“La Argentina no está preparada para tener cárceles de niños”
Andrés Peretti está a cargo del Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil en nuestra ciudad, para él "bajar la edad de imputabilidad en menores no llevará a ningún lado como tampoco lo hace incrementar las penas con los mayores".
Por Ivana Acosta
El horario de trabajo se termina pero Andrés Peretti, el flamante juez de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil, hace tiempo y un espacio en su agenda. Él "se debe al cargo" que asumió el pasado 1 de abril y que significó su ingreso al Poder Judicial.
Años antes, pero no tanto porque solo tiene 33 años y se recibió de abogado en 2010 en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), ejerció como profesional en distintos estudios jurídicos prestigiosos de la ciudad de Buenos Aires y también junto a su hermana María Celeste Peretti en la oficina que tienen en San Francisco.
Hoy en su agenda laboral solo hay espacio para la actividad del Juzgado que tiene a cargo y donde trabaja con 13 personas; algunos días los reserva para la docencia ya que está a cargo de las clases de Derecho Tributario y Sociedades en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (Uces).
Hijo del también abogado Horacio Andrés Peretti, lleva en su sangre el derecho y ahora lo experimenta desde un nuevo lugar, del otro lado de la barandilla en los Tribunales de nuestra ciudad.
En sus manos y de su equipo de trabajo en el Juzgado está la obligación de tomar decisiones en distintas áreas que le competen. Entre otras cosas, puede excluir a alguien violento de un hogar, y también dirimir si un adolescente debe volver a su casa o tiene que viajar al Complejo Esperanza.
El magistrado, en el medio de toda esa vorágine tiene una sola cosa clara, las políticas sociales que exceden largamente a la función del Poder Judicial son la clave para que la delincuencia juvenil y la violencia paren. Por eso es tajante en su pensamiento sobre el proyecto de ley que propone bajar la edad de imputabilidad: "¿De verdad queremos personas presas a esa edad o qué estamos buscando, qué vamos a lograr?"
Cruzar de lado
Peretti se especializó desde que se recibió en Derecho Tributario, trabajó en distintos estudios jurídicos de Ciudad de Buenos Aires y en 2014 volvió a San Francisco. Ese año se hizo cargo junto a su hermana de las oficinas aquí pero el destino le tenía deparadas otras cosas.
Su papá siempre lo instó a buscar otras formas de superarse profesionalmente y también adquirir experiencia. Sin embargo, había una inquietud dentro del amplio mundo del derecho que lo aquejó siempre.
- ¿Por qué decidió rendir para ingresar al Poder Judicial?
Siempre ejercí de manera privada, primero en relación de dependencia y luego de manera independiente; siempre trabajé mucho con Tributario, mi padre me motivó a estudiar y profesionalizarme. Siempre sentí que me faltaba fortalecer ciertas áreas del derecho.
- ¿Cómo fue el desafío que afrontó al momento de rendir y ahora siendo juez?
Más allá del respeto que les tenemos a los jueces, al tener este cargo uno entiende que tenemos que servirle al cargo, no servirse del cargo. No sabía que me iban a mandar acá, en realidad, yo rendí para dos sedes en el concurso juez Juzgado Múltiple, acá y en Arroyito ahí rendí para todas las materias disponibles y eso me sirvió para ser considerado en esta vacante. Ahora, tengo el desafío propio de la materia de especializarme en Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Género, Penal Juvenil, paso muchas horas estudiando fuera del horario de trabajo. Pero también es importante entender la dinámica del juzgado porque yo vengo de la calle.
Acá solo en este juzgado trabajamos 13 personas, si bien siempre tuve gente a cargo pero no a este nivel con un grado de especialización del equipo que es altísimo. Además, temporalmente estoy a cargo del Juzgado de Control donde alternamos un mes cada uno con la jueza (María Teresa) Garay y reemplazo como vocal de Cámara del Crimen en algunas ocasiones por la jubilación de Mario Comes. Sin embargo, me siento contento, satisfecho y me da tranquilidad por el respaldo del equipo de trabajo. En paralelo doy este semestre Tributario y Sociedades en el segundo en Uces.
Índices altos de violencia y delincuencia
Las competencias de Peretti en el Juzgado abarcan Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil. En el primer caso trabajan a la par con la Unidades de Desarrollo Regional (Uder) dependiente de la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf).
"Nuestro trabajo se basa en ratificar o no la medida. Acá requerimos informes de la Senaf para conocer quiénes pueden hacerse cargo de los niños o niñas. Solo es un control de legalidad si es razonable, oportuna la medida y sino resulta excesiva", describió Peretti a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Su trabajo también se extiende a la intervención ante denuncias por violencia familiar o de género debiendo conocer "de inmediato" en las causas y tomando medidas rápidas.
