Los cambios en el consumo que trajo la pandemia y continuarán
La pandemia de coronavirus llegó para cambiar nuestra forma de vida. Un estudio realizado por una sanfrancisqueña demuestra cómo la economía familiar se vio afectada a la hora de las compras. Crédito y débito, las formas de pago que ya adoptamos.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Pensar en el después del coronavirus provoca una serie de sensaciones. Tranquilidad, esperanza y seguridad; seguramente podrían ser parte de una serie de momentos que vivirá el mundo cuando dejemos el barbijo y rompamos con la distancia social.
A esto se suman nuevos hábitos que llegaron para quedarse con la pandemia como son las transacciones bancarias y el uso de tarjetas de débito y crédito para compras de pocos montos, la mayor planificación del consumo y la revalorización de la salud.
Esta es una de las deducciones a las que llegó la mágister en Recursos Humanos, Psicología y licenciada en Marketing de nuestra ciudad, Mariela Lorena Demaría, quien realizó el estudio "Hábitos y comportamientos financieros y de consumo durante la Pandemia covid-19: un estudio coyuntural en Argentina, Chile y Colombia", desde el área de Psicología Económica de la Facultad de Psicología (UNC) junto a las universidades de la Frontera (Chile) y la Universidad Pedagógica Nacional (Colombia).
La investigación consistió en conocer si hubo modificaciones en los hábitos y comportamientos a partir de la pandemia COVID 19.
Respecto al consumidor pospandemia y teniendo en cuenta el estudio, Demaría dijo a LA VOZ DE SAN JUSTO que "el consumidor valorará en mayor medida la cobertura de salud que posee él y sus seres queridos, y además, el uso de tarjetas de débito y crédito se consolidará para transacciones menores que antes eran realizadas en efectivo mayoritariamente".
La Argentina en pandemia
Los hábitos que llegaron para quedarse se deducen del estudio de la sanfrancisqueña, el cual tiene en cuenta un contexto previo al coronavirus. "El impacto de la pandemia y de la cuarentena fue transversal a todos los sectores del país, en una economía que transita su tercer año de recesión, debilitando aún más la resiliencia del tejido productivo y la capacidad de recuperación".
Sobre una muestra de 512 personas que han respondido al cuestionario elaborado ad - hoc para esta investigación en la Argentina, Chile y Colombia entre los meses de abril y mayo, se obtuvieron resultados muy interesantes, donde se visualizan algunas coincidencias y otras diferencias en los países estudiados.
En el caso de nuestro país, se puede apreciar que la edad promedio de los encuestados es de 41 años, siendo en su mayoría mujeres (72 %) y el 68,4 % de los encuestados vive con dos o más personas, mientras el 31,6 % vive solo o con una persona.
Entre la población encuestada, el 57% pertenece al nivel socioeconómico medio y el 53% al nivel universitario, seguido por el 23% de educación secundaria y el 22% educación terciaria.
Trabajo que no alcanza
De la población estudiada, el 77% de los argentinos actualmente se encuentra trabajando, del cual el 38% lo hace con jornada completa todos los días, seguido de 24% trabaja en jornada parcial todos los días.
En este marco, el 60% de los encuestados ha respondido que en su hogar hay dos personas que aportan el sueldo.
A causa de la pandemia del coronavirus, menos de la mitad (47%) de los encuestados reconoció que no puede pagar alguna emergencia económica que implique gastar una suma igual o superior a la que percibe durante el mes. Esto podría implicar que los encuestados tendrían dificultades para sostener su capacidad de ahorro.
En cuanto a la comparación de las prácticas de consumo antes y a partir de la pandemia, se pudo observar que el 49 % de los encuestados ha calificado como estable a la situación económica de su grupo familiar, seguido por el 30 % que la califica como buena.
Los encuestados fueron consultados sobre cómo ven su situación financiera, tanto personal como familiar. Ante esto, el estudio arrojó que "la autopercepción se mantiene estable antes y a partir de la pandemia, no obstante, antes de la pandemia alrededor del 40 % de las personas consideraba que la situación financiera de su familia era entre buena y muy buena y tan solo el 10 % consideraba que se encontraba en una situación de difícil a muy difícil. A partir de la pandemia el porcentaje de quienes consideran que atraviesan una situación entre difícil y muy difícil ha aumentado al 32,6 % y la de quienes perciben que su situación es entre buena y muy buena ha disminuido al 20 %", explicó Demaría.
Compras austeras y con "plástico"
En relación a las acciones de compras, hay cambios notables en estos a partir de la pandemia, principalmente sobresale el crecimiento hacia un gasto más austero que antes del 19 de marzo. Según Demaría, "en el estudio es notorio como disminuyen las compras asociadas a lo faltante y ofertas (lo no planificado) en el momento de un 45,65 % a un 19,62 %, dejando de ser la modalidad más habitual de compras, mientras que por el contrario la compra asociada a solo lo mínimo en alimentos e higiene pasó de ser la modalidad menos utilizada (4,04 %) a tomar el primer lugar como la más habitual (28,16 %)". Entonces vemos que en esta pandemia, los consumidores están planificando más qué compran, cuánto compran y cómo lo pagan.
En cuanto al pago con tarjetas de crédito, se observa un aumento del 22,05 % al 28,8 % en la utilización de este medio para la adquisición de bienes de primera necesidad y en paralelo, una disminución de la utilización del efectivo lo cual se puede vincular al uso de plataformas digitales dada la cuarentena obligatoria decretada en el país. Asimismo aparece la transferencia bancaria como nueva opción de pago.
En este sentido, el estudio arrojó que "las operaciones de manera online aumentaron del 70,22 % al 87,25 %. Los pagos a través de esta modalidad online aumentaron el 12,43 % mientras que las compras lo hicieron en un 8,53 %".
Preocupaciones "compartidas"
En relación a los otros países, se pudo observar que los argentinos comparten algunas preocupaciones con chilenos y colombianos, como es el temor a enfermarse y a la pérdida de empleo, dado que la mayoría de los encuestados pertenece a la clase media, donde el mayor porcentaje de los encuestados menciona que aportan a la economía familiar dos sueldos.
Sin embargo, "una de las diferencias principales que se observó tiene que ver con la tendencia en los argentinos encuestados a postergar el pago de deudas contraídas, como por ejemplo impuestos, percibiendo que esto no afectará a su vida cotidiana. En cambio, se observa una priorización de pago de aquellos servicios que son valorados y que de no ser pagados, se verían afectados por la no prestación, como por ejemplo Internet. Esto se visualiza distinto en los otros dos países, donde el hecho de tener deudas impagas le impide obtener un empleo, o acceder a créditos", detalló la profesional.
Por último y en relación a los miedos en relación al futuro, "el primer lugar, está ocupado al miedo a enfermarse uno mismo o alguien de su familia; en segundo lugar estaría el miedo que el país entre en una recesión económica grave y que no pueda salir, seguido por el miedo a perder el empleo y no poder pagar los gastos básicos".