Martina, la docente que juega y crea con palabras
Para Martina Cejas (22), la escritura es un escape, pero esas vivencias y anécdotas se convirtieron en un "minilibro", como ella lo define, bajo el nombre "Amores delirantes - palabras silenciosas".Sin ser escritora profesional, esta profesora de Nivel Inicial recientemente egresada, buscó en la escritura la posibilidad de jugar con las palabras y crear un mundo entero.
- ¿Cuándo comenzaste a escribir?
Empecé a los 11 años aproximadamente. Al principio eran palabras sueltas que después las complejizaba en oraciones hasta terminar en escritos más profundos. En ese tiempo, solo eran vivencias o anécdotas puestas en palabras.
- ¿Cómo nace tu libro?
Cuando era más chica me gustaba escribir en un cuadernillo todos mis pensamientos y emociones como si fuese un diario íntimo. En ningún momento se me ocurrió escribir un libro porque estaba hablando de lo que yo sentía y por lo que estaba transitando en mi cotidianeidad, entonces era como muy personal. Con los años, ya me animé a mostrar esto a mis amigos y fueron ellos quienes me incentivaron a que vuelque todas esas notas de cuadernillo a algo más grande como lo es un libro. Y así es como fui armándolo y terminé en esta edición de autor.
- ¿Cómo fue el proceso de escritura?
Todos los escritos nacieron y nacen de algún sentimiento o emoción. Personalmente es muy gratificante saber que, aunque uno pase por diferentes estados de ánimo, los demás pueden sentirse identificados a lo largo de su vida. Al fin y al cabo somos seres humanos y constantemente estamos pasando por situaciones que nos conmueven y nos transforman en el día a día. Siempre fui partidaria de que las palabras tienen un peso demasiado grande en las personas, y es por esto que entrego al mundo mis palabras para seguir conectando con más personas y compartir algo que me apasiona hacer: escribir.
- ¿Por qué "Amores delirantes - palabras silenciosas"?
Este mini libro, me gusta llamarlo así, trata de gritar y soltar todos esos sentimientos, emociones, vivencias, y algunas que otras experiencias, de esos amores delirantes que te marcan para toda la vida. Cuando hablo de amores no me refiero solo al amor de una pareja, sino familiar o de una amistad.
"Cuando un docente lee a un niño le está abriendo una puerta al mundo sobre los libros, la lectura y a la imaginación". (Fotos: Manuel Ruiz)
- ¿Cuáles son los límites que te pusiste en ese decir al volcarlo en el papel?
Yo no soy escritora profesional, y tampoco hice cursos o participé en concursos de escritura.
La razón por la que escribí un libro es porque me gusta escribir y sobre todo, porque me gusta compartir cosas con la gente.
Lo veo como un proyecto personal, como un desafío en el que me enfrento a mí misma y que en reiteradas ocasiones me hace llegar a un límite, lo que lo convierte en un hermoso proceso de autoaprendizaje.
Escribir un libro tiene muchas cosas positivas, la capacidad de asimilar las críticas, salir de tu zona de confort, a organizar el tiempo, y sobre todo, te hace crecer como persona.
- ¿Hay algún momento en que dudaste de materializar tus escritos?
Lo diferente siempre viene acompañado de la duda y la incertidumbre de no saber qué puede pasar. Y sí... dudé en convertir mis "notas" en un libro porque es como contarle al mundo quien soy y mis sentimientos. Era soltar eso que yo venía construyendo en silencio por tantos años.
"La lectura es un hábito que se debe ejercitar desde muy temprana edad para fomentar el interés, despertar la curiosidad y ampliar la mirada", afirmó la recién recibida como profesora de Nivel Inicial.
Decir y enseñar
- ¿Cuál es tu objetivo como escritora?
El primer objetivo fue poner en palabras aquellas emociones y sentimientos en las diversas formas de sentir. Y en segundo lugar, pero no menos importante, crear un libro que no entienda de género para que los lectores se sientan identificados en lo que leen, y en cierto punto, se sientan acompañados.
- También sos profesora de nivel inicial. ¿Cómo se conjugan la maestra y la escritora?
Soy profesora recién recibida (2020). Hay algo muy loco en esta relación maestra y escritora. La escritura la percibo como una dinámica totalmente lúdica en la que uno mismo puede jugar con las palabras y crear un mundo entero si quisiera. Y ser profesora de Nivel Inicial también es eso, es estar inmersa en un mundo de fantasía, en donde podes dejar volar tu imaginación y volver a ser como un niño.
- ¿Qué valor tiene la lectura y la escritura para un niño?
