La polio marcó su vida pero no paralizó sus sueños
El sanfrancisqueño Oscar Nicola fue una de las miles de víctimas de la epidemia de polio que se extendió en todo el país en las décadas del '40 y '50. Sobrevivió, pero la parálisis infantil dejó secuelas. Ello no le impidió superarse en diversos aspectos.
Por Isabel Fernández
Fue una de las miles de víctimas de la epidemia de polio que se extendió en todo el país en las décadas del '40 y '50. El sobrevivió, pero la parálisis infantil marcó su vida, dejando secuelas; aunque eso no le impidió superarse, destacarse profesionalmente en elámbito de la salud, formar una familia y abrirse a los caminos en el arte de la mano de la tecnología ya que es un conocido artista en dibujos digitalizados.
Oscar Santiago Nicola tiene 75 años y una fortaleza admirable. Su infancia y adolescencia transcurrió en salas de hospital, pasó por múltiples operaciones y tratamientos para aliviar la secuela que la polio había dejado en su cuerpo, paralizando su pierna y una parte del brazo del lado derecho.
Pasó situaciones muy difíciles pero siempre tuvo una actitud positiva, férrea voluntad y sigue adelante superándose. "Les digo a las personas discapacitadas que nunca se dejen caer, que en su mente quede grabada la superación permanente que es laúnica manera de salir de todo los problemas que causa la enfermedad", comentó este sanfrancisqueño en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Remarcó: "La secuela sigue estando, pero eso no impide continuar la vida, solamente hay que aceptar como uno es y vivir, también tener la buena voluntad de llevar adelante su estudio, sus proyectos, seguir adelante a pesar de todo".
El golpe de una enfermedad
que fue
epidemia
La enfermedad llegó cuando tenía 13 meses, su padre era un trabajador industrial en nuestra ciudad y lo puso en tratamiento con un reconocido médico local. Pero en aquellas épocas la atención privada era muy costosa, la familia no tenía recursos económicos para los tratamientos adecuados y entonces decidieron internarlo en el Hospital de Niños de la ciudad de Córdoba, allí transcurrió gran parte de su niñez.
"Pasé gran parte de mi infancia internado en el hospital haciendo tratamientos,enfrenté varias operaciones, venía muy poco a casa, mi familia no podía viajar y estuve mucho solo con la contención de enfermeras y médicos, tenía buena relación", recordó.
Admitió que con el paso del tiempo"me di cuenta que tenía diferencias con otros chicos que podían correr, saltar y jugar, iban a la escuela, mientras yo pasaba gran parte del día en una cama, no caminaba y tenía maestras particulares. Mis días eran tristes, hasta que me acostumbré, pero nunca me pude acostumbrar a que me llevaran a las salas con estudiantes de medicina a quienes les explicaban mi caso".
"Un tiempo, en 5º y 6º grado, pude asistir a la escuela y por mi problema y mi forma de caminar, a veces los otros chicos se burlaban. Terminé la escuela con muchas dificultades -afirmó-. En aquella época se discriminaba al discapacitado, a la industria o al comercio no le interesaba o no le convenía darle trabajo al discapacitado, ahora cambió la sociedad, si una persona discapacitada sabe computación o tiene un título hay lugares en donde les permiten trabajar".
Un lugar en el mundo del trabajo
Oscar nunca se dio por vencido y se capacitó constantemente, algo que sigue haciendo en la actualidad."Hice un curso de administración contable, me costaba conseguir trabajo, trabajé en una cochera, también en el Sport Automóvil Club cuidando bicicletas, hasta que Biardo Vénica que fue concejal me dio un trabajo en su fundición en la administración", dijo.
"Trabajé varios años, pero como a mí me gustaba la medicina entonces decidí estudiar pedicuría -agregó-. Cuando recibí el título, con el instrumental que había comprado junto con mi hermano puse el consultorio en el que trabajé durante 46 años. Un médico me dio la oportunidad de atender a pacientes particulares en el Hospital Iturraspe donde aprendí mucho, los médicos me apoyaban y me hice del ruedo".
"Años más tarde, hice un curso de enfermería y fui nombrado como auxiliar de enfermería, trabajé durante diez años y me jubilé en 1983", resumió satisfecho.
