La escuela del campo, con matrícula “urbanizada” y más mujeres
En 50 años de historia, la agrotécnica Ipea 222, que llegó a ser referente en Sudamérica por su tambo,vivió grandes cambios. Uno de los más significativos se dio en el perfil del alumnado: la mayoría ya no proviene de familias rurales y no aspiran a seguir carreras afines. Además, creció el cupo femenino. Hoy se conmemora el Día de la Enseñanza Agropecuaria.
La escuela agrotécnica de nuestra ciudad,
que nació hace 50 años impulsada por la creciente demanda de productores
agropecuarios que querían que sus hijos recibieran una educación vinculada al
campo, hoy cuanta con una matrícula que ya no es exclusiva del sector.
Entre los cambios históricos que experimentó el Ipea Nº 222 "Agr. Américo Almes Milani" se encuentra también la creciente incorporación de mujeres, que actualmente representan la mitad del total de la matrícula da la institución educativa.
Entre nueve entornos formativos, los alumnos aprenden sobre producción primaria
Gustavo Juárez, director de la "escuela del campo", ubicada en la zona rural de nuestra ciudad, en entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO aseguró que "fue histórico el cambio que se dio en el perfil del alumnado, siendo que en sus orígenes se limitaba a hijos o familiares de productores agropecuarios y en la actualidad tenemos chicos que nunca han escuchado hablar en su casa de hectáreas, de vacas, de leche o muchos otros términos típicos del ámbito rural".
La agricultura en la escuela
Un desafío para la enseñanza
En el Día de la Enseñanza Agropecuaria, que se celebra cada 6 de agosto, Juárez reconoció que "es un desafío para los docentes poder establecer ese vínculo pedagógico con los alumnos que además, por los cambios que ha experimentado el sector y la sociedad toda, pertenecen a diferentes niveles socioeconómicos y provienen de la ciudad".
Sin embargo, el director del Ipea afirmó que "esto no es para nada una limitante; todos pueden aprender de cero".
La granja es parte de la enseñanza
El hecho de contar con una matrícula más "urbanizada" tiene que ver con un cambio en los requisitos que la institución implementó en la última década. "Hasta hace 10 años, había ciertos requisitos para ingresar y quienes no lo cumplían iban a sorteo. Hoy no todos son hijos de productores sino que también provienen de familias que no están ligadas a la actividad rural", ratificó Juárez.
Diversidad de profesiones
El director se refirió además a la continuidad de las carreras universitarias que eligen los egresados del Ipea, las cuales, asegura, cada vez menos están vinculadas al campo. "Históricamente, todos los egresados de la escuela seguían carreras como Veterinaria o Ingeniería Agronómica, mientras que hoy, son pocos los que se vinculan a las mismas y en cambio eligen otro rumbo. En tanto, valoramos que lleguen a cumplimentar el séptimo año".
El entorno rural, un atractivo también para los jóvenes de la ciudad
Más mujeres
Otro dato que aportó Juárez es el terreno que ganaron las mujeres en el ámbito educativo rural, siendo que hoy, la mitad de la matrícula de la institución es femenina. "Desde hace más de 20 años vemos cómo viene creciendo la cantidad de alumnas mujeres, llegando a la actualidad al 50 % de los alumnos que tiene la escuela (100 de 200 alumnos)".
"Esto desterró el mito de que las labores rurales son solo para los hombres", añadió.
Gustavo
Juárez, director del Ipea 222
Sigue apostando a la producción primaria
Según comentó Juárez, algo que no cambió a lo largo de la historia del colegio técnico es la esencia educativa que apunta a la producción primaria. "Siempre se enseñó a producir animales domésticos y vegetales, en base a lo que es la producción primaria, que es el perfil del egresado".
"A pesar de que la tendencia a futuro es el agregado de valor de las producciones, creo que la escuela mantendrá su estructura en lo que es la producción primaria, lo cual necesita ser institucionalizada y fortalecida".
El tambo en la escuela
Entre las nueve producciones que posee el Ipea (entornos formativos), se encuentra el tambo, uno de los más relevantes, siendo que en su momento estuvo entre los primeros tambos automatizados de Sudamérica.
Si bien no avanzaron en cuanto a tecnología, el tambo se mantuvo en pie gracias a la "excelente administración" que lleva adelante la cooperadora del establecimiento educativo.
El tambo, una de las herramientas de enseñanza que los distingue
"Contamos con 65 vacas en producción que nos permiten obtener 20 litros diarios, de leche, la cual se vende a la láctea Manfrey", precisó el director de la escuela.
Asimismo, Juárez aclaró que los rindes productivos no marcan referencia en la región, sino que el objetivo es meramente pedagógico y no comercial.
"Como somos escuelas, tenemos que permitir que los chicos se equivoquen para que puedan aprender, por eso el error es permisivo. Desde los desaciertos podemos construir mucho más que desde los aciertos", reflexionó.
El
6 de agosto fue instituido desde 1959, como el "Día de la Enseñanza
Agropecuaria", en conmemoración del inicio del dictado de clases en el
Instituto Agronómico-Veterinario de la provincia de Buenos Aires, en el año
1883. Esta fecha significó el comienzo de los estudios superiores en materia
agropecuaria. De
esta manera, hoy celebran los ingenieros agrónomos, médicos veterinarios,
licenciados en Administración Rural, técnicos en lechería, entre otras carreras
vinculadas a la educación agropecuaria. El
Instituto ocupaba el predio de la antigua estancia Santa Catalina, de los
hermanos Robertson -ubicada en el actual partido de Lomas de Zamora- y tenía
como objetivo "aplicar los descubrimientos de la ciencia a las diversas ramas
de la producción animal y vegetal, formar hombres expertos y observadores
capaces de mejorar los procedimientos de la explotación del suelo". Un día dedicado a la enseñanza
agropecuaria