La demorada fiscalía en Frontera
Una ciudad cruzada por problemáticas difíciles que desde hace años no hallan solución debido a la ineficacia que asoma en la capital santafesina como característica de buena parte de los gobiernos en las últimas décadas. Gobernantes que solo hicieron anuncios. Porque concreciones, pocas. Muy pocas.
Mientras crece el malestar entre los vecinos de Frontera por las indefiniciones en la investigación del asesinato del DJ Leonardo Gallegos y se vuelven a realizar marchas para reclamar por acciones más expeditivas en el caso, desde el municipio de la vecina población se emitió una dura carta pública en la que se exigen respuestas al gobierno de Santa Fe sobre el modo cómo encarar el combate contra la delincuencia y la inseguridad.
Los duros términos de la nota en cuestión, suscripta por la intendenta, funcionarios del Ejecutivo y concejales, ponen de manifiesto el hartazgo al que se ha llegado. "Una vez más, en el oeste de Santa Fe vence la inacción, la pereza y el olvido", se sostiene. Al mismo tiempo, las autoridades municipales señalan que "nos sentimos olvidados, lejos del ruido de las grandes ciudades de la provincia estamos solos luchando contra problemas y déficits sobre los que no tenemos las competencias ni las facultades para enfrentar".
Estos conceptos reflejan con claridad el sentimiento de gran parte de la población de Frontera. Una ciudad cruzada por problemáticas difíciles que desde hace años no hallan solución debido a la ineficacia que asoma en la capital santafesina como característica de buena parte de los gobiernos en las últimas décadas. Gobernantes que solo hicieron anuncios. Porque concreciones, pocas. Muy pocas.
Entre aquellas promesas se encuentra la de la instalación de una Fiscalía para acelerar las investigaciones de sucesos delictivos y proveer el servicio de Justicia a la vecina ciudad. La carta de las autoridades municipales lo recuerda y expresa la desazón existente: "Cuando pareció haber decisión y voluntad política de torcer esta historia con la designación de un fiscal adjunto para nuestro territorio, los vecinos, simples y comunes vecinos, cada uno con su profesión, oficio o trabajo, lo festejó. Pensamos que el tiempo de respuestas había llegado a Frontera y que las víctimas de hechos delictivos iban a tener un interlocutor válido. (...) Más de 10 meses pasaron de la designación, pero la historia sigue igual. La voz de los vecinos de Frontera no es escuchada. Sus problemas judiciales siguen irresolutos y los delincuentes gozando libertad".
La descripción no puede ser más cruda. Establece el sentimiento de una comunidad que se siente frustrada frente al avance de la delincuencia, pero especialmente ante la indiferencia de los escritorios capitalinos a los que deben acudir cuando buscan respuestas, en lugar de ser los funcionarios provinciales quienes bajen al territorio.
El último asesinato ha generado conmoción en gran parte de los fronterizos. Y también de los vecinos del conglomerado urbano único que comprende a San Francisco y Josefina. Es tiempo de que en la capital santafesina se recuerde que Frontera está de aquel lado del Camino Interprovincial. La instalación de la Fiscalía prometida no puede demorarse más. Quizás no alcance a solucionar todos los problemas que vienen arrastrándose desde años y aumentando por el olvido y la inacción. Pero sería un gesto importante para mostrar algo de buena voluntad con esta ciudad del oeste santafesino. Para devolver algo de esperanza y tranquilidad a sus vecinos.