La bioconstrucción, una opción sustentable que avanza en María Juana
Una familia construye su propia "casa de barro". En el pueblo, la vivienda de unos 120 m2 se levanta con lo que les da la naturaleza y con una técnica alternativa de construcción de bajo impacto ambiental pero con alto sentido estético, con paredes de barro y techos "vivos", entre otras curiosidades.
El barro, la arena, la madera y la paja se mezclan para levantar paredes de una casa que pueden integrar insumos reciclados o reutilizables como botellas, metal, neumáticos, entre otros.
A casi 60 kilómetros de San Francisco, en la localidad santafesina de María Juana, una familia eligió la técnica de construcción natural para llegar a la casa propia.
Para llevar adelante su proyecto, acudió a Arte y Tierra, una empresa de agroecología y bioconstrucción basada en la necesidad de contribuir al buen uso de los recursos naturales sin renunciar a la estética y al confort, que desarrolla un uso profesional de técnicas ancestrales con herramientas modernas.
Las casas de barro son una opción más respetuosa del medio ambiente y mucho más económica que la tradicional. Además, sus beneficios son varios. Térmicamente es bueno en todas las estaciones del año: en verano, el ambiente está más fresco, porque no deja entrar la temperatura, mientras que en invierno guardan bien el calor.
Un proyecto de construcción colectiva, sostenible, exclusivo y saludable
"La obra comenzó el 1 de marzo y terminará el 30 de septiembre, porque tiene un plazo de ejecución previsto de siete meses", indicó Marcelo Notta a LA VOZ DE SAN JUSTO, al relatar su experiencia.
Al igual que María Juana, en varias localidades argentinas ya se autorizó el uso de barro, arena, arcilla y paja para la construcción de viviendas. En nuestro país y en el mundo ya hay modelos a imitar.
El proceso
Construir una casa sustentable desde cero fue todo un desafío para Marcelo, quien además se encarga de alquilar un lugar donde se aloja el personal de la empresa que tiene a su cargo la construcción, así como también les provee del alimento y todo lo necesario para la subsistencia.
Al involucrarse con este emprendimiento, participó de un taller de capacitación sobre bioconstrucción que tuvo lugar el año pasado en otro pueblo, San Martín de las Escobas. Allí conoció al impulsor de Arte y Tierra, Johnatan Gabriel Palma, quien viene desarrollando este proyecto desde hace cuatro años captando la colaboración de numerosos voluntarios.
Muy temprano en la mañana, la tarea empieza con una reunión de todo el personal que se ubica en círculo mientras que el director reparte las tareas de la jornada.
"Cada persona sabe qué tiene que hacer de manera clara y detallada de acuerdo a las instrucciones recibidas para que no haya malos entendidos", dijo el entrevistado.
La idea principal de esta construcción es el aprovechamiento de los materiales y recursos naturales
Características
El reciclado es un paso previo fundamental para contar con la materia prima para construir. En este caso, para el armado de la estructura de la vivienda de Marcelo y su familia se utilizó postes de madera, mientras que los muros, la tirantería y las aberturas fueron realizados con madera obtenida de una tapera.
"A simple vista no se puede creer que semejante estructura haya sido posible utilizando materiales reciclados", comentó Marcelo.
La construcción avanza de manera ininterrumpida de lunes y viernes mientras que los sábados y domingo son utilizados para los talleres de capacitación del cual participan varias perdonas que luego vuelcan sus conocimientos en proyectos similares al que se está construyendo en María Juana.
La tierra es el principal elemento que se utiliza para la construcción. La casa posee "techos vivos", es decir, "construidos con tierra sembrada de semillas de diferentes especies, muy lindas de mantener y de observar", explicó Notta.
"El inmueble tiene tres techos en diferentes niveles. Una parte del techo es de vidrio y allí se ubica un invernadero cerrado utilizado para regular la entrada de frío y calor y finalmente, un tercer techo, el más bajo de todos, en otro sector de la casa", agregó.
Mientras que las paredes son de barro, el piso y el revestimiento lleva material convencional, o sea, los clásicos cerámicos.
Para las pinturas se utilizan materiales orgánicos fabricados por Arte y Tierra, a base de agua de tuna. "Este material es un impermeable increíble, es como el aceite y el vinagre, que no se mezclan", resaltó Notta.
En el mantenimiento de las maderas se utiliza aceite de lino y cera de abeja. "Este material se derrite en ollas al fuego y a partir de ahí se aplica", añadió.
La casa de Chelo. Muchas manos ayudan en la construcción
Ventajas
Entre las principales ventajas que tiene la tierra como material de construcción, según indicó Notta, está la aislación térmica; estas construcciones son muy saludables en cuanto a la cantidad de humedad dentro de las casas.
"La tierra brinda la posibilidad de regular la temperatura porque es un aislante natural del calor y el frío así como también protege contra las radiaciones".
Una vez terminada y con los amoblamientos de cocina colocados, el inmueble de Marcelo, de unos 120 metros cuadrados de superficie, habrá costado unos dos millones de pesos, lo que implica un costo de casi 17.000 pesos el metro cuadrado.
Mientras que un inmueble construido bajo el sistema tradicional requiere que se impermeabilice el techo y los muros para evitar filtraciones de humedad, en este caso eso no es necesario.
"El mejor impermeabilizante es la naturaleza y por eso el inmueble no necesita impermebilización -aseguró Marcelo-. Porque además de la tierra, en la cubierta se coloca una malla antiraíces que evita que las raíces de las especies sembradas penetren la capa de carbón y el chispiado colocada sobre un techo encajonado con madera y que incluye membrana plástica y silo bolsa. Este mecanismo impide el paso de la humedad".
En lo que respecta a los muros, el problema de la humedad se soluciona en la misma etapa de la construcción "colocando piedras en los cimientos, en la base del piso sobre silo bolsa y eso impide que la humedad penetre sobre los muros".
Los cultores de esta técnica de construcción se definen a sí mismos como un colectivo de soñadores que están en búsqueda de realizar prácticas que mejoren la calidad de vida de las personas, con la intención de mitigar el impacto ambiental y maximizar el uso de recursos naturales disponibles.