Leer y dar la comunión será para los dos géneros con designaciones oficiales
Leer y dar la comunión será para los dos géneros con designaciones oficiales
En la Diócesis San Francisco, la lectura es un
hábito que desarrollaban mujeres y varones por mera voluntad, y el hecho que
haya un nombramiento oficial no alteraría la tradición actual. Además, al oficializar
la equidad de género se permitirá que haya acólitas, algo que antes les estaba
vedado a las mujeres.
En la Diócesis San Francisco, la lectura es un
hábito que desarrollaban mujeres y varones por mera voluntad, y el hecho que
haya un nombramiento oficial no alteraría la tradición actual. Además, al oficializar
la equidad de género se permitirá que haya acólitas, algo que antes les estaba
vedado a las mujeres.
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Antes, el acolitado solo podía ser ejercido por hombres. El obispo Buenanueva se refirió a un giro histórico que dio la Iglesia.
Por Ivana Acosta | LVSJ
La novedad dada a conocer por el Vaticano autorizando que
también las mujeres puedan leer la Palabra de Dios, ayudar en el altar durante
las misas y distribuir la comunión se la consideró un verdadero avance en la
transformación de la institución.
No obstante, para muchas comunidades la lectura en las misas
ya se realizaba tanto en el caso de hombres como mujeres - en general - con una
autorización que dependía de las autoridades inmediatas de cada diócesis entre
las que se incluye la de nuestra ciudad.
A partir de la decisión del papa Francisco se introdujo una
modificación en las disposiciones que se remontan al documento de San Pablo VI
"Ministeria quedam" (1972) que sólo permitía a los varones recibir
los ministerios del Lectorado y el Acolitado, otorgándole reconocimiento en el
código del derecho canónico.
María Cabrera estuvo varias veces frente a los feligreses
católicos leyendo la palabra de Dios, en general en la capilla San Cayetano del
barrio donde vive en San Francisco, y describió la sensación e importancia que
tiene: "Siempre fui a la iglesia, aquí en el barrio se me dio de ir a misa y me
invitaron a dar la palabra de Dios y lo hice. Uno a veces está cohibido, pero
fue una linda experiencia siempre. Es muy lindo para quien tiene esa fe, es
algo que te llena el alma".
Asimismo, la mujer sostuvo que participar en las lecturas
también es importante para comprender mejor el mensaje que se da en la misa y
el texto en sí. "Esto te ayuda a interpretar mejor lo que dice la Biblia,
cuando el padre ya explica el texto de lo que leíste la visión es otra. Si no
se sabe interpretar la palabra uno queda a mitad de camino, con la explicación
es otra cosa", comentó a LA VOZ DE SAN
JUSTO.
La lectura es meramente voluntaria, las personas de la
comisión preguntan (antes de la homilía) si se quiere pasar a leer en la misa y
se acepta o no.
Específicamente dar la comunión es algo que no se les permitía
a las mujeres dado que plantea una situación y preparación diferente, sin
embargo, la lectura es de más fácil acceso y solo depende de la voluntad.
Significado del anuncio
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, comentó
a LA VOZ DE SAN JUSTO que "leer en la misa y ayudar como monaguillo no requiere
una preparación específica y ya lo están haciendo en muchas Diócesis, incluida
la nuestra. Hay varones y mujeres, niños y niñas que colaboran en la misa".
La decisión del papa Francisco, empero, va más allá de esto y
explicó que "en este caso son dos ministerios laicales -el acolitado y lectorado
- que suponen un envío oficial de la iglesia" y que normalmente hay una preparación
previa para conocer las competencias prácticas y espirituales" de la función
para la que se les designa.
"Por ejemplo, cuando un joven se prepara para ser sacerdote,
antes de ordenarlo durante un tiempo ejerce el ministerio del lectorado y
acolitado que reciben en una celebración. Los futuros diáconos permanentes de
nuestra Diócesis (hombres que se están preparando que son casados) antes de ser
ordenados van a recibir en una celebración el lectorado y acolitado durante un
tiempo preparándose para el diaconado", arguyó.
Apertura oficial
Hay hombres y ahora también mujeres que reciben los
ministerios como envío oficial de la Iglesia de forma permanente. "Habrá
lectores instituidos y otros que ocasionalmente también lo hacen, siempre
teniendo en cuenta que no pueden leer el Evangelio porque esa es una competencia
del obispo, presbítero o diácono", expresó Buenanueva.
El lectorado y acolitado "suponen una designación oficial de
la Iglesia y una preparación pastoral, práctica, teológica porque el acólito,
por ejemplo, tiene una preparación más profunda que los monaguillos".
El obispo consideró que "la designación no tiene por qué
afectar a quienes ya lo hacían voluntariamente, podrían compartirlo" y subrayó
que "es un pedido que hace tiempo estaba presente en las Conferencias
Episcopales".
Por otro lado, aclaró: "Estos ministerios son un despliegue de
la gracia recibida en el bautismo y la confirmación que recibimos los
cristianos. Acólitos y lectores despliegan esa gracia recibida".
Importancia
Salvo el acolitado, en muchas iglesias y parroquias de todo el
mundo las mujeres ya ayudaban en las celebraciones y leían.
Francisco escribió en una misiva al prefecto de la
Congregación de la Fe, el español Luis Ladaria: "Me pareció oportuno establecer
que pueden ser instituciones como Lectores o Acólitos no solo hombres sino
también mujeres, en quienes, a través del discernimiento de los pastores y
después de una adecuada preparación, la iglesia reconoce la firme voluntad de
servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano".
De acuerdo a la información dada a conocer el motivo por el
cual - hasta su decisión - estaba vedada la posibilidad de acceso a las mujeres
a estos ministerios como designación oficial obedecía a que se los consideraba preparatorios
cualquier acceso al orden sagrado
"Hasta hoy todo esto se llevó a cabo sin un mandato
institucional real, no obstante, lo establecido por San Pablo VI, que, en 1972,
aunque abolió las llamadas 'órdenes menores', decidió mantener el acceso
restringido a estos ministerios a los hombres sólo porque los consideraba preparatorios
cualquier acceso al orden sagrado", expresó.
En un giro histórico para la Iglesia, Francisco oficializó la presencia
de mujeres en los altares
El papa Francisco decretó que las mujeres pueden acceder a los
ministerios del "lectorado" y el "acolitado", dos funciones
de importancia en las misas hasta ahora reservados a los hombres en el derecho
canónico, en lo que supone un giro histórico a la doctrina de la Iglesia al
eliminar la restricción de género.
Con un Motu Propio publicado ayer, el pontífice modificó uno
de los artículos del Código de Derecho Canónico y le dio un marco legal a una
práctica que era utilizada en algunos lugares, pero sin el aval jurídico de la
Santa Sede.

Con el decreto de hoy, Francisco "quiso hacer oficial e
institucional esta presencia femenina en el altar", aseguró el Vaticano en
una nota adjunta al Motu Proprio.
En los considerandos del decreto que institucionaliza la
participación femenina a través de un cambio en el primer párrafo del artículo
203 del Código de Derecho Canónico, Francisco destacó la influencia de las
discusiones sobre el tema durante los dos últimos Sínodos que convocó en Roma,
especialmente el dedicado a la Amazonía en octubre de 2019, en los que se
exploraron vías para institucionalizar la presencia de la mujer en el altar.
En el plano de reglamentación de la nueva norma, Francisco
dispuso que "será tarea de las Conferencias Episcopales establecer
criterios adecuados de discernimiento y preparación de candidatos para los
ministerios del Lectorado o Acólito, u otros ministerios que estimen
establecer, de conformidad con las disposiciones del Motu Proprio 'Ministeria
quaedam', sujeto a la aprobación de la Santa Sede y según las necesidades de la
evangelización en su territorio".
Por Ivana Acosta | LVSJ
La novedad dada a conocer por el Vaticano autorizando que
también las mujeres puedan leer la Palabra de Dios, ayudar en el altar durante
las misas y distribuir la comunión se la consideró un verdadero avance en la
transformación de la institución.
No obstante, para muchas comunidades la lectura en las misas
ya se realizaba tanto en el caso de hombres como mujeres - en general - con una
autorización que dependía de las autoridades inmediatas de cada diócesis entre
las que se incluye la de nuestra ciudad.
A partir de la decisión del papa Francisco se introdujo una
modificación en las disposiciones que se remontan al documento de San Pablo VI
"Ministeria quedam" (1972) que sólo permitía a los varones recibir
los ministerios del Lectorado y el Acolitado, otorgándole reconocimiento en el
código del derecho canónico.
María Cabrera estuvo varias veces frente a los feligreses
católicos leyendo la palabra de Dios, en general en la capilla San Cayetano del
barrio donde vive en San Francisco, y describió la sensación e importancia que
tiene: "Siempre fui a la iglesia, aquí en el barrio se me dio de ir a misa y me
invitaron a dar la palabra de Dios y lo hice. Uno a veces está cohibido, pero
fue una linda experiencia siempre. Es muy lindo para quien tiene esa fe, es
algo que te llena el alma".
Asimismo, la mujer sostuvo que participar en las lecturas
también es importante para comprender mejor el mensaje que se da en la misa y
el texto en sí. "Esto te ayuda a interpretar mejor lo que dice la Biblia,
cuando el padre ya explica el texto de lo que leíste la visión es otra. Si no
se sabe interpretar la palabra uno queda a mitad de camino, con la explicación
es otra cosa", comentó a LA VOZ DE SAN
JUSTO.
La lectura es meramente voluntaria, las personas de la
comisión preguntan (antes de la homilía) si se quiere pasar a leer en la misa y
se acepta o no.
