La Huella, de taller para internos en el Borda a empresa social de reciclado de muebles
La Huella es hoy una empresa social situada en uno de los pabellones del Hospital Borda, donde ex pacientes e internos utilizan materiales de todo tipo para recuperar y reciclar muebles en desuso.
BUENOS AIRES (Télam)-. Fundada hace una década como un taller para internos, La Huella es hoy una empresa social situada en uno de los pabellones del Hospital Borda, donde ex pacientes e internos utilizan materiales de todo tipo para recuperar y reciclar muebles en desuso a través de un trabajo multidisciplinario y artístico.
Percheros hechos con maderas descartadas, armarios con pelotas de tenis en lugar de manijas, palets transformados en estantes, y sillas, sillones y mesas retapizadas con papel de diario o viñetas del Eternauta, son algunos de los objetos que pasan por La Huella y se transforman en piezas únicas e irrepetibles, con una impronta basada en cuatro pilares: reciclado, diseño, arte y restauración.
"La Huella es mucho más que es un taller donde participan internos, es una empresa social comprometida con el trabajo profesional y la producción de bienes y servicios en forma sistemática", explicó a Télam Federico Bejarano, coordinador general del emprendimiento.
"Queremos ser un puente que una el sector público con el privado, que rompa con el asistencialismo y la cultura del descarte, y que ayude a personas vulnerables a reinsertarse en un mercado laboral que los rechaza", expresó.
Conformada por media docena de socios que tiempo atrás fueron "usuarios" del Borda -término usado para referirse a los pacientes-, La Huella se sirve de la ayuda de voluntarios y de talleristas, que trabajan a diario para convertir muebles desvencijados en auténticas obras de arte.
"Uno de los objetivos de La Huella es que el Borda deje de ser una 'puerta giratoria', y que el tratamiento farmacológico y psiquiátrico de los usuarios se acompañe de una actividad que les permita sentirse útiles con la comunidad y con ellos mismos", contó Bejarano, licenciado en psicología social y comunicación social de la Universidad de Quilmes.
Las redes sociales, el boca en boca, la ayuda de los voluntarios y un viejo blog son el vehículo a través del que reciben donaciones de muebles y materiales que retransforman con un trabajo de bricolaje: la combinación de distintas técnicas y elementos reciclados.
Aunque fundamentalmente trabajan con muebles de madera, en los últimos meses se han incorporado de a poco trabajos en herrería, tapizado y hasta plástico.
"Llegué al Hospital hace 27 años a través de un servicio de rehabilitación que ya contaba con dispositivos de salida laboral, pero me pareció que había que profundizarlos, por eso es que pasé de esos pequeños proyectos a este nuevo espacio", contó Federico.
No fue sino hasta 2006 que, a raíz de la propuesta de Omar Ferrara -ebanista y ex interno de la institución- empezaron a idear un taller de reparación de muebles en un pasillo del cuarto piso del pabellón central.
"En un principio, Federico no tenía tanta fe, pero de a poco fuimos sumando a miembros con conocimientos en carpintería y joyería que nos ayudaron a darle forma", contó Ferrara, quien desde hace años es el presidente de la cooperativa y se encarga de dirigir y capacitar a los nuevos socios en la refacción de los muebles.
De todos sus miembros, Hernán es el más longevo. Tiene 60 años, pero desde que se sumó a La Huella descubrió un lugar donde expresarse. "Yo estaba internado en 2012 cuando me incorporé y la verdad es que me ayudó mucho. Tengo mi casa en el barrio de Monserrat, pero vengo de lunes a viernes a trabajar y a aprender un oficio que me hace feliz", manifestó a Télam.
Aunque funciona en una institución pública, La Huella es en sí misma una empresa autónoma. "Todo el dinero que nos ingresa por la venta de muebles o las reparaciones a domicilio se deposita en un fondo común. Parte se destina a la reinversión en materiales y maquinaria, y otra se distribuye en forma equitativa entre los socios", explicaron los miembros del emprendimiento que el mes pasado cumplió ocho años de su fundación.
Son decisiones que se toman entre mates y charlas de descanso al mediodía, pero en las que todos sus socios tienen voz y voto idénticos. "Acá todo se define en grupo. Desde el precio de los muebles, las actividades que se hacen en el taller o las intervenciones sobre los muebles", contó a Télam José Espinosa, tesorero de la cooperativa.
Situada en el Hospital T. Borda (Ramon Carrillo 375 Piso 1, Pabellón 25 "A"), La Huella funciona de lunes a viernes, de 11 a 15. Buscan donaciones de muebles en desuso, maderas y herramientas, y ofrecen muebles reciclados y rediseñados, reparaciones y envíos a domicilio.
Quienes quieran ponerse en contacto con ellos para para pedir cotizaciones, encargar muebles o conocer sus trabajos, pueden hacerlo a través de su Facebook (www.facebook.com/lahuella.org), su blog (www.lahuellaemprendimientosocial.blogspot.com.ar) o enviando un correo electrónico a info@lahuella.org.