Una tarea similar pero muy compleja que se da también en el ámbito penal juvenil donde decide qué medidas son las mejores para el bienestar de menores que son presuntos responsables de delitos.
"Nuestra función es subsidiaria al
Estado, ellos tienen el deber de garantizar los derechos de cualquier índole,
nosotros controlamos que se cumplan se ha perdido la idea de imponer cosas"
- Respecto de la violencia, ¿cómo trabaja el Juzgado y qué análisis de situación hace en función del tiempo que lleva en el cargo?
Tanto en la violencia de género como la familiar todo el tiempo tenemos que tomar medidas urgentes cuando existe una denuncia. Pueden darse en casos separados pero muchas veces se dan en forma conjunta porque la familia es un ámbito propicio para que la de género se dé. Tenemos un promedio de entre 30 y 40 denuncias diarias sobre las cuales tenemos que resolver de inmediato.
- ¿Existen retrasos en las causas que se tramitan en el Juzgado o por la urgencia con la que tienen que resolver esto impacta de otra forma?
No hay retrasos de consideración, la cuestión más urgente es la de violencia que sea familiar o de género se resuelven en el momento, son muchas más mujeres que hombres (mayores y menores) sobre los cuales tenemos que tomar medidas preventivas para resguardar la víctima. Para eso trabajamos con la canalización de las denuncias a través de la Unidad Judicial. En un plazo de una hora nos llegan las denuncias y luego acercan el sumario, así se toman las medidas y notifica. Pueden ir desde el impedimento del contacto hasta la exclusión del supuesto agresor.
Menores: ante un nuevo paradigma
La sociedad actual se debate entre un pedido de penas más duras para mayores, y cárcel efectiva para los menores que delinquen, una idea que contrasta con el ordenamiento jurídico de la Argentina.
Pedir que los chicos que delinquen vayan presos, deja de lado la idea de la ausencia o deficiencia del Estado muchas veces para llevar a adelante políticas sociales que contrarresten a la pobreza, falta de escolarización, violencia cotidiana, entre otros problemas.
En realidad, si se tiene en cuenta esta visión más amplia y contemplativa todo el problema no empieza con lo que marque un juez en los tribunales, sino que tiene su raíz en otras dependencias estatales que deben trabajar de forma coordinada.
Peretti no le escapa a su responsabilidad, pero sí tiene una idea similar al entender que "el problema nuclear" no lo puede resolver la justicia porque "son el último eslabón".
- ¿Qué concepción tiene el sistema de derecho penal juvenil actual en nuestro país?
Tiene una particularidad especial, durante mucho tiempo se entendió que el menor es incapaz y solo podemos mandarlo al Complejo Esperanza y cumplir la pena allá. El argumento lógico es pensar que entran por una puerta y sale por el otro o que no les pasa nada, o que los mayores eligen menores para delinquir teniendo en cuenta la edad. Esa es la idea social.
En el sistema minoril de la Argentina dejó de pensárselo al menor como incapaz que necesitaba un cuidado tutelar o institucionalizarlo, a diferencia de lo que cree la gente se lo entiende responsable de sus actos y tiene las mismas garantías que un mayor, y tendrá medidas que se impongan y deberá cumplirlas porque podría llegar a perder su libertad por la desobediencia o realización sistemática de delitos. Ahora en consecuencia del amoldamiento de nuestras leyes a la Convención Internacional de los Derechos del Niño el paradigma es otro. Más allá que la ley nos guste o no pero la realidad es esa y hay que respetarla.
- Esto se contrapone al proyecto de ley que propone bajar la edad de imputabilidad, ¿Qué opina usted de la iniciativa del gobierno?
El proyecto que mandó el gobierno esencialmente baja de 16 a 15 años la edad de imputabilidad. De 16 a 18 hoy son imputables para el régimen penal juvenil. Menores de 16 años son inimputables pero no significa que no podamos interponer una medida socio - comportamental y ver la posibilidad de lograr un tipo de medida en ese sentido.
La baja de edad de imputabilidad ¿qué va a implicar? Si uno lee el proyecto dice que se busca implementar para menores de 15 a 18 años medidas socioeducativas, lo que hay que preguntarse es ¿De verdad queremos personas presas a esa edad o qué estamos buscando, qué vamos a lograr? La capacidad en la Argentina es deficitaria eso por más que yo este de este lado es innegable porque se sabe que el camino principal para ingresar a la delincuencia es la cárcel, ¿entonces vamos a mandar a los chicos de 15 años a que vayan presos?
"Bajar la edad no nos va a ayudar,
tampoco lo hace el incremento de penas en mayores, queremos permanentemente
leyes más duras pero la ley engloba un problema más nuclear e intenso que
excede"
- El nuevo proyecto habla de medidas socio - educativas y usted actualmente toma otras llamadas socio - comportamentales, ¿Son similares? ¿También es un tipo de pena?
