Los taxistas celebran su día con el sueño del museo propio
En San Francisco circulan 30 autos habilitados como taxis, una labor que data de la primera década del siglo XX. A largo plazo, esperan poder conseguir un espacio propio donde guardar aquellos viejos tesoros de un oficio que abrazan.
Cada 7 de mayo se celebra el Día de los Peones de Taxi en todo el país, una profesión que tuvo su primer convenio colectivo de trabajo formal en la Argentina en 1950 y coincide con el natalicio de Eva Duarte de Perón.
Son los protagonistas de una dinámica sin pausa. En San Francisco existen alrededor de 30 vehículos que están habilitados por el municipio para circular como taxis y atrás de cada uno de ellos se esconden historias, anécdotas y un sueño en común, el de crear un museo dedicado a este oficio.
Uno que incluya también testimonios y viejos objetos que caracterizaron al rubro a lo largo del tiempo.
Cuando los primeros taxis se hicieron visibles en la ciudad, aun daban vuelta los cocheros que eran un tipo de servicio de tracción a sangre que marcó toda una época para el país.
Sin embargo, entrado el siglo XX, allá por su segunda década, poco a poco fueron popularizándose los taxis como servicio que se popularizó y una vez que se instaló, fue calando hondo en la memoria nacional y local.
Los protagonistas de un movimiento incansable que empieza y termina muchas veces por día
En San Francisco, por ejemplo, es imposible pensar en la Estación Terminal de Ómnibus sin un taxi porque ellos son los que las 24 horas de los 7 días de la semana están apostados esperando llevar a su casa a quienes arriban
"Nuestra
agencia es el perímetro de la Terminal, estuvimos siempre ahí. Los sanatorios
tienen también sus carteles que indican que es un espacio para la parada, pero
en general, y aunque no estamos todos juntos, esperamos llevar a los pasajeros
que llegan a la ciudad", explicó a LA
VOZ DE SAN JUSTO Juan Carlos Peñaloza, que tiene 13 años en el oficio.
Un sueño colectivo
Entre los anhelos de los taxistas está el de tener un espacio propio para desarrollar el proyecto de creación de un museo donde la gente pueda conocer como el rubro creció en la ciudad.
"Pueden ser documentos, autos antiguos, fotos que incluso he visto de taxis con el volante hacia la derecha y el sentido de las calles cambiado. Los testimonios y cualquier objeto antiguo también queremos incluirlos cuando podamos desarrollar este proyecto", expresó Peñaloza.
Aunque comenzaron a circular a principios del siglo XX con la llegada de los autos, la ordenanza que les exige permisos especiales para andar recién fue sancionada en 1981
Oficio sin género
Rescatar la historia del crecimiento de los
taxistas en la ciudad es importante para quienes están en este oficio dado que
tiene muchos años en vigencia, y su rol no es el de ser simples conductores,
sino que más de una vez también han servido de apoyo para los pasajeros. "Los taxistas somos una parte importante para
nuestra comunidad, somos los que llevamos a otros vecinos a sus trabajos o a
sus casas cuando llegan de viaje. Para nosotros no hay feriados y por eso
muchas veces nos convertimos en amigos ocasionales para las personas a las que
llevamos a bordo", señaló el chofer al describir otras cosas que suceden cada
vez que alguien se sube al auto. Generalmente, la labor de los taxistas está
asociada con los hombres, pero San Francisco tiene como particularidad ser
semillero de mujeres que se animaron a manejar para llevar a otros a un destino
a cambio de dinero. Por este tipo de situaciones, a muchos
sanfrancisqueños no les parece raro que sea una dama la que los lleve a
destino. Según detalló Peñaloza, entre las más recordadas
están Silvia Vidal con 10 años frente al volante llevando a cabo este trabajo,
y Graciela Palaseci que durante 5 años recorrió las calles de la ciudad. Los hombres, propio de las condiciones sociales
y culturales de la época, siempre fueron los que mayor protagonismo tuvieron al
momento de sentarse en el auto y convertirlo en taxi. Y lo han hecho durante
décadas enteras, algunos incluso ya han fallecido. Por citar algunos, el
entrevistado mencionó a Walter Galetto que estuvo 52 años recorriendo las
calles, y de cerca lo siguen Adolfo Scocco y Héctor Calloni, con 45 años cada
uno. Cada conductor y conductora de taxis atesora intensas experiencias y miles de anécdotas
La aparición del taxi
De acuerdo a los datos recabados a través de Arturo Bienedell, presidente de la Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico de la Ciudad y la Región (AGM), los antecesores directos de los taxis fueron los llamados cocheros, que en la década del '20 fueron reemplazados por automotores.
Desde que la industria automotriz cobró fuerza en el país y también en San Francisco, taxistas y cocheros convivieron brindando servicios al mismo tiempo hasta la década del ´70.
La convivencia no fue normal, sino que incluso por disconformidades de competencia, durante la intendencia de Tristán Paz Casas se llevó a cabo un día de paro por parte de los cocheros de Plaza para demandar un aumento en las tarifas y nuevos lugares de estacionamiento.
En aquellos años, los viajes de 10 cuadras con una sola persona a bordo podían hacerse por 0,50 centavos y $1 cuando eran más. También se aprovechaban los días festivos para realizar paseos con una hora de duración que oscilaban entre $1,50 y $2.
Para facilitar el trabajo de todos los taxistas, podían tener paradas en las veredas contra el terreno del ferrocarril y también en los bulevares 9 de Julio y 25 de Mayo.
Recién en 1981 la municipalidad registró la primera ordenanza (Nº 2213) por medio de la cual se regulaba la actividad exigiéndoseles a los trabajadores que tuvieran un registro y habilitación especial.
Un siglo de derechos
La historia marca el nacimiento del Sindicato de Peones de Taxis en el país el 7 de mayo de 1950, el mismo día en que se recuerda el natalicio de Eva Duarte de Perón.
Ese día es recordado como un logro para quienes eran empleados de quienes "ponen" el auto para trabajar de taxi, ya que aquella jornada se firmó el primer convenio colectivo de trabajo que los protegía laboralmente, todo con la presencia de la entonces primera dama.