La “biblio” renovó autoridades y es refugio de 40.000 libros
El Centro Cultural y Biblioteca Popular sigue siendo el espacio de promoción de la lectura que reúne a los sanfrancisqueños.
El sábado se llevaron a cabo las elecciones en el Centro Cultural y Biblioteca Popular, ubicada en avenida Libertador Norte 159. La institución tiene como flamante presidenta a Marta Damiano y a la par la saliente, Emilia Romanin. Junto a un pequeño pero sólido equipo de trabajo lograron salir de una fuerte crisis por la cual atravesó la institución.
Las elecciones se realizaron con la normativa adoptada en el último estatuto, Damiano ocupará durante 3 años el cargo de presidenta. "Fue la única lista, siempre que hay pocos interesados a pesar de que invitamos a los socios permanentemente a participar", comentaron. Esta comisión hace 7 años que trabaja en la biblioteca. Pese a todo lograron superar los tiempos de crisis económica y desfinanciamiento.
"Aún queda un juicio laboral pendiente, pero siempre estamos tramitando nuevos subsidios a través de Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares)
y también a nivel provincial y local", sintetizan.
Refugio de 40.000 libros
En la actualidad la "biblio" tiene unos 900 socios y se almacenan alrededor de 40.000 libros, este número cambia porque todos los meses se incorporan nuevos ejemplares.
"El número nunca es fijo, hay gente que va y viene. Principalmente vienen los papás de los chicos a asociarlos", enfatizaron.
Para el año que viene pretenden cerrar como objetivo la ampliación de una parte trasera de la biblioteca que está habilitada como espacio para diferentes talleres que se dictan.
De todas maneras, las autoridades manifestaron que "no pueden lograr que las personas se involucren en otro tipo de procesos y eventos que no sean las elecciones".
Asimismo, resaltaron que las actividades más convocantes se producen cuando viene algún referente de la cultura o la literatura y "es lo que más cuesta" al mismo tiempo, tal es así que "cuando resta algo de dinero lo destinan a libros o promover este tipo de actividades".
El tiempo pasa y la biblioteca popular sigue allí enclavada en el centro de la ciudad, impenetrable al paso del tiempo y aun cuando los números no cerraban. En el aire quedaron dando vueltas unas palabras de sus miembros, "tenemos que trabajar porque la ciudad no puede perder esto".