Las medidas socioeducativas, que ahora llamamos socio - comportamentales nosotros la tomamos permanentemente. La sanción menos gravosa es la devolución a los padres y aplicar ciertas medidas relacionadas con tratamiento psicológico psiquiátrico de adicción o trabajo comunitario (incluyendo a los menores inimputables) para ver si colaboran con el Juzgado y entienden la responsabilidad del acto. En todos los casos tratamos de tener contacto personal con el supuesto responsable, imponemos ciertas medidas y eventualmente ante el incumplimiento se toman otras medidas más gravosas incluyendo la privación de la libertad o envío al Complejo Esperanza.
Nuestra ley es clara cuando dice que corresponde la pena privativa de libertad y que es el último extremo. Deben tener 18 años y cumplir como mínimo un año en un juicio de cesura y después el juez determina si hay pena efectiva a cumplir o no, en ese año de la medida socio - comportamental se lo pone a prueba y controla.
- Si bajaran la edad de imputabilidad los chicos irían a las cárceles, ¿Estamos preparados?
Es una cuestión particular porque no tenemos cárceles para niños, todos los tratados internacionales firmados dicen claramente que no pueden compartir edificios carcelarios menores y mayores. La Argentina no está preparada para tener cárceles de niños, y más allá que estuviera preparada no es el camino que se debería tomar porque no es un ejemplo a seguir a nivel mundial. Bajar la edad no nos va a ayudar, tampoco lo hace el incremento de penas en mayores, queremos permanentemente leyes más duras pero la ley engloba un problema más nuclear e intenso que excede. Nunca sabremos si en violencia de género cuantos casos había porque las estadísticas no son tan antiguas, a la mujer se la veía como alguien incapaz, ¿Qué diferencia hay con los niños, cuanto tardaremos en darnos cuenta que no hay diferencia los chicos? Son sujetos de derechos, hoy ellos tienen el papel que nunca tuvieron antes.
- Usted es el encargado cuando es necesario de enviarnos al Complejo Esperanza (CE) que no es una cárcel, ¿Cómo es ese lugar?
La derivación al CE es muy normal porque todas las cuestiones en que intervenimos están muy vinculadas con la familia que es el elemento nuclear, muchas veces por imposibilidad propia o real no está en condiciones de estar a cargo de los chicos y no brindan contención para eso está el CE que depende del Senaf. En principio, todos pasan por el Centro de Admisión (CAD) y se los agrupa en distintos módulos, además funciona la comunidad terapéutica para quienes tienen problemas de adicciones, la escuela primaria secundaria y talleres de herrería, panadería y granja que sirven como complemento del tratamiento que reciben. Desde que estoy en funciones mandamos ya 10 chicos al CE. Permanentemente recibimos informes de la Senaf del tratamiento y en algunos casos los podemos traer, otros no.
- No dejan de ser chicos pero terminaron delinquiendo muchas veces, ¿Usted se entrevista con ellos?
No se debe dejar de tener en vista que son chicos, menores y vulnerables que muchas veces llegan a esta situación porque no se aplicaron las políticas sociales correspondientes - que exceden al Poder Judicial y la labor del juez - esto tiene vinculación social y económica. Nuestro trabajo es de prevención no sanción. En muchos casos estos chicos que van al CE o delinquen tienen un problema de base vinculado a lo social, económico y también educativo porque no están directamente escolarizados o tampoco vinculados a algo normal como la práctica de deportes que les permite integrarse, aprender que hay que aceptar reglas de convivencia. Cosas que parecen muy normales pero para ellos no son.
- ¿Cuál es su percepción al verlos?
Yo periódicamente los voy a visitar, ninguna norma dice cuántas veces hay que ir pero es una forma de contacto con ellos, al margen de cuando vienen acá, porque la idea repito no es tenerlos recluidos tanto tiempo. Hay que enseñarles la incorporación de hábitos (como el de estudiar por ejemplo) porque muchas veces no lo tienen ni traen desde su casa. La delincuencia juvenil está relacionada también con comportamientos que ven de sus padres, abuelos amigos; escolarizarlos y que aprendan un oficio también será una herramienta valiosa para cuando vayan creciendo el día de mañana.
Perfil
Nombre: Andrés Peretti
Edad: 33 años
Recibido en 2010 en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Posgrados: Especialización y Maestría en Derecho Tributario en la Universidad Austral.
Trabajó en los Estudios Jurídicos Teijeiro y Ballone, M. & M. Bomchil y Leverone & Mihura Estrada.
Primer cargo en el Poder Judicial
Juramento: 1 de abril
Juzgado: Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil.