La Pascua de Ramón: “Yo resucité cuando llegué al Hogar Diehl de Sienra”
Vivió durante varios años en situación de calle, recibió ayuda, superó su adicción al alcohol, consiguió un trabajo y un hogar donde este domingo se respiró la alegría de "volver a nacer".
Ramón Clemente Funes narra una historia de resurrección. Vivió varios años en situación de calle en las inmediaciones de la Estación Terminal de Ómnibus de San Francisco pero con ayuda, superó sus problemas de adicciones, consiguió un trabajo y un hogar, donde este domingo otra vez fue testimonio viviente del verdadero espíritu de Pascua.
Asegura que su llegada, hace cinco años, al Hogar Dihel de Sienra fue como una resurrección hacia una nueva vida. "Yo resucité cuando llegué aquí", expresó a LA VOZ DE SAN JUSTO. Antes, Ramón sufrió el flagelo del alcoholismo. Sin familia, amigos ni lugar donde vivir, todos sus días eran iguales, repartidos entre la bebida y la calle y por la noche, buscar algo de refugio en algún banco de la Terminal.
Con ayuda, Ramón halló la fuerza necesaria para salir adelante ante las dificultades de la vida e hizo del Hogar Dihel de Sienra su lugar en el mundo
"Con el alcohol toqué fondo"
En su "volver a nacer" tuvo mucho que ver una persona que para Ramón terminó siendo muy especial, ya que por su intermedio este hombre encontró su lugar en el mundo.
El aspecto actual de Ramón, quien el sábado cumplió 74 años, dista mucho de la de aquel hombre de mirada perdida, ojos vidriosos y turbias experiencias dominadas por el alcohol.
"Con el alcohol toqué fondo", reconoció Ramón, lo que le costó perder a su mujer y sus tres hijos Claudia, María Aydeé y Cristian Martín y quedarse en la calle. Buscó ayuda en un centro de recuperación ubicado en Santo Tomé donde permaneció durante dos años para luego pasar por otro similar en Cañada de Gómez. Estas experiencias le sirvieron, pero Ramón tenía un vacío enorme en su corazón. Solo, sin familia y sin casa, la calle era su único lugar y con ello sentía una soledad abrumadora.
No obstante, todo cambió cuando se encontró con la solidaridad y el apoyo que le brindó Cintia Méndez quien al ver su angustiante realidad hizo gestiones ante el municipio para ubicarlo como uno de los residentes del Hogar camino a Plaza San Francisco.
"Recuerdo que llegué aquí como una prueba, por un par de meses, y hace cinco años que estoy. Este es mi lugar en el mundo", comentó con alegría.
Ramón, antes y hoy. "Resucité para la sociedad y para mi familia. La gente me ve con otros ojos, me dice que he cambiado mucho y para bien y eso me pone muy contento" (Foto: Facebook de Red Solidaria)
"La calle no es para cualquiera"
Cada mañana, cuando Ramón abre los ojos después de un reparador descanso, encuentra en el Hogar Diehl de Sienra un nuevo motivo para seguir viviendo.
"Mi vida acá es muy especial" remarca este hombre quien reparte su tiempo entre sus trabajos de pintura de las instalaciones del hogar como una manera de mantenerse activo y cuando tiene tiempo libre, disfruta mirando algunas películas en televisión.
Apelando al significado de las Pascuas, fecha en la cual se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús, Ramón aseguró que "yo resucité cuando llegué al Hogar Diehl de Sienra".
"Yo soy muy creyente en Dios. Cuando me encontraba en los momentos más difíciles, preso de la adicción al alcohol, estaba convencido que en algún momento iba a salir de esa situación en la que me encontraba", dijo.
La comprensión y la atención de las religiosas que tienen a su cargo el Hogar permitió que Ramón pueda encontrar la paz que tanto estaba necesitando. "Las hermanas hacen un trabajo maravilloso con todas las personas que estamos aquí, para mí son un dique de contención muy importante. Hoy puedo decir que este es mi hogar, es mi lugar en el mundo".
Su historia hizo visible a los "sin techo". "La calle no es para cualquiera"
Su historia hizo visible a los "sin techo". Al recordar su vida anterior al ingreso al Dihel de Sienra, no dudó en asegurar que "la calle es muy fea, yo tuve una familia y la perdí por mis propios problemas. La calle no es para cualquiera; comprendí que tenía que reinsertarme en la sociedad y ahora, estando acá, lo he conseguido".
Para terminar con la entrevista, en medio de los agradecimientos por la manera en que pasa sus días en el Hogar, gracias al servicio y la dedicación de las religiosas y el personal del lugar, Ramón reiteró que "yo acá resucité para la sociedad y para mi familia. La gente me ve con otros ojos. Aquel que me ve, me dice que he cambiado mucho y para bien y eso me pone muy contento porque es lo que yo tanto estaba buscando".