Los primeros en llegar al barrio
Muchos vecinos de San Francisco eligieron construir su casa en los nuevos loteos que corrieron el ejido de la ciudad, ampliándolo sobre todo, hacia el punto norte. Nace una familia, nace un barrio.
Este es el caso de Anabela Ponce y su marido David Lescano que formaron una familia junto a su hija Carola que fue creciendo al ritmo del sueño de la casa propia. Y lo materializaron en Quintas de Plaza, en Plaza San Francisco.
Mariana Bernarte y Martín Schiavone, junto a su pequeña hija Delfina y su mascota, fueron los primeros en habitar el nuevo barrio de Villa Golf. Nace una familia, nace un barrio.
Anabela
con la pequeña Carola en su casa de Quintas de Plaza
"¿Vendrá alguien a vivir acá o me quedaré sola?", se preguntaba Anabela, de 32 años, quien junto a David, de 37, fueron beneficiados con el crédito hipotecario Procrear en octubre de 2013 y así pudieron edificar.
Con la ilusión de instalarse en la casa propia -ya que Anabela y David vivieron en distintas localidades por el trabajo de él como camionero-, comenzaron a buscar un terreno acorde las necesidades y a la posibilidad económica que le permitió el crédito.
"Buscamos por distintos lugares. En San Francisco, preguntamos en algunos barrios y no nos alcanzaba los fondos entregados. Buscamos en barrio 9 de Septiembre, en mi antiguo barrio Sarmiento pero no podíamos solventarlo y además nos gusta mucho la naturaleza, ya que por el trabajo de David ya habíamos vivido en zona rural y nos gustaba", contó Anabela.
Así, la pareja comenzó la búsqueda de lo que sería el futuro hogar de la familia que completan con Carola, de 6 años, y sus mascotas.
"Encontramos en Quintas de Plaza la posibilidad de un terreno a precio y con escritura, que era otra de las condiciones que tenía Procrear. A esto se sumó que era un hermoso lugar, verde y natural", confió la mujer.
En abril de 2014, la familia se trasladó a su flamante vivienda. Con David se convirtieron en la cuarta familia que habitaba el nuevo loteo perteneciente a barrio Plaza San Francisco. "No era conocido el lugar, es alejado y no a todos les gusta estar lejos de San Francisco", señaló la entrevistada.
La mujer guarda celosamente una carpeta donde están todas las facturas y gastos de la obra de su casa pero principalmente, el folleto que los llevó a invertir en Quintas de Plaza. "Era nuestra oportunidad", afirmó.
Anabela es ama de casa y se dedica a la crianza de su hija, pero pasa gran parte del tiempo sola por la labor de su esposo. "Al principio me preguntaba: `¿Vendrá alguien a vivir acá o me quedaré sola?. Miraba para todos lados y había obras avanzadas pero poco. De hecho, cuando empezamos a construir, al horizonte se veía el hogar de ancianos Diehl de Sienra. Hoy, ya está todo cubierto".
"Actualmente Quintas de Plaza cuenta con cinco manzanas disponibles para edificar y se habilitaron tres más. Son diez en total", explicó Anabela.
"Vivir aquí con mi familia es una mezcla de amor a la naturaleza pero también cumplir con el deseo de tener mi propia casa y lo que le vamos a dejar a Carola", reflexionó.
"Esta era la oportunidad de nuestras vidas y poco a poco nos acostumbramos. Estamos felices porque esto es nuestro. Hay que animarse. La vida no pasa solo por vivir en el casco de la locura, como llamo a la ciudad", concluyó.
Los Schiavoni Bernarte fueron los primeros en habitar Villa Golf
Martín Schiavoni, de 39 años; Mariana Bernarte, de 33, Delfina, de 21 meses y su perrita salchicha Olivia, fueron la primera familia que habitó Villa Golf. Ellos llegaron en 2015 con la ilusión materializada en la vivienda propia y sueños que no se detienen.
"Tenemos que poblar el barrio", dijo Martín mientras acariciaba el vientre de Mariana. Su esposa está embarazada de tres meses y pareciera que un varoncito sería el próximo vecino de Villa Golf.
Remontar barriletes, andar en bicicleta. "Si no se duerme, vamos a ver el caballo del vecino o los teros", remarcó Mariana. Para la crianza de Delfina, parece que la naturaleza es una feliz compañía.
Martín y Mariana eligieron comprar su terreno para construir su casa en 2011, cuando no era más que un campo verde por ser explotado. "Gracias a mi hermano que conocía los desarrollistas del loteo, pudimos acceder a ellos. En ese momento no estaban ni las calles abiertas".
En 2012, Martín y Mariana contrajeron matrimonio y vivían en una vivienda que alquilaban. "Hay dos razones por las que este tenía que ser nuestro lugar. Primero, por la cantidad de metros del loteo y su precio; y segundo, me crié por calle Italia, muy cerca del campo y eso me hizo pensar que era lo que quería para mis hijos. Lo quería replicar en ellos y lo pude hacer".
Con gran esfuerzo, la pareja comenzó a comprar los materiales de construcción y en julio 2014 empezaron a edificar. Para el 1 de abril de 2015, ya estaban viviendo en Villa Golf pero eran los únicos en todo el loteo.
"Nos costó mucho adaptarnos a este lugar. Teníamos un poco de miedo porque no teníamos portón y se podía acceder a la casa fácilmente", rememoraron.
"Los únicos vecinos que teníamos eran los chicos que se acercaban a la escuela de fútbol del Proyecto Crecer. La pregunta de cuándo se iban a mudar los que estaban construyendo frente a casa era una constante", dijo Mariana
A los cuatro meses de llegar al loteo, los vecinos se instalaron. "Antes de que se muden, cada vez que venían a la obra nos cruzábamos y le preguntábamos cuándo ya se instalaban", recordó Martín.
Hoy "calculo que hay unas diez familias viviendo en el barrio y hay aproximadamente 300 lotes".
Para Mariana, que es psicóloga, "somos pocos pero tenemos grupo de WhatsApp y de Facebook. Los usamos para ayudarnos entre todos: si hay un corte de luz; si alguien dejó abierto un portón; entre otros. Hay buena convivencia entre vecinos".
"Tenemos muchas necesidades como por ejemplo el cuidado de los espacios verdes y el mantenimiento de las calles", explicó Martín.
"Ya nos apropiamos del loteo, es nuestra casa. Como somos los primeros muchos vienen a consultarnos cómo es vivir acá y a todos les decimos que es la oportunidad de poder tener la casa propia", concluyó Martín.