversidad flamean chocando con la estridencia del sol y los rayos caen
delicadamente en el rojo furioso del pelo de una - para muchos - desconocida
mujer.
El ruido es el de la Marcha del Orgullo que se realizó en noviembre en la ciudad, el crujir del pavimento y los adoquines viene de la firmeza de los tacos de esa chica con el pelo rojizo y ropa ajustada que entremezcla el negro y el rojo.
A su paso, se acercaban amigos pero también chicos y chicas interesados en develar quien era la persona quizás más llamativa de la convocatoria. Muchos la conocían de antes pero para otros era una verdadera sorpresa.
¡Es Yeta Fox! - Dijo alguien por ahí. Y entonces empezamos la búsqueda de esta artista que en realidad se llama Sea y que en su portfolio tiene una varieté de actividades destacadas en torno al arte pero que ahora resalta por su incursión en el mundo de las drag queen.
La verdad es que para muchos Yeta es como salida de un cuento, pero no los de Disney que planteaban fantasías hoy inalcanzables. Es un personaje salido de nuestra ciudad que rompió no solo con su físico sino también con su personalidad esquemas que ni siquiera algunos sabían que existían.
Yeta es tan real como los deseos de las personas que buscan sentirse mejor, vivir nuevas experiencias y sobre todo ser auténticos. Así fue que Sea creó su propio alter ego, una personalidad de una mujer fuerte, con mirada firme y avasallante, esbelta que hace sentir seguridad al más indeciso que la ve pasar.
El mundo del drag se abrió en un lejano siglo XIX pero fue ahora 200 años después que aparece en escena invadiendo a la gente de tanta alegría como preguntas, apareciendo en las calles, sobre las tablas, en la televisión y haciendo sonreír hasta el llanto a muchos con un reality show en Netflix.
Drag Queens se encuentran en todo el planeta pero no todos tienen una Yeta Fox a quien este mundo se le abrió con todo su brillo, esplendor, colores y alegría que buscar contagiar o al menos provocar algo en los otros.
Pasar desapercibida no es una opción para las drag y generar algo en el otro es el objetivo de Yeta
Mi nombre artístico es Sea me conocen así, pero ahora y acá soy Yeta Fox, tengo 25 años y soy de la ciudad. Yeta es el resultado de una búsqueda de algo que me pasa que todo el tiempo donde estoy intentando manifestar mi arte, tengo muchos gusto por distintos tipos de arte y encontré en el drag una forma de unirlas a todas y poder expresarme. Para mí el drag es una manera de romper con ciertos esquemas establecidos, romper con cánones, la monotonía y lo que está considerado como bello, correcto o los roles de género siempre de manera creativa y artística desde el lado del respeto.
Cuando nos abrió las puertas de su casa pudimos atestiguar como cada trazo del maquillaje iba cubriendo la base que ya tenía transformándose sola frente al espejo, en su mundo y propia intimidad. Aun estaba sin su pelo ni tanto maquillaje, después le sumaron sus tacones, las uñas largas, la nariz alargada y su mirada intimidante.
Igual que las mariposas que no se parecen
en nada y se nos muestran siempre de una forma diferente. Los minutos pasaban a
la base del maquillaje se le sumó el labial y las finas líneas que daban forma
a una boca perfecta. Siguieron las cejas fijas y alargadas acompañadas por un
color brillante que las resaltaba y contrastaba con el delineador que contorneó
sus ojos.
Era imposible dejar de mirarla, cada centímetro de su piel se cubrió de maquillaje y a medida que eso sucedía los gestos de nuestra drag queen también aparecían, su alter ego se hacía presente.
Sea quedaba en el fondo y Yeta se posesionaba despacio aunque todavía faltaba para conocerla por completo, solo que lo haría de una forma diferente a como la vieron desfilar en la última Friki Fest, la Marcha del Orgullo o en la Femi Fest, porque nunca la verán igual.
No se repite, la ropa se combina de nuevas formas, el maquillaje cambia según el tono. Lo único intacto es su personalidad porque ahí también está su esencia.
