La economía y un pronóstico muy gráfico
Los elementos sustanciales de cualquier política económica seria no están presentes desde hace mucho tiempo en la Argentina, independientemente de las visiones ideológicas. El sombrío, pero muy gráfico, pronóstico de que los billetes de mil pesos sirvan solo para empapelar paredes, no puede ser ignorado a esta altura.
Si la inflación y la emisión monetaria, continúan al ritmo actual los billetes de mil pesos se van a usar para "empapelar las paredes". Además, "es inviable" seguir manteniendo una brecha cambiaria cercana al 90 por ciento luego del pico alcanzado en julio entre el tipo de cambio oficial y el paralelo.
Estos conceptos fueron vertidos por un economista a un medio de la Capital Federal. No serían novedad en boca de un especialista que no comulga con las políticas del actual gobierno. Pues expresiones similares se vienen escuchando desde hace tiempo. El tema es que quien hizo este pronóstico fue viceministro de Economía cuando el actual gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, ocupaba la cartera de Hacienda, en el anterior gobierno kirchnerista.
Se trata de Emmanuel Álvarez Agis, quien hizo una de las críticas más gráficas de la actual situación de la economía argentina en un tiempo marcado por las restricciones de la pandemia, los desajustes fiscales, la política cambiaria y el comienzo de la campaña electoral. Es decir, el cuestionamiento más elocuente de lo que está haciendo el actual gobierno en este tema tan sensible provino de alguien que está en la misma vereda ideológica.
El vaticinio refleja la incertidumbre que reina en el país. Sin certezas ni confianza y tan solo con medidas populistas que procuran "tirar" hasta los comicios legislativos de noviembre, la economía argentina va camino a profundizar los problemas que ya detenta. Apaciguar las aguas hasta las elecciones es la norma, pero la historia reciente demuestra que no es lo correcto.
El economista que formó parte del equipo de Kicillof aseguró que "estamos en una crisis que tiene que ver con una devaluación que no termina, que empezó en 2018 con un dólar a $17" y que ahora no parece tener techo en su cotización. Se acentúa así la costumbre de los argentinos de no ahorrar en pesos y se vuelquen al dólar "como en las últimas 10 elecciones", porque "desde la salida de la convertibilidad hay un quilombo que antes era cada diez años, luego fue cada cuatro, y ahora es cada dos", graficó de manera elocuente.
De este modo, ante la inminencia de las primarias y las elecciones legislativas, la mirada sobre la economía ya no solo es pesimista en los sectores opositores. Los dichos de este ex funcionario kirchnerista lo certifican. Es que no hace falta ser experto para tomar nota de que el desborde inflacionario, la tensión cambiaria y el despilfarro de los recursos públicos son estrategias que, la historia argentina reciente lo prueba, nunca han mejorado la vida de los argentinos ni despejado las incertezas.
Los elementos sustanciales de cualquier política económica seria no están presentes desde hace mucho tiempo en nuestro país. Esto es independiente de las visiones ideológicas. Y el sombrío, pero muy gráfico, pronóstico de que los billetes de mil pesos sirvan solo para empapelar paredes, no puede ser ignorado a esta altura.