"La superación permanente es laúnica manera de salir de todo los problemas que
causa la enfermedad", asegura Oscar
+El arte de la tecnología
La vida siguió y su avidez por aprender también. Con la ayuda de su hijo -que era analista de Sistemas y falleció hace unos años- descubrió la computación que lo estimuló en su intención de dibujar a través de la computadora. Así fue cómo el arte llegó no solo para convertirlo en artista, sino también para brindarle alivio en momentos duros que tuvo que pasar.
"Me animé a usar la computadora, en el año 2007 fue mi primera incursión en el arte en este caso de imágenes digitalizadas. Después de la muerte de mi esposa María Ida Romero en 2014, me dediqué a la computadora y estudié mucho por mi cuenta. Seis meses después, falleció mi hijo Víctor Manuel, a los 45 años, fue otro golpe fuerte y muy difícil, me quedó una nieta", recordó.
Destacó que en el arte"tuve mucha suerte y apoyo. La computadora e internet evoluciona todo el tiempo, hay miles de secretos para estudiar continuamente. Fueron muchos los que me ayudaron a integrarme a la sociedad y poder trabajar y valerme por mí mismo".
¿Qué es?
La poliomielitis es una enfermedad infecciosa, también llamada de forma abreviada polio, que afecta principalmente al sistema nervioso. La enfermedad la produce el virus poliovirus. Se llama infantil porque las personas que contraen la enfermedad son principalmente niños. Se transmite de persona a persona a través de secreciones respiratorias o por la ruta fecal oral.
Es más probable que ocurra en niños de 4 a 15 años. Es una enfermedad muy infecciosa, pero se combate con la vacunación.
La polio afecta al sistema nervioso central. En su forma aguda causa inflamación en las neuronas motoras de la médula espinal y del cerebro y lleva a la parálisis, atrofia muscular y muy a menudo deformidad. En el peor de los casos puede causar parálisis permanente o la muerte al paralizarse el diafragma. El D僘 Mundial contra la Poliomielitis se celebra el 24 de octubre.
Alpi: nació para luchar contra la polio y
sigue con la vocación de rehabilitar
A mediados de los años'50, la epidemia de poliomielitis afectó fuertemente a San Francisco. La enfermedad fue una importante causa de invalidez y muerte infantil, así fue que un grupo de mujeres encabezado por la señora Ofelia Scarafía decidió comenzar a hacer algo y así fue que el 10 de junio de 1957 fue fundada en nuestra ciudad la Asociación de Lucha contra la Parálisis Infantil (Alpi) ubicada en General Paz 192.
Las raíces de esta asociación comenzaron a prosperar en el 1943 en nuestro país, cuando se internaban diariamente niños en el servicio de Parálisis Infantil del Hospital de Niños de Buenos Aires presentando el temible caso de esta enfermedad.
En San Francisco en sus comienzos la función de Alpi fue la vacunación, después que la vacuna Salk primero, y la vacuna Sabin después, se aplicaran para prevenir a la polio, también en un imoportante centro de rehabilitación de víctimas de la polio.
La sociedad argentina junto con esta institución logró uno de los mayoreséxitos en materia de salud: la erradicación de la enfermedad y la Argentina fue el primer país libre de poliomielitis en Latinoamérica.
Alpi San Francisco brinda un completo servicio de rehabilitación de discapacidades neuromotrices
A partir de la erradicación de la polio todos los Alpi se independizaron y se convirtieron en institutos de rehabilitación. En la actualidad, las necesidades de los niños son tal vez mayores que cuando la institución fue creada, por eso, se sigue trabajando y aportando soluciones concretas en el campo de la rehabilitación infantil.
Alpi tomó nombre propio para dejar de ser la Asociación de Lucha contra la Parálisis Infantil y servirse al tratamiento discapacidades motrices provocadas por problemas neurológicos, enfermedades congénitas y accidentes, etc.
La institución en nuestra ciudad persigue el objetivo de mantener el permanente compromiso de restaurar hasta el límite máximo las capacidades funcionales de los pacientes, acompañándolos en forma directa y familiar hasta su mayor independencia posible. Además busca promover la toma de conciencia por parte de la sociedad acerca de la importancia de su colaboración y ayuda para mejorar las posibilidades vitales de las personas discapacitadas.