Yeta es una empleada de comercio y artista plástica, siempre me desempeñé como artista en el área del dibujo y la pintura, últimamente estuve trabajando esculturas y ahora en mi propio soporte.Es un proceso que usualmente me lleva tiempo porque ahí es donde encuentro otra de mis pasiones que es el diseño entonces empiezo a buscar un concepto o la temática, ver qué posibilidades tengo o necesito. Voy armándola cuando llega el momento de la verdad la empiezo a transformar con esa base, ese esqueleto que fui construyendo. Yeta es una persona muy perfeccionista, con dramas existenciales porque hasta que no logra lo que quiere no puede salir pero después en el momento sí lo termina disfrutando, le encanta bailar y divertirse.
Como las heroínas del animé y los videojuegos, así quería ser Yeta
Siempre dispuesta a experimentar con distintas formas de arte Sea se dio cuenta que no disfrutaba como siempre en la cotidianeidad de sus días por eso de a poco fue asomando esta incursión en el mundo drag y eso fue un viaje de ida.
La primera vez que Yeta apareció el resultado no era el más esperado por Sea pero siempre se aprende. Aparecieron consejos de YouTube y su hermana que la aconseja con su coquetería. Fue evolucionando - cual Pokemón - y perfeccionando técnicas. S
e trata de una búsqueda incesante dentro de un amplio e inmenso mundo drag porque no hay una forma de ser artísticamente. Hay divas absolutas, otras más reservadas y está Yeta que no se considera ni una ni la otra. A ella le gusta jugar y experimentar ¿A qué? A ser todo. Así lo demostró y por eso muchas personas la buscaban para saludarla, admirar su pelo, la elegancia en su andar
En la Marcha del Orgullo Yeta fue una "peligrosa" celebridad
- ¿Por que ser una drag en San Francisco?
- ¿Por qué no? Me gusta ser la número uno, por ahora soy la primera pero me encantaría que siga creciendo.
Con esa intensidad y también decisión Yeta saltó de las redes sociales y producciones de fotos a la vida real. Como en los dibujos animados. No paró desde entonces de recibir halagos, responder preguntas y causar impacto en otros que es su principal objetivo como artista. Le comentan que es muy linda, les gusta su pelo, la van conociendo con distintas preguntas. Ella es innovación pura y con eso cumple otro de los grandes cometidos de las drag queen que jamás pueden pasar desapercibidas. A Yeta, en particular, no le importa si a las personas les gusta o no lo que ven pero debe causar un impacto, generar algo en los demás y con eso se da por satisfecha. Lógico que por desconocimiento a veces la gente confunde.
Por ahí se confunde con una chica trans o travesti pero lo de ellas es otra realidad, ellas son mujeres y yo soy una artista por eso cuando alguien no puede discernir las cosas también está ese temor de mostrarse pero la idea es ver qué hay más allá de los conceptos de lo que está bien o mal y divertirse un poco más como yo.
Yeta pisó fuerte en cada aparición saltando de las redes a la realidad como en los videojuegos
Yeta para ser tal no se nutre de un solo gusto artístico y tampoco de una inspiración absoluta. Su interés empezó hace tiempo cuando veía a las superheroínas de las serie de animé y los videojuegos. Ella quería verse igual, tener esa expresividad y esa habilidad para cambiar. De a poco se convirtió en una cosplayer transformándose en personajes de ciencia ficción e imprimiéndole su sello.
La influenciaron Saillor Moon, Los Caballeros del Zodíaco, Jem and the Holograms, Pokemón y así llegó a la última Friki Fest desfilando como Kula Diamond, un personaje de un videojuego The King of Fighters.
La gente me miraba y decía quien es. Lo único que hice fue desfilar y esperar la respuesta de la gente y la respuesta de la gente fue buena. Me gusta la metamorfosis, la evolución, jugar a quien querés ser o ser uno mismo pero verse de diferente manera. Hay un poco de temor por cómo lo puede recibir el otro, a mí me hace bien sea positiva o negativa tener una respuesta pero también hay que tener coraje para enfrentarse así pero bueno así hacen los personajes, porque no puedo hacerlo yo.
De repente la vimos pasar. Iba caminando sobre esos tacos que hacían el mismo ruido que en la calle. Iba desafiante, elegante, avasallante aunque cuando se dio vuelta solo sonrió cálidamente. Se convirtió en una gran drag queen, se había completado la metamorfosis.