"Lucifer" hundió a Roma en una ola de calor récord en medio del estado de emergencia por sequía
Temperaturas mayores a 40 grados causaron la declaración de "alerta roja".
Con temperaturas mayores a 40 grados en medio de una ola de calor récord que provocó la declaración de "alerta roja" por lo menos hasta la noche del sábado en 26 ciudades italianas, los turistas y habitantes de Roma apelan a ocurrencias de todo tipo para soportar el infierno terrenal en el que, más allá de la presencia del Vaticano, se transformó en estos días la "ciudad eterna".
El peligro de cortes de luz diarios rotativos de ocho horas anunciados por el "estado de emergencia" declarado en el lago Bracciano, la principal fuente de agua de la ciudad, y el cierre alternado en grupos de 30 cada 24 horas de los famosos bebederos públicos para ahorrar agua en medio de una sequía que ya causó más de 2.000 millones de euros de pérdidas en todo el país, completan el árido escenario.
Para colmo, una de las dos líneas de subte de la ciudad está cerrada en la mitad de su recorrido y fue reemplazada por un sistema de buses hasta final de agosto, lo que condiciona el movimiento de turistas.
Ese es el panorama con el que Maximiliano Rodríguez, de 33 años y oriundo de Quilmes, llegó esta semana a la capital italiana para hacer turismo.
Rodríguez decidió viajar a pesar de haber recibido advertencias de que llegaría a Roma desde el norte de África el anticiclón "Lucifer", que esta semana provocó la declaración de "alerta roja" por parte del ministerio de Salud en 26 ciudades de todo el país.
"Es difícil, sobretodo por la humedad, pero hay que buscar alternativas para recorrer Roma y no morir en el intento", le dijo a Télam momentos después de concluir su visita a la Basílica de San Pedro. "Tuve que llegar a las 8 de la mañana, cuando todavía no están los grandes grupos de turistas. Aunque los bebederos de los alrededores de la Plaza San Pedro ayudan mucho", acotó.
Las tradicionales y pequeñas fuentes instaladas en las cercanías de los puntos turísticos son las pocas que no entraron dentro del plan de racionalización que dispuso la comuna ante una sequía que hace que la mayoría de los romanos se haya olvidado de lo que es la lluvia.
En el Vaticano, los bebedores permanecen abiertos, pero no las fuentes en "solidaridad con la sequía que enfrenta Roma". El propio papa Francisco dispuso que las dos fuentes del siglo XVII que embellecen la plaza vaticana estuvieran sin agua hasta nuevo aviso.
En el resto de la ciudad, el gobierno local dispuso el cierre rotativo de 30 bebederos cada día. Así, los vendedores ambulantes de agua a un euro la botella de medio litro tienen estos días casi el mismo éxito que los que ofrecen rosarios y estampas con la cara del papa Francisco que cada jornada atraen miles de visitantes.
Rodríguez también estuvo en el Coliseo y sus alrededores, donde además de las imponentes medidas de seguridad habituales se encontró con una larga fila de buses de los que bajaba una legión sin fin de personas, en medio del "ferragosto", como se conoce al período vacacional italiano por excelencia durante el mes en curso.
Un obstáculo con el que se encuentran hoy turistas y romanos es la interrupción de una de las dos líneas de subte que tiene la ciudad, desde la estación Termini, una especie de Retiro por las conexiones de viajes que permite.
A pocos metros del Vaticano, Samuele Carbonari mira el reloj y cuenta los minutos que pasaron desde que le tendría que haber vuelto la luz. Como si el calor y la amenaza del racionamiento de agua no bastaran, un inmenso bloque de más de 20 manzanas pegadas a la Basílica de San Pedro resisten el día más caluroso del año sin corriente eléctrica.
"Era un corte programado hasta las 15.30 locales (10.30 horario argentino) pero pasaron tres horas y aún no tenemos novedades", le dice a Télam Carbonari, apostado sobre la puerta de su casa en la Via delle Fornaci mientras el termómetro marca 37 grados a las 19 horas, en una jornada que comenzó con 31 grados antes de las 9.
Desde el centro meteorológico Epson Meteo explicaron a través de un comunicado que "el pico de la ola de calor será alcanzado entre este jueves y los primeros días de la semana próxima y en muchos casos se superarán los récords históricos para el mes de agosto".
Sobre la misma calle, y pese a desembocar directo en una de las entradas al Vaticano, no tuvo ningún tipo de ayuda Alesse, una jubilada de 80 años a la que los tres pisos en escalera hacia su casa se le hicieron una eternidad sin el ascensor.
"En la calle encima el calor es insoportable", dijo Alesse, arrepentida por haber salido "en hora pico" a pesar de las recomendaciones contrarias, que entre otras precauciones para adultos mayores, niños y embarazadas hace en su página web el ministerio de Salud italiano.
Salud declaró la "alerta roja" hasta la noche del sábado en 26 de las 27 ciudades que monitorea a diario, desde la siciliana Palermo hasta Bolzano, en la frontera con Austria. (Télam)