Malvinas: La Haya abrió una puerta
Un fallo de la Corte Internacional de Justicia activó los canales diplomáticos de la Argentina, para insistir en el reclamo por la soberanía de las islas. A partir de ahora, un nuevo antecedente se agrega a la lucha diplomática por el territorio austral.
Un fallo de la Corte Internacional de Justicia sobre el caso del archipiélago de Chagos, en el Océano Índico, que estuvo bajo dominio británico activó los canales diplomáticos de la Argentina para insistir en el reclamo en los foros internacionales por la soberanía de las islas Malvinas. En efecto, el tribunal internacional emitió una opinión no vinculante sobre la separación, en 1965, del Archipiélago de Chagos de las Islas Mauricio. Esta Opinión Consultiva fue solicitada en 2017 por la Asamblea General de la ONU y finalmente falló en favor de Mauricio. Gran Bretaña no cedió a este país la isla cuando se produjo el proceso de la independencia y la alquiló a los Estados Unidos para que se erigiera una base militar que todavía opera. Pero lo más grave es que en aquella ocasión, la población original de Chagos fue expulsada de su territorio.
Pasaron poco más de 50 años y la Corte Internacional ha sentado un precedente que debe ser incorporado a los ya sobrados argumentos para reclamar la soberanía argentina en las Islas Malvinas. Como en el caso de Chagos y tal como lo ha señalado el tribunal de La Haya, existió una situación de desmembramiento territorial: los habitantes del archipiélago fueron trasladados contra su voluntad. Lo mismo ocurrió en Malvinas en 1833, hecho que ha formado parte recurrente de las exigencias de nuestro país frente a la vocación colonial hoy perecida de Gran Bretaña.
La Corte destacó el carácter vinculante de los principios de la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, que habla sobre la descolonización. Esta norma de la ONU ratifica el principio de integridad territorial y la libre determinación. La sentencia evoca además que la libre determinación no es aplicable en los casos de poblaciones que no constituyen "pueblos" titulares de ese derecho. Además del apoyo dado a Islas Mauricio, Argentina patrocinó -en 2017- la Resolución de la Asamblea General que solicitó esta Opinión Consultiva, e intervino a través de nuestra Cancillería en las instancias pertinentes de este procedimiento ante la Corte Internacional de Justicia, en aplicación de lineamientos de una política de Estado sobre la cuestión de las Islas Malvinas.
La reacción en el Reino Unido ha sido de sorpresa primero, disgusto después y, más tarde, abrió un debate áspero entre las fuerzas políticas. Este país se halla en medio del tembladeral que significó el Brexit. En este contexto, una de las razones por las cuales Gran Bretaña pretende salir de la Unión Europea es que no quiere "ser colonia" del viejo continente. Una añeja y perimida potencia colonial, sin embargo, se empecina en mantener su estatus. En efecto, el ex secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido -lo fue entre 2016 y 2018-, Boris Johnson, afirmó refiriéndose al Brexit que hoy "ningún país desea ser colonia". Y los defensores de la postura de los chagosianos en La Haya tomaron esta declaración y lo demolieron: "El Reino Unido no desea ser una colonia, sin embargo, se encuentra ante este tribunal para defender un estatus como colonizador de otros", afirmaron.
En este marco, la Cancillería argentina expresó que la opinión consultiva de Chagos "tiene relevancia para la cuestión de las Islas Malvinas por tratarse de una situación de desmembramiento territorial, y referirse a principios que son fundamentales en el reclamo sobre nuestras Islas". A partir de ahora, un nuevo antecedente se agrega a la lucha diplomática por la soberanía en el irredento territorio austral. La Haya abrió una nueva puerta.