La vigencia de las normas morales
Un estudio realizado en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, sobre 60 culturas de todo el mundo describe lo que creen que son siete reglas morales universales. El trabajo encuentra razones para entender que, aun en las diferencias, subsiste en cada cultura la intención de convivir de manera sana, respetando al semejante y atendiendo a valores éticos y morales que se repiten en cada región.
La antropología cultural es una ciencia
que, cada tanto, revela aspectos sensibles de los modos de vida de los pueblos,
así como permite hacer paralelismos que identifican patrones comunes a todas
las sociedades. Esta rama de la antropología procura el conocimiento del ser
humano por medio de su cultura, es decir, a través del análisis y descripción etnográfica
de costumbres, mitos, creencias, normas y valores que guían y estandarizan su
comportamiento como miembro de un grupo social.
En este marco, un estudio realizado por antropólogos de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, sobre 60 culturas de todo el mundo describe lo que creen que son siete reglas morales universales, en lo que constituye la encuesta intercultural de ese tipo más grande y completa jamás realizada. Esas reglas son ayudar a la familia, colaborar con el grupo, devolver favores, ser valientes, respetar a los superiores, dividir los recursos de manera justa y respetar las propiedades de los demás. Estudios anteriores habían analizado algunas de estas reglas en diversos lugares, pero ninguno las había evaluado todas juntas en una gran muestra representativa de sociedades.
El dato de estas siete normas morales que podrían considerarse comunes a la gran mayoría de las culturas del planeta permite destrabar una discusión que en las últimas décadas arreció sobre los estudios antropológicos y éticos. El debate que los relativistas quisieron dar parece quedar arrumbado frente a un estudio de semejantes características. Porque para los investigadores de Oxford, "la gente en todas partes se enfrenta a un conjunto similar de problemas y usa un conjunto similar de reglas morales para resolverlos".
Para los investigadores quedó probado que en las distintas culturas se promueve la cooperación que explica por qué las sociedades valoran la unidad, la solidaridad y la lealtad. Asimismo, las razones por las cuales se confía en los demás, se devuelven favores, se expresa gratitud, se reparan los daños y se perdona. Al mismo tiempo, cuando se producen conflictos aparecen valores como la valentía y la generosidad, así como el respeto a la autoridad, el valor que se le otorga al reparto justo de los recursos y el reconocimiento a la propiedad de las otras personas. Todos estos comportamientos fueron considerados en Occidente, a lo largo de la historia, como moralmente buenos. La investigación permite comprobar que aparecen del mismo modo en culturas de cualquier continente o región: ninguna de ellas los considera malos desde lo moral.
La vigencia extendida de los principios y valores humanos es un dato trascendente que muestra lo que las personas tienen en común y qué cosas las diferencian. En tiempos en los que muchos discursos del relativismo que niegan la existencia de valores, juicios morales y comportamientos comunes entre las culturas.
El trabajo de los antropólogos de la Universidad de Oxford permite atisbar un cambio de tendencia. Y encuentra razones para entender que, aun en las diferencias, subsiste en cada cultura la intención de convivir de manera sana, respetando al semejante y atendiendo a valores éticos y morales que se repiten en cada región.