La violencia obstétrica trasciende a las clínicas y llega a la justicia cordobesa
El sanfrancisqueño Javier Cismondi y su pareja, Yanina Vera, no solo perdieron a su bebé sino que además ella atravesó en Córdoba un traumático episodio donde no recibió apoyo, contención, información y a cambio fueron maltratos.
Yanina Vera empezó a tener problemas en la semana 35 de su embarazo. Era el primer bebé que esperaba con su pareja el sanfrancisqueño Javier Cismondi. Cuando los problemas aparecieron no tuvieron a nadie a su lado, no hubo información ni acompañamiento.
Pasaron dos días hasta que la criatura nació pero su mamá atravesó un infierno en aquel momento. Su papá también porque nunca pudo tenerlo en brazos mientras estuvo en vida ya que cuatro días después que nació el pequeño falleció. Ni siquiera el derecho de saber exactamente qué le sucedió tuvieron.
Ese infierno ahora se convirtió en una demanda que Yanina a través de su abogada Lola Guerra (M.P. 40174) presentó al Foro Especializado de Violencia contra la Mujer en un hecho sin precedentes dentro de Córdoba.
Antes ya habían hecho conocido el caso por medio de una denuncia en la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig).
La motivación es la violencia obstétrica e institucional a la que Yanina fue sometida innecesariamente desde que fue internada hasta que supo que su hijo murió, aunque para que ésta se configure la muerte del niño es indistinta. En el largo recorrido de leyes que fueron violadas en este caso están la ley de derechos del paciente, de parto humanizado, violencia contra las mujeres y distintos tratados internacionales de derechos humanos que amparan a las mujeres en la atención sanitaria.
La primera presentación
El caso de esta familia es un ejemplo de que la violencia obstétrica también es violencia de género y además esta modalidad es muchas veces invisibilizada pero no por ello las marcas que dejan en las mujeres cesan.
En el caso de Yanina, ella fue derivada del Hospital Ferreyra, en la ciudad de Córdoba, en primer lugar por presentar un malestar cuando gestaba un embarazo de 35 semanas. Posteriormente la enviaron a la Clínica Caraffa con un estado de preeclampsia (presión arterial alta en el embarazo).
"La mujer fue atendida en el Hospital Ferreyra donde tenía índices de hipertensión alta. No le dieron información acerca de lo que es la preeclampsia (enfermedad que ella tenía) además que había una restricción de crecimiento uterino", explicó Guerra a "El Show de la mañana", que se emite en Canal 12 de Córdoba.
La abogada explicó que en esas circunstancias "el bebé ya no podía seguir creciendo en el vientre y lo que se recomienda es una cesárea de urgencia". En esas condiciones fue derivada a la Clínica Caraffa sin diagnóstico previo, ni acompañamiento de la historia clínica.
"Ahí no había ecografista, según le dijeron, en aquel momento no le pudieron hacer la ecografía y la tuvieron 48 horas internada tiempo en que la preeclampsia fue avanzando", detalló.
No hubo información
De acuerdo a lo dicho por Guerra, la mamá primeriza empezó a sentir malestares y la sometieron a la cesárea "sin explicarle nada por lo que no tenía información". Ya en el quirófano la ataron, "no le permitieron estar con su pareja, le hicieron chistes respecto a su edad" (tenía 32 años en ese momento).
Ahí se configuró otra situación que es "la violencia simbólica contra la mujer y la construcción de las edades en que se deben tener hijos".
Al nacer el pequeño se lo llevaron a la incubadora y "no pudo tenerlo consigo durante 12 horas, tampoco su papá tuvo contacto con el chiquito hasta que le dijeron que había muerto".
Guerra dijo que Yanina "sufrió violencia por manoseos en el amamantamiento porque nunca le preguntaron si podían tocarle los senos para ayudarla" y afirmó: "La mujer tiene que consentir todas las prácticas que se realizan en su cuerpo y salud".
La abogada aclaró que en ese tiempo "les decían que el bebé estaba bien" pero a las 6 de la mañana cuatro días después del traumático parto les dijeron que murió. "Nunca pudieron saber qué pasó. Hay indicios de que cambiaron cuatro veces la causa de muerte".
Asimismo, destacó que "no recibieron contención" e indicó: "Se les dijo a los padres que habían puesto muchas expectativas en el hijo y que era uno más de las estadísticas porque mueren en el país y Estados Unidos".
Presentación
La violencia obstétrica es una de las más naturalizadas entre las mujeres. Se da en instituciones de salud adonde acuden en busca de una ayuda que les es negada por quienes deberían estar capacitados para atenderlas y contenerlas. En el caso de Yanina "solo una médica se dio cuenta cuando ya era tarde que tenía problemas de hipertensión".
La presentación que hicieron en el Foro especializado de violencia y se basa en una denuncia por violencia obstétrica e institucional en contra los tres profesionales que intervinieron, directores de ambas instituciones y de la obra social Apross".
Sin embargo "el fuero no tiene competencia para determinar responsabilidad civil aunque lo que ellos quieren es que quede asentado que existió violencia y que se arbitren las medidas de política pública para que no vuelva a suceder".
Solo un juicio
En 2017 se llevó a cabo el primer juicio civil motivado por violencia obstétrica en el país. La víctima se llama Agustina Petrella y demandó a la neonatóloga, obstetra, prepaga y clínica donde nació su hija dos años antes.
No había antecedentes puesto que antes muchas causas iban al fuero pena como casos de mala praxis.