Específicamente dar la comunión es algo que no se les permitía
a las mujeres dado que plantea una situación y preparación diferente, sin
embargo, la lectura es de más fácil acceso y solo depende de la voluntad.
Significado del anuncio
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, comentó
a LA VOZ DE SAN JUSTO que "leer en la misa y ayudar como monaguillo no requiere
una preparación específica y ya lo están haciendo en muchas Diócesis, incluida
la nuestra. Hay varones y mujeres, niños y niñas que colaboran en la misa".
La decisión del papa Francisco, empero, va más allá de esto y
explicó que "en este caso son dos ministerios laicales -el acolitado y lectorado
- que suponen un envío oficial de la iglesia" y que normalmente hay una preparación
previa para conocer las competencias prácticas y espirituales" de la función
para la que se les designa.
"Por ejemplo, cuando un joven se prepara para ser sacerdote,
antes de ordenarlo durante un tiempo ejerce el ministerio del lectorado y
acolitado que reciben en una celebración. Los futuros diáconos permanentes de
nuestra Diócesis (hombres que se están preparando que son casados) antes de ser
ordenados van a recibir en una celebración el lectorado y acolitado durante un
tiempo preparándose para el diaconado", arguyó.
Apertura oficial
Hay hombres y ahora también mujeres que reciben los
ministerios como envío oficial de la Iglesia de forma permanente. "Habrá
lectores instituidos y otros que ocasionalmente también lo hacen, siempre
teniendo en cuenta que no pueden leer el Evangelio porque esa es una competencia
del obispo, presbítero o diácono", expresó Buenanueva.
El lectorado y acolitado "suponen una designación oficial de
la Iglesia y una preparación pastoral, práctica, teológica porque el acólito,
por ejemplo, tiene una preparación más profunda que los monaguillos".
El obispo consideró que "la designación no tiene por qué
afectar a quienes ya lo hacían voluntariamente, podrían compartirlo" y subrayó
que "es un pedido que hace tiempo estaba presente en las Conferencias
Episcopales".
Por otro lado, aclaró: "Estos ministerios son un despliegue de
la gracia recibida en el bautismo y la confirmación que recibimos los
cristianos. Acólitos y lectores despliegan esa gracia recibida".
Importancia
Salvo el acolitado, en muchas iglesias y parroquias de todo el
mundo las mujeres ya ayudaban en las celebraciones y leían.
Francisco escribió en una misiva al prefecto de la
Congregación de la Fe, el español Luis Ladaria: "Me pareció oportuno establecer
que pueden ser instituciones como Lectores o Acólitos no solo hombres sino
también mujeres, en quienes, a través del discernimiento de los pastores y
después de una adecuada preparación, la iglesia reconoce la firme voluntad de
servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano".
De acuerdo a la información dada a conocer el motivo por el
cual - hasta su decisión - estaba vedada la posibilidad de acceso a las mujeres
a estos ministerios como designación oficial obedecía a que se los consideraba preparatorios
cualquier acceso al orden sagrado
"Hasta hoy todo esto se llevó a cabo sin un mandato
institucional real, no obstante, lo establecido por San Pablo VI, que, en 1972,
aunque abolió las llamadas 'órdenes menores', decidió mantener el acceso
restringido a estos ministerios a los hombres sólo porque los consideraba preparatorios
cualquier acceso al orden sagrado", expresó.
En un giro histórico para la Iglesia, Francisco oficializó la presencia
de mujeres en los altares
El papa Francisco decretó que las mujeres pueden acceder a los
ministerios del "lectorado" y el "acolitado", dos funciones
de importancia en las misas hasta ahora reservados a los hombres en el derecho
canónico, en lo que supone un giro histórico a la doctrina de la Iglesia al
eliminar la restricción de género.
Con un Motu Propio publicado ayer, el pontífice modificó uno
de los artículos del Código de Derecho Canónico y le dio un marco legal a una
práctica que era utilizada en algunos lugares, pero sin el aval jurídico de la
Santa Sede.

Con el decreto de hoy, Francisco "quiso hacer oficial e
institucional esta presencia femenina en el altar", aseguró el Vaticano en
una nota adjunta al Motu Proprio.
En los considerandos del decreto que institucionaliza la
participación femenina a través de un cambio en el primer párrafo del artículo
203 del Código de Derecho Canónico, Francisco destacó la influencia de las
discusiones sobre el tema durante los dos últimos Sínodos que convocó en Roma,
especialmente el dedicado a la Amazonía en octubre de 2019, en los que se
exploraron vías para institucionalizar la presencia de la mujer en el altar.
En el plano de reglamentación de la nueva norma, Francisco
dispuso que "será tarea de las Conferencias Episcopales establecer
criterios adecuados de discernimiento y preparación de candidatos para los
ministerios del Lectorado o Acólito, u otros ministerios que estimen
establecer, de conformidad con las disposiciones del Motu Proprio 'Ministeria
quaedam', sujeto a la aprobación de la Santa Sede y según las necesidades de la
evangelización en su territorio".