La “profe” que le “arranca” una sonrisa a sus alumnos en la vuelta a la escuela
Soledad Ricco tuvo una idea brillante: que docentes y estudiantes lleven consigo una foto mostrando la sonrisa que el barbijo impide ver. Es una manera de hacer más llevadero y personal un regreso a las aulas inusual y complejo.
Educar no es solo transmitir conocimientos. Más aun a una edad particular como lo es la adolescencia. Se requiere una sensibilidad que la profesora Soledad Ricco supo canalizar en una idea que tuvo mucha aceptación entre sus alumnos y que seguramente será adoptada en otros cursos y establecimientos.
Soledad es docente de la materia Lengua y Literatura en segundo y tercer año de la Escuela Proa con orientación en Desarrollo de Software. Pensando en este difícil regreso a las aulas en el que los protocolos, el distanciamiento y las barreras imponen una impersonalidad forzada, se le ocurrió recibir a los chicos con una sonrisa.
Y para saltear el obstáculo del barbijo se le ocurrió colgarse una foto de ella misma sonriendo y alentó a otros profesores y a los estudiantes a hacerlo. "Los chicos de segundo año no me conocen sin barbijo, así que esta es una manera de recibirlos con una sonrisa", explicó.
Además, preparó un texto en el que expresa el espíritu de la idea. Fue otra herramienta para llegar al corazón de sus estudiantes y transmitirles la confianza de que "todo va a estar bien":
Sonriendo
No solo sonreímos con la boca,
no solo sonreímos cuando reímos.
Sonreímos con los ojos,
con nuestras cejas,
con nuestra alma,
con todo nuestro ser.
Si no, probá hablar con una sonrisa
y probá sin ella…
el sonido no es
ni será el mismo.
Tendremos distancia,
tendremos cuidados llenos de barbijos y máscaras,
pero acá estoy,
acá estaremos para vos,
para este nuevo comienzo,
que te invito
arranquemos sonriendo.
Una sonrisa tranquilizadora
Soledad contó que "con esto de la pandemia, que fue algo inédito a nivel mundial, hicimos un arduo trabajo el año pasado, pero a decir verdad estábamos deseando mucho tener un contacto real con los chicos. Esto nos generó mucha incertidumbre, entonces cuando se definió que finalmente arrancábamos me puse a pensar en los estudiantes de 12, 13 años: si yo sentía incertidumbre ¿qué podían sentir ellos?".
La profesora hizo hincapié en la necesidad de poder transmitir y conocer las emociones que tanto docentes como alumnos experimentaron en estos meses atípicos de pandemia. "El año pasado, en la virtualidad, trabajamos a través de un diario íntimo para expresar un poco esas emociones y sentimientos que no podían sacar afuera. Entonces yo ya sabía lo que les estaba pasando a mis chicos. Por eso surgió lo de la foto. Yo antes había escrito un texto pensando en ellos que lo titulé 'Sonriendo'. Allí les decía que no se nos va a ver la sonrisa a través del barbijo pero sí cuando hablamos sonriendo nuestro tono de voz es diferente. Como en segundo y tercero se trabaja mucho con la oralidad, la idea era hacerles ver que podíamos generar algunos cambios aun no viéndonos y utilizando todo lo paralingüístico. Todo lo que decimos está acompañado de gestos, tonos de voz, expresiones. Entonces la idea era que puedan utilizar esas herramientas, incluso el cómo nos miramos para nuestra comunicación", contó.
De allí surgió la idea de colgarse una foto sin barbijo, para que los chicos puedan ver su sonrisa y recibir una sensación de confianza. "La foto era parte de eso, porque si yo sonreía atrás del barbijo, por más que notaran mi tono de voz, no me iban a ver la sonrisa. Hay muchos chicos que son nuevitos. A los de segundo año los tengo por primera vez y no me conocen sin barbijo. Entonces, cuando escribí ese texto se me vino a la mente que en abril del año pasado leí una nota de un médico de Estados Unidos. El trabajaba en una terapia intensiva en San Diego con toda la ropa, barbijo, máscara... todo lo necesario para trabajar con pacientes con covid. Entonces él hizo eso: se colgó una foto en su pecho, con su nombre y su apellido para que los pacientes pudieran verlo y recibir una sonrisa tranquilizadora".
"Eso me pareció fantástico y pensé que sería genial para nuestros estudiantes brindarles una sonrisa tranquilizadora. Hay que tener en cuenta que estamos trabajando con adolescentes. De esas dos patas surgió la idea de ponernos una foto. Cuando lo planteé en la institución les gustó mucho la idea y mis colegas se re prendieron. Se lo planteamos también a los chicos, que también ya están poniendo su foto con nombre y apellido como una manera de verse las caras a través del barbijo, con una sonrisa de esperanza de que esto va a pasar", agregó.
Con respecto a la aceptación que tuvo la idea expresó: "Los de segundo lo están implementando y los de tercero todavía no arrancaron, empiezan la semana que viene. Pero ya están buscando sus fotos: la idea es que esa foto refleje un momento feliz, o que los identifique. Que sea una foto en la que se muestren tal cuál son, sin tanto barbijo ni nada que nos separe".