Las hojas del otoño no son basura
Un especialista brindó consejos para aprovecharlas en patios y jardines. Afirma que durante el confinamiento aumentaron las consultas sobre cómo transformarlas en compost.
Las hojas secas que se acumulan en las calles o dejan muchos vecinos embolsadas son un aditamento ideal para realizar compost o integrarlo con el resto de los residuos orgánicos, convirtiéndose en una actividad tan sencilla y gradual que genera un gran impacto positivo en el medioambiente.
Según el ingeniero agrónomo Claudio Videla, en este tiempo la gente tomó más conciencia respecto de prácticas como la realización del compost y han dedicado parte de esta etapa forzada para quedarse en casa para adentrarse en este mundo.
"Creo que la cuarentena nos ha llevado a replantearnos la relación con la naturaleza. Hay indicadores ambientales importantes que son alentadores; eso nos dio más tiempo para investigar, pensar, aprender sobre compostaje. Es algo positivo dentro de todo esto", explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO el ingeniero del Inta Bell Ville.
"Cuando lo hacemos en nuestras casas evitamos sacar casi el 50 % de los residuos a la calle. Evitamos un problema ambiental que lo trasladamos al municipio", agregó Videla.
El ABC del compost
En este tiempo las consultas por pedidos de semillas, realización de compost y técnicas para que sea exitoso no cesaron en las sedes del Inta, de esta forma se han resuelto inquietudes sobre prácticas que si bien son siempre alentadas ahora cobraron más vigencia e importancia.
Videla contó que el compost no es más que "el reciclado de materia orgánica que es parte de un proceso aeróbico desarrollado por micro y macro organismos en que interviene el oxígeno". Esos restos orgánicos se descomponen y terminan transformando en lo que dijo es "abono de muy buena calidad".
"Partimos de ese residuo orgánico y lo transformamos en un fertilizante que aporta muchos nutrientes al suelo, útil para la jardinería, huerta, árboles. También entre los beneficios están la mejora en la textura y estructura del suelo que tendrá mayor capacidad de absorber el agua y disponerla de mejor manera para las plantas, por ejemplo", indicó el profesional.
Hojas secas, otro agregado
Las hojas secas que se desprenden en este otoño normalmente van a una bolsa de residuos y se las llevan los recolectores, mientras que en otros casos permanecen desperdigadas. Videla explicó que ellas pueden utilizarse como un aditamento más para el abono con residuos orgánicos o ser generadoras por sí mismas del compost.
"Se pueden incluir perfectamente a los restos orgánicos y suman un material de buena calidad porque tienen mucho carbono. Si compostamos hojas solas el proceso será más lento el de descomposición por esa cantidad de carbono, pero si la incorporamos a los residuos orgánicos se integrará muy bien y acelerará el proceso", sostuvo.
También pueden incluirse las ramas pequeñas que quedan como restos de podas, los pastos que actúan como protectores y se pueden sumar a los residuos orgánicos para compostar.
Para la realización del compost se pueden emplear todos los residuos de cocina, excepto huesos, restos de grasa animal y a eso hay que sumarle los excrementos de animales domésticos.
"Cuanto mayor biodiversidad tenemos, los reciclamos de mejor manera. Podemos usar aboneras apilables, compostar sobre el suelo juntando el material garantizando en cualquier caso un espacio físico de protección para el desarrollo de la descomposición", añadió.
Para que sea fructífero es necesario regarlo, evitar el contacto con el sol directo, remover estos residuos periódicamente y así en pocos meses las personas tendrán un compost de primer nivel. También el profesional dijo que "es más eficiente si se incorporan las lombrices rojas o californianas que son una gran ayuda para el proceso".
Más tarde o más temprano el compost se convertirá en una tierra negra y no debe tener olor. El resultado se puede volcar a las macetas, a la huerta o alrededor de los árboles. De esta forma se integra mucha vida en el suelo que ayuda al aporte y reciclaje de nutrientes para las plantas.
Enseñanza virtual
El 26 y 27 de mayo próximos se llevará a cabo en forma virtual un curso sobre residuos orgánicos domiciliarios que se pueden compostar.
El curso busca contar cómo es el proceso para que salga bien y no haya problemas de olores o roedores, sepan cuáles son las cosas que se pueden usar como composteras no siendo necesario comprarlas puede ser un tacho, arriba del suelo solo cercando el espacio, un lavarropas viejo, pallets por ejemplo, en un pozo si el suelo no tiene tanta agua para que no haya putrefacción.
El curso es gratuito con inscripción previa y se dictará en YouTube donde con el chat habilitado podrán dejar inquietudes, el enlace se les enviará una vez que se hayan inscripto las personas.
Además del ingeniero agrónomo Claudio Videla también estará su colega Carlos Zárate y Paola Campitelli que son parte del equipo de Inta Villa María y Bell Ville. El horario será de 14 a 16.
Quemarlas, una mala costumbre en extinción
En otoño, las hojas de los árboles se amontonan en veredas y calles y si bien algunos vecinos siguen incumpliendo la ordenanza que prohíbe la quema de las mismas, es una mala costumbre que parece haber quedado atrás, al menos en mayoría.
Hace algunos años, el humo campeaba en las calles de la ciudad, transformándose en protagonista de incomodidad y molestia. Y también convirtiéndose en agente contaminador, además de símbolo de la falta de educación ambiental de una población. Por fortuna, la quema se ha ido reduciendo, pero la recolección todavía requiere mejoras y acciones a tiempo.
Es verdad que es imposible limpiar toda la ciudad al mismo tiempo, ya que esto implicaría una mayúscula infraestructura y gran cantidad de personal abocado a la tarea. Por ello, la organización de una labor recolectora conjunta entre municipio y vecinos ayudará, sin dudas, a que el otoño no traiga trastornos que en otros años se volvieron preocupantes. Especialmente cuando las hojas impidieron el normal desagüe tras las lluvias que se producen en este tiempo.