La vocación de curar con educación
La docencia no es una tarea sencilla, menos si deben enseñar a chicos que debido a una enfermedad no pueden asistir a clases normalmente. Adriana, Valeria y Perla contaron cómo es el desafío de ser maestras hospitalarias en San Francisco.
Sin pizarrón ni tiza ni guardapolvo pero con tanta garra que genera admiración, las maestras hospitalarias enseñanza a chicos de todos los niveles educativos que por cuestiones de salud tienen que tomar clases en su casa para no perder.
Desde que existe la especialización en los institutos de formación docente, son muchas las maestras interesadas en la materia. En la actualidad hay 40 docentes abocadas a esta modalidad en la provincia de Córdoba de las cuales tres están en San Francisco y también se desempeñan en localidades de la zona.
Ellas son Perla Visconti, Adriana Griotti y Valeria Masuero. En 2018 fueron 21 los alumnos que "asistieron" a sus clases mientras le dan batalla a una enfermedad. Para los docentes, el desafío es que esos chicos se reencuentren con el deseo de aprender.
"Somos docentes de alma y esta es una circunstancia del alumno", expresó Adriana, que lleva 5 años en la tarea.
Las entrevistadas comentaron hay pocos niños de nivel inicial y primario que por recomendación médica no pueden ir al colegio; la mayoría son del secundario.
Además de enfermedades, las causas puede ser un accidente de tránsito o embarazos adolescentes de riesgo, entre otras.
"Cada vez hay más chicos que nos necesitan -afirmaron-. Después de los meses de junio y julio suele acrecentarse la demanda", comentó Griotti.
Para ellas, "la mayor satisfacción es que el alumno pueda reincorporarse a clases lo más pronto posible y nosotras somos el vehículo para que no pierdan el año", añadió Perla.
Valeria
Masuero hace un año con esta modalidad docente
Las clases
Las docentes ofrecen clases dos por semana de tres horas cada una. En tanto que el nivel inicial, primero, segundo y tercer grado las requiere dos veces por semana. Para el resto de los grados y el nivel secundario, el trabajo demanda una clase por docente. Cabe mencionar que los alumnos con problemas de salud mental, si pueden trasladarse, cusan en la Escuela "2 de abril" de barrio Roque Sáenz Peña adonde también se trasladan las docentes.
"Nosotras adecuamos los contenidos para cada alumno, integramos las áreas educativas. Es muy exigente porque preparamos distintos niveles, distas situaciones y cada chico tiene su educación exclusiva, según sus posibilidades de aprendizaje", manifestó Visconti, quien desde hace 7 años ejerce como maestra hospitalaria.
Perla
Visconti, la primera maestra hospitalaria de nuestra ciudad.
Más que enseñar
"Se crea un vínculo muy importante con el alumno. Le damos prioridad a la salud y en base a ello transitamos lo pedagógico", destacó Griotti.
"Es muy fuerte lo que sucede porque entramos en la intimidad del alumno, entramos en contacto con su familia, vivimos de cerca lo que les pasa. Somos oído de todos", indicaron.
"Esto es vocación, ponerse en el lugar del otro para saber qué le pasa, cuáles son sus intereses, sus necesidades y desde lo educativo poder cubrir todo eso que al alumno en situación de enfermedad le está pasando para poder ayudarlo a continuar con su trayectoria escolar", añadió Masuero.
"Esta modalidad te invita a reflexionar sobre qué es la docencia y qué significa el aprendizaje para el alumno. Un chico normalmente protesta porque tiene que ir a clases, en cambio, un niño que está en silla de ruedas o tiene una enfermedad oncológica, te espera con un sonrisa".
"Ser docente hospitalaria es un estilo de vida, es compromiso, una mirada integral. Es una responsabilidad", aseveró Griotti.
Adriana Griotti junto a uno de sus alumnos hospitalarios
La educación hospitalaria es ley
La modalidad rige desde la aprobación en 2006 de la ley provincial Nº 9.936 que contemplael Servicio de Escuelas o Aulas Hospitalarias y Servicios Educativos Domiciliarios.Las docentes locales dependen de la escuela Hospitalaria "Atrapasueños", creada por la exministra de Educación y legisladora Evelina Feraudo en 2002. Funciona en el Hospital de Niños de Córdoba y depende de la Dirección General de Regímenes Especiales del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba.