Las campanas sonaron para llevar esperanza
Las parroquias buscan recursos para mantenerse cerca de los fieles durante el aislamiento social.
Este domingo sonaron las campanas de todas las iglesias sanfrancisqueñas al mediodía y los vecinos se sumaron con el rezando una oración.
El objetico fue "dar ánimos y sentir que somos todos una familia" en este tiempo difícil ante la expansión del coronavirus, "especialmente por los enfermos, por el personal de salud, los médicos, enfermeros y quienes están en primera línea en esta lucha que es de todos", dijo el obispo diocesano Sergio Buenaventura, quien durante el aislamiento continúa con las celebraciones de las misas a través de la página Facebook del Obispado.
"Quisimos visibilizar que estamos unidos como familia. Fue un gesto sencillo para hacerles llegar nuestro apoyo a quienes nos están cuidando en esta lucha", dijo el religioso.
Y a los abuelos y abuelas les llevó un mensaje de tranquilidad: "Quedarnos en casa es un sacrifico que tenemos que hacer; cuidarnos unos a otros es cuidarnos a todos. Espiritual y afectivamente estamos con ustedes".
La confesión sin sacerdote
Personas al final de la vida sin sacerdotes; familias encerradas en sus casas e imposibilitadas de encontrarse debido a la emergencia de Covid-19: en la última homilía pronunciada en Santa Marta el Papa Francisco cita el Catecismo y la "contrición" que perdona los pecados en espera de ir a confesarse.
El aislamiento por la pandemia imposibilita celebrar misas. Sin embargo, la Iglesia busca ofrecer la posibilidad de reconciliación con Dios a todos aquellos que lo desean y aún más en casos como este, donde se limita el contacto directo con un sacerdote.
El obispo Buenanueva aludió a las medidas dispuestas por la Iglesia con el objetivo de acerca los sacramentos a los fieles y de esa manera "contribuir para llevar un poco de paz" a las personas en tiempos difíciles.
"El Papa recuerda lo que enseña el catecismo y el Código de Derecho Canónico y es que un fiel que, en cualquier circunstancia no puede acercarse a un sacerdote para recibir la comunión por una imposibilidad física o moral, en ambos casos la persona tiene que pedir a Dios el arrepentimiento sincero de sus pecados, prometer confesarse en cuanto pueda y puede incluso acercarse a comulgar", explicó.
En tiempos de cuarentena "toda persona que tenga algún pecado y sienta que tiene que pedir perdón en esas circunstancias hace eso, reza un salmo, lee un texto de la Palabra de Dios, pide perdón y se confía a la misericordia de Dios con la promesa de confesarse en cuanto pueda".
La comunión espiritual
Ante la falta de misas los fieles están limitados para recibir la Eucaristía. En ese caso, la Iglesia establece una metodología alternativa a través de lo que se denomina una comunión espiritual.
El obispo explicó en qué consiste esta práctica al indicar que "la comunión espiritual se ha difundido mucho a través de las misas trasmitidas por Radio María y hoy se hace prácticamente en las misas comunes. Al llegar el momento de la comunión, la persona que guía la celebración le dice a las personas presentes que si no se pueden acercar a recibir la ostia por alguna cuestión personal se puede hacer la comunión espiritual rezando una oración en la que se expresa el deseo de estar en comunión con Cristo".
"La comunión espiritual expresa el deseo de una persona de recibir a Jesús, renovar la amistad con El y se lo hace a través de una simple fórmula u oración", indicó Buenanueva para luego explicar que esta alternativa es válida "para todas aquellas personas que siguen la transmisión de las mismas vía streaming" como está haciendo el Obispado ante la imposibilidad de abrir los templos. "Aunque no reciba la Sagrada Ostia, la gracia de la unión con Jesús se puede dar y es por eso importante favorecer la comunión espiritual".
Además, "todos los sacramentos de la Iglesia" se pueden recibir "si se desean", aclaró.