La pandemia alteró los tratamientos y puso en riesgo a pacientes crónicos
Según una encuesta del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, en la provincia y la ciudad, durante la pandemia el 22% de los pacientes incumplió el tratamiento, el 11% no respetó el horario de toma del medicamento, el 7% tomó menor dosis de la indicada y otro 7% directamente abandonó el tratamiento.
Los cambios de hábitos por la pandemia de coronavirus impactan en el bienestar y calidad de vida de las personas, también en cuanto al consumo de medicamentos. Al mismo tiempo que en las farmacias aumentó la venta de psicofármacos por el estrés e incertidumbre, disminuyeron los tratamientos de quienes tienen enfermedades crónicas.
En la provincia, incluyendo a San Francisco, un22% de los pacientes incumplió el tratamiento, el 11% no respetó el horario de toma del medicamento, el 7% tomó menor dosis de la indicada y otro 7% directamente abandonó el tratamiento.
Los datos se desprenden de una encuesta realizada por el Observatorio de Salud, Medicamentos y Ambiente del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba y son preocupantes ya que precisamente los que más probabilidad tienen de desarrollar un cuadro grave de covid-19, son los mayores de 65 años y quienes tienen enfermedades crónicas que no pueden dejarse sin tratamiento.
Las causas se debieron a que al principio no había consultorios abiertos y además todavía mucha gente tiene miedo de concurrir a las clínicas o sanatorios por miedo a contagiarse coronavirus.
Un paciente crónico es quien padece una patología que no tiene cura y que requiere de tratamiento permanente para mejorar los síntomas, evitar complicaciones y mejorar su calidad de vida.
Las principales enfermedades crónicas son obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedad coronaria, asma bronquial, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), enfermedad renal crónica y daño hepático crónico, entre otras.
Baja calidad en resultados La presidenta del Colegio de Farmacéuticos de San Francisco, Nora
Gagliano advirtió en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO que
esta situación"provoca una baja calidad en los
resultados de los tratamientos, con el consiguiente peligro de una consecuencia
negativa en la salud de la persona". Recordó que es importante continuar con la medicación ya que"ningún tratamiento se debe interrumpir
sin una indicación médica. Además, disminuir las dosis o modificar los horarios de la ingesta de los
medicamentos, tampoco es aconsejable. El organismo tiene un reloj biológico que está preparado para el medicamento a
determinados horarios, respetando el horario nos aseguramos eléxito del tratamiento". Gagliano afirmó que un menor control en las
enfermedades"podría repercutir en una demanda en
internación en camas críticas y en una mortalidad por
causas ajenas a la pandemia". Más psicofármacos Por otro lado el miedo a perder el
trabajo, no ver a los seres queridos, angustia e irritación, entre otras cosas causaron un
aumento en el consumo de ansiolíticos e
inductores del sueño. De acuerdo al mismo estudio del
Colegio de Farmacéuticos,
durante los primeros seis meses de pandemia se vendieron en las farmacias de la
provincia un 11% más de
medicamentos psicotrópicos
teniendo en cuenta el mismo período del año pasado. En tanto en San Francisco
y la zona los ansiolíticos
tuvieron un incremento del 20,8 % y un 18, 8 % los antidepresivos. La presidenta del colegio de Farmacéuticos dijo que en esta crisis el
estrés que se vive
"la gente está más irascible, en el caso de las farmacias por ejemplo hay veces que
no respetan el distanciamiento o no usan barbijos. También se nota el estrés en los profesionales de la salud
quienes trabajaron durante todo este período". El informe indica que en Córdoba durante el primer trimestre
de 2020, se vendieron 55 millones de cajas de psicofármacos, 49 millones de medicamentos cardiovasculares y 26 millones
de remedios para el sistema muscular y esquelético. En cuanto a los estados deánimo la encuesta reveló que la angustia y la irritación son los dos principales en la
pandemia. En menores de 24 años es la ira, entre 25 y 45 el
miedo, alrededor de los 50 años la
tristeza y en mayores de 65 la calma, eso es debido a que ya pasaron muchas
situaciones de crisis en sus vidas y lo tomaron de otra manera.