Los kioscos buscan alternativas para sobrevivir a la caída del consumo
El consumo de golosinas cayó un 13,5% en los últimos cinco años. Según se detalla en un reciente estudio, pasó de 3,9 kilos anuales per cápita a 3,2. La situación obligó a estos comercios a "reconvertirse".
El panorama en los kioscos de todo el país no escapa al contexto general. En 2015 se podían contabilizar 120.000 kioscos en todo el territorio nacional y en 2018 cerró casi una cuarta parte. La Unión de Kiosqueros de la República Argentina (Ukra) asegura que cerraron 28.000 comercios en todo el país en los últimos tres años. Los datos surgen de una investigación propia y de empresas proveedoras.
En San Francisco no hay datos puntuales de cuántos de estos negocios pudieron haber bajado la persiana en todo este tiempo, aunque sí quienes los manejan hablan de un difícil momento que los obliga a "reconvertirse" para poder seguir con sus puertas abiertas.
A esto se le suma que el consumo de golosinas de los argentinos cayó un 13,5 % en los últimos cinco años al pasar de los 3,9 kilos per cápita anuales en 2013 a los 3,2 kilos por habitante en 2018, de acuerdo a un relevamiento difundido este fin de semana por la Asociación de Distribuidores de Golosinas y Galletitas.
Los
kiosqueros obligados a reconvertirse en medio de la crisis
La mirada local
Los kiosqueros de nuestra ciudad coinciden en que debieron agregar más productos a la venta reconociendo que con las golosinas y los cigarrillos, sus caballitos de batalla, no alcanza para sostenerse económicamente. Aunque sean "mini", muchos ofrecen como a lo "maxi" agregando en su oferta bebidas frescas y sándwiches y ampliando además la venta de colecciones de todo tipo que traen consigo los diarios y revistas: desde libros a personajes en miniatura de todo tipo. En este caso, cada fascículo o elemento coleccionable tiene un costo que oscila entre los 300 y los 600 pesos, lo que brinda un margen de ganancia interesante al comerciante, indicaron desde los negocios consultados.
"Empecé con el kiosco en el año 1962 y es lógico que en esa época el kiosco era totalmente diferente", recordó Rodolfo Bazán, uno de los precursores en la actividad kiosquera en la ciudad, con 54 años de experiencia en el rubro.
El comerciante, ubicado sobre bulevar 25 de Mayo a metros del pasaje Lisandro de la Torre, agregó que la crisis económica los llevó a cambiar: "Hay menos ventas de revistas, libros o cigarrillos. Yo dejé de vender cigarrillos porque para mí no es rentable", aseguró, añadiendo que "hay que tener al menos varias marcas y dentro de ellas hay muchas variedades. Es mucha la inversión que hay que hacer para la escasa ganancia que hay en esto".
Bazán, en cambio, indicó que las colecciones destinadas sobre todo para los más chicos "se venden mucho", entre ellas las de autos.
Chicles y caramelos "siempre se venden"
Pese a que en algunos lugares los ofrecen como reemplazo de las monedas, en los kioscos la venta de chicles y caramelos se mantiene de manera invariable. "Chicles y caramelos siempre se venden" indicó Bazán y agregó: "Es algo que nunca va a dejar ser parte de un kiosco".
Víctor Riera, desde hace 20 años es propietario del kiosco "El Principito", ubicado en bulevar 25 de Mayo al 1500. En todo ese tiempo, sin dudas ha tenido que 'aggiornarse' a las exigencias del mercado.
"Hoy sobrevivimos con la venta de las colecciones,eso es lo que nos da de comer a los kiosqueros", aseguró Riera. "Se han convertido en un producto rentable para el kiosco por el costo que tienen y la ganancia que nos dejan", explicó.
En su mayoría, en estos momentos el cliente de los kioscos se inclina más por las colecciones de autos que se distribuyen con una frecuencia semanal, quincenal o mensual y según dijo Riera "los que compran estos productos son gente de unos 40 a 50 años. Los nostálgicos están salvando al kiosco", reflexionó.
Cayó el consumo de golosinas
De acuerdo al trabajo realizado por la consultora especializada Euromonitor "el mercado argentino de golosinas representó, en 2013, un volumen de ventas al consumidor final de 164.100 toneladas, cifra que para 2018 se redujo a 141.900 toneladas".
"Esta caída (un 13,5 % en el último lustro) marca una leve retracción del mercado pero el mismo trabajo indica que se espera un crecimiento para los próximos 5 años en una magnitud semejante", explicó Ariel Korin gerente de la asociación que nuclea a los golosineros.
El trabajo que fue presentado en ocasión de la Expo Golosinas que cerró recientemente y que por dos días se realizó en el centro Costa Salguero, la ronda de negocios que reúne a fabricantes y distribuidores- precisó que esa disminución refleja que el consumo per cápita de los argentinos que cayó de 3,9 kilos en 2013 y de 3,2 kilos durante 2018.
Sin embargo, la perspectiva del sector es que para el período 2018-2023 se registre un crecimiento del 13,4%, de acuerdo al trabajo de Euromonitor.
Cierre de negocios
La Unión de Kiosqueros de la República Argentina (Ukra) asegura que cerraron 28.000 comercios en todo el país en los últimos tres años. Los datos surgen de una investigación propia y de empresas proveedoras.
En 2015 se podían contabilizar 120.000 de estos comercios y en 2018 cerró casi una cuarta parte.
Un análisis austero, muestra que si cada kiosco tenía un empleado, como mínimo se perdieron 28.000 puestos de trabajo en los últimos tres años. Y podrían perderse 10.000 puestos más, sólo contando hasta fin de junio.