Los "más aislados” en San Justo: alrededor de mil cumplen la cuarentena tras viaje al exterior
Según un relevamiento realizado por LA VOZ DE SAN JUSTO en las cinco ciudades del departamento y en los pueblos que superan los 3.000 habitantes, son unos 1059 los que están aislados tras haber viajado a zonas de riesgo. ¿Cómo se realiza el control?.
Por Vanina Panero | LVSJ
Si bien todos los argentinos tenemos que cumplir el aislamiento social preventivo obligatorio para evitar la propagación del coronavirus, los primeros en hacerlo fueron los que llegaron de viaje del exterior, quienes no están contemplados en ninguna excepción del decreto nacional, y tampoco pueden salir a abastecerse de productos esenciales como son los alimentos y medicamentos.
En el departamento San Justo son más de mil los que están en esta condición y son controlados diariamente por personal de salud y seguridad para evitar que, en caso de presentar síntomas, pueda ingresar o avanzar el coronavirus en los pueblos.
Según un relevamiento realizado por LA VOZ DE SAN JUSTO en las cinco ciudades del departamento y en los pueblos que superan los 3.000 habitantes, son unos 1059 los que están aislados por haber estado en zonas de riesgo o haber viajado al exterior.
En San Francisco se registra el número más alto (480), seguido por Las Varillas donde los aislados ascienden a 150. En Morteros y Brinkmann, un promedio de 90, siendo que en Arroyito son 32.
En algunos casos está contemplado el caso de pasajeros que están por llegar, como en Freyre y Devoto que son 4 en cada pueblo. En otros, como Arroyito y Brinkmann se deben sumar dos, siendo que quedaron varados en distintas partes del mundo como consecuencia del cierre de fronteras, dispuesto por el presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Los vecinos, "el mejor control"
En todos los casos, quienes realizan la cuarentena tienen un seguimiento diario. Los centros de salud y hospitales de cada pueblo se comunican telefónicamente para reportar la presencia de síntomas. Por otro lado, la policía junto a Bomberos Voluntarios e inspectores de tránsito recorren los domicilios para constatar que se cumpla el aislamiento.
No obstante, "el mejor control son los vecinos". Así lo manifestó el intendente brinkmanense Gustavo Tevez quien aseguró que "en cada barrio se sabe quienes son los que llegaron de viaje y están atentos a los movimientos".
Cabe señalar que en esta ciudad se registró el segundo caso de coronavirus del departamento San Justo, detrás del "paciente cero" de Morteros. También hay uno sospechoso que espera los resultados de los análisis, pero ambos fueron dados de alta y siguen la cuarentena en sus domicilios.
"El hecho de que haya un caso positivo hace que la gente tome más precauciones", expresó el mandatario municipal.
No obstante aseguró que "lo importante es que todos cumplen el aislamiento. "Hay muy buena predisposición de todas las personas que llegaron de viaje para cumplir la cuarentena".
En este sentido manifestó que "sólo hubo un joven que la rompió y fue denunciado por los vecinos, por lo que ya toda la familia está siendo monitoreada y el infractor tiene un expediente penal en marcha".
Finalmente aclaró que "más allá de que en estos pueblos nos conocemos todos, hay un decreto presidencial que establece que no se pueden dar a conocer los nombres de las personas que hayan regresado del exterior, ni siquiera en caso de que sean positivos de coronavirus".
Julio es uno de los 82 brinkmanenses que
cumple la cuarentena estricta en su hogar, tras haber regresado de un crucero
que recorrió Brasil y Uruguay. Este lunes cumplirá los 14 días de aislamiento
preventivo y volverá a su trabajo, siendo que es empleado del rubro
alimenticio. "Se que nuestros compañeros nos van a
mirar de reojo, porque estuvimos en el exterior y seguramente van a pedirnos
distancia", manifestó el brinkmanense al referirse a él y sus otros tres compañeros
que viajaron junto a él. Rescatando lo positivo de esta situación,
Julio dijo que "todos estamos bien, no tenemos síntomas y ahora la cosa es para
todos iguales, siendo que nosotros también vamos a tomar nuestros recaudos ya
que no todos debemos cumplir la cuarentena obligatoria". Julio viajó el 7 de marzo y regresó a la
ciudad del 16. En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO contó que "llegamos a la
madrugada por lo que los vecinos no nos vieron, pero todos saben que viajamos y
están atentos a que se cumpla el aislamiento". Aseguró que "eso molesta" ya que "ni bien
viajamos del barco nos subimos a un auto particular y nos metimos dentro de
casa". Julio hace la cuarentena junto a uno de sus tres amigos viajeros, que se
quedó con él para evitar que toda la familia tuviera que someterse a la misma,
siendo que cuando llegaron aún no estaba dispuesta la medida nacional. "Estamos aislados de todo, pero por
prevención sabemos que tenemos que hacerlo. Vemos a nuestros familiares pasar
por la ventana y nos saludamos desde ahí", sostuvo. Consultado si en algún momento tuvieron
miedo de contraer la enfermedad, Julio dijo que "el miedo siempre está pero
también la tranquilidad de que en ese caso estamos guardados y no contagiamos a
nadie". El estigma de los viajeros: "La semana que viene vuelvo al trabajo y me van a mirar de reojo"