Como docente el valor y el peso que tiene es extraordinario porque tiende a desarrollar capacidades creadoras, la autonomía y confianza en sí mismos. También fomenta la sensibilidad ante las diversas situaciones y la comunicación. Es por eso que, cuando un docente lee a un niño le está abriendo una puerta al mundo sobre los libros, la lectura y a la imaginación.
- ¿Y en un adolescente?
La lectura es un hábito que se debe ejercitar desde muy temprana edad para fomentar el interés, despertar la curiosidad y ampliar la mirada.
El valor puede que no sea el mismo que hace muchos años atrás. Aunque la lectura y la escritura como tal se encuentren en un segundo plano, a su vez, siguen estando presente en los medios de comunicación.
- Los niños, ¿Comprenden lo que leen?
Hoy en día los docentes hacemos muchísimo hincapié en la comprensión lectora. Estamos más preparados y existe infinidad de materiales para poder trabajarlo, y esto es lo que se ve reflejado en los niños actualmente.
A su vez, los niños al estar vinculados con las tecnologías, en varias ocasiones, son ellos mismos quienes despiertan sus propias curiosidades y desarrollan capacidades mentales: memoria, lenguaje, imaginación, entre otras que luego pueden llegar a retomarse y compartir en las salas y/o aulas.
- Sin embargo, hay falta de lectura. Los chicos están lejos de los libros...
Entiendo a la lectura como un círculo vicioso: escuchas, aprendes, enseñas. El acto de leer influye en los procesos de aprendizajes y también enriquece nuevos conocimientos debido a que en todo momento estamos en contacto con información. Algunas de nuestro agrado y otras tal vez no.
Me convence pensar que la falta de lectura nos va quitando poco a poco algunas capacidades y oportunidades en la vida, y va creando una especie de marionetas que se convierten en personas que no son capaces de valerse por sí misma, que no pueden ser críticos y autónomos.
Recuerdo una frase que nos dice en reiteradas situaciones mi papá: "El saber no ocupa lugar". Seguro se preguntarán, por qué la traigo en este momento y, es porque personalmente pienso que el saber no ocupa lugar, sino que nos da la posibilidad de ser menos ignorantes.
- Sos de la nueva generación de docentes... ¿que llevas al aula? ¿como es tu enseñanza?
Al aula llevo mi responsabilidad, mi compromiso, la curiosidad, la motivación, el sentido del humor, dinamismo y por sobre todas las cosas, la predisposición de aprender y seguir creciendo. Llevo la ilusión de compartir mi mejor versión.
Un docente tiene que ser capaz de volver a su niño interior. Que sea capaz de estar a su altura para dejar volar la imaginación, para motivar e inspirar. Ser docente es la oportunidad de escuchar a los estudiantes, emocionarte con sus aprendizajes, creer en sus capacidades, saber y aceptar que son diferentes, especiales y únicos. Es recibir y dar abrazos, arrodillarse para ponerte a su altura y poder mirarlo a los ojos, hablar, reflexionar y vivir a diario con cada una de sus emociones. En definitiva, ser docente es un aprendizaje constante que no deja de sorprenderme y enamorarme cada día.
Mi enseñanza es dinámica, creativa, curiosa, inquietante, innovadora, y sobre todo desde la pasión, el amor y la dedicación.
- ¿Qué cosas se deben deconstruir en los chicos para formar una masa crítica en las nuevas generaciones?
En las nuevas generaciones podemos observar como muchos niños enseñan a los adultos muchas experiencias o vivencias desde la naturalidad misma, mientras que nosotros seguimos enfocados en estructuras del pasado.
La educación es el principio de todo. Es la esperanza, es el futuro. Enseñar y aprender a convivir entorno a los valores básicos como el respeto, la igualdad y la tolerancia. Afianzar la cultura del esfuerzo, a trabajar en equipo. Desde el lado de vista pedagógico, hay que seguir fomentando la autonomía, ampliar las miradas, enseñar a dudar, interrogar, proponer actividades que promuevan el conocimiento y la curiosidad, generar debates para lograr individuos más críticos. Que las nuevas generaciones sean capaces de tomar decisiones responsables, y tengan un mejor posicionamiento ante diferentes situaciones
- ¿Quién es Martina Cejas?
Es una chica de 22 años, profesora de educación inicial y escritora por hobbies. Sus dos pasiones más grandes son la enseñanza y la escritura. Es demasiado sensible y fuerte a la vez. Es de dar mensajes optimistas sin importar la situación, de regalar sonrisas, y brindar amor desinteresado.
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