Kosovo: Asesinaron al líder de una minoría serbia
Se trata de Oliver Ivanovic quien murió acribillado en Mitrovica. El hecho fue calificado como "un acto terrorista" por Serbia. Los países iban a reunirse para normalizar sus relaciones políticas-
El dirigente político serbio Oliver Ivanovic, considerado un político moderado abierto al diálogo, fue asesinado a tiros hoy en la parte serbia de Mitrovica, en Kosovo, un homicidio calificado de "acto terrorista" por Serbia que truncó la reunión prevista para hoy entre Belgrado y Pristina para normalizar las relaciones y tensó la región.
De acuerdo con su abogado Nebojsa Vlajic, Ivanovic, de 64 años, fue abatido a las 8.15 hora local (4.15 hora argentina) con cinco disparos de un arma con silenciador provenientes de un auto, cuando llegaba a la sede de su partido Iniciativa Cívica.
El asesino, indicaron medios locales, estaba encapuchado. Poco después, muy cerca del lugar del crimen, fue hallado un auto incendiado y sin placa, con el cual se cree que se fugó el criminal, de quien no hay indicios.
"Después del ataque Ivanovic fue inmediatamente trasladado al hospital, pero todos los intentos de los médicos de reanimarlo fueron en vano", se lamentó Vlajic.
Ivanovic, jefe de un partido socialdemócrata local, era considerado un hombre político moderado en Mitrovica, un ciudad tensada por las divisiones entre el norte, de mayoría serbia, y el sur, donde viven los albaneses kosovares.
Su asesinato ocurrió el mismo día en que estaba previsto el reinicio del diálogo entre Serbia y Kosovo en Bruselas para normalizar y si es posible mejorar, luego de un año, las relaciones entre ambos países después del inicio de la guerra hace casi dos décadas.
Pero Belgrado abandonó las negociaciones tras el asesinato y el presidente serbio, Aleksander Vucic declaró que fue un "acto terrorista" contra todos los serbios y "no quedará impune".
"Serbia tomará todas las medidas necesarias y encontraremos al asesino o asesinos", aseguró Vucic a la prensa.
Horas antes, apenas se confirmó el hecho, el oficial a cargo de las relaciones con Kosovo en Belgrado, Marko Djuric, ya había dado la sentencia oficial en Bruselas: "Es un acto terrorista criminal en contra de los serbios".
El asesinato reavivó la tensión interétnica en Kosovo, entre la mayoría albanesa y la minoría serbia. A horas del crimen, comenzaron las primeras reacciones y resquemores políticos en la conflictiva zona.
La policía kosovar ofreció en su sitio web una recompensa de 10.000 euros para quien brinde información sobre el crimen o identifique a su asesino y se prevé la autopsia esta tarde en el hospital de Mitrovica.
Vucic abrió una manto de desconfianza sobre las autoridades de Kosovo: "Esperamos ver qué nos dirá la policía, pero si no es capaz de hacer su trabajo lo haremos nosotros en Serbia", dijo a la prensa en Belgrado.
Y sostuvo que el Consejo de Seguridad -dijo Vucic- le pidió a las misiones de la UE Eulex y de la ONU UNMIK que responsables serbios "participen en las averiguaciones".
Desde el exterior llegaron reacciones. La presidencia de la Unión Europea, a cargo de Bulgaria, condenó el asesinato. El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, tuiteó que condena "duramente" el asesinato y destacó que "el diálogo entre Belgrado y Pristina no tiene alternativa".
"No debemos permitir que este tipo de actos lo obstaculice", agregó Borisov y remarcó que este crimen "contradice los valores civilizados y la elección europea de los Balcanes Occidentales".
Rusia también condenó el crimen y advirtió desde el Ministerio de Asuntos Exteriores que "los ajustes de cuentas políticas de este manera pueden derivar en un ambiente de terror y en recidivas del conflicto entre etnias en la región".
También le pidió a los organismos internacionales con presencia en Kosovo "tomar todas las medidas para evitar posibles incidentes en la región autónoma".
El diálogo de Serbia y Kosovo para la normalización de sus relaciones suspendido hoy se realizaba desde 2013 bajo auspicio de la Unión Europea (UE), y los progresos son clave para el acercamiento comunitario de los dos países.
Serbia es candidata al ingreso en la UE, que exige la solución del problema con Kosovo para su acceso al bloque. Kosovo, antigua provincia serbia poblada por una gran mayoría de albaneses étnicos, proclamó en 2008 la independencia, algo que Serbia no reconoce, pero sí más de cien países, entre ellos Estados Unidos y la mayoría de los socios de la UE.
Rusia y China, que tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, en cambio, no reconocen este estatus.
Ivanovic - ex interlocutor clave de la OTAN, ONU y la UE después de la guerra- era el jefe de un partido socialdemócrata, hablaba albanés y cuestionaba la política llevada a cabo por Belgrado hacia Kosovo.
Si bien no reconocía la independencia, Ivanovic pedía que se reabriera el diálogo con las autoridades de Belgrado.
Fue condenado a nueve años de cárcel por crímenes de guerra en 2016 pero en febrero de 2017, un Tribunal de Apelación anuló su condena y pidió un nuevo proceso. Entre 1998 y 1999, la guerra entre serbios e independentistas albaneses de Kosovo dejó más de 13.000 muertos. (Télam).
De acuerdo con su abogado Nebojsa Vlajic, Ivanovic, de 64 años, fue abatido a las 8.15 hora local (4.15 hora argentina) con cinco disparos de un arma con silenciador provenientes de un auto, cuando llegaba a la sede de su partido Iniciativa Cívica.
El asesino, indicaron medios locales, estaba encapuchado. Poco después, muy cerca del lugar del crimen, fue hallado un auto incendiado y sin placa, con el cual se cree que se fugó el criminal, de quien no hay indicios.
"Después del ataque Ivanovic fue inmediatamente trasladado al hospital, pero todos los intentos de los médicos de reanimarlo fueron en vano", se lamentó Vlajic.
Ivanovic, jefe de un partido socialdemócrata local, era considerado un hombre político moderado en Mitrovica, un ciudad tensada por las divisiones entre el norte, de mayoría serbia, y el sur, donde viven los albaneses kosovares.
Su asesinato ocurrió el mismo día en que estaba previsto el reinicio del diálogo entre Serbia y Kosovo en Bruselas para normalizar y si es posible mejorar, luego de un año, las relaciones entre ambos países después del inicio de la guerra hace casi dos décadas.
Pero Belgrado abandonó las negociaciones tras el asesinato y el presidente serbio, Aleksander Vucic declaró que fue un "acto terrorista" contra todos los serbios y "no quedará impune".
"Serbia tomará todas las medidas necesarias y encontraremos al asesino o asesinos", aseguró Vucic a la prensa.
Horas antes, apenas se confirmó el hecho, el oficial a cargo de las relaciones con Kosovo en Belgrado, Marko Djuric, ya había dado la sentencia oficial en Bruselas: "Es un acto terrorista criminal en contra de los serbios".
El asesinato reavivó la tensión interétnica en Kosovo, entre la mayoría albanesa y la minoría serbia. A horas del crimen, comenzaron las primeras reacciones y resquemores políticos en la conflictiva zona.
La policía kosovar ofreció en su sitio web una recompensa de 10.000 euros para quien brinde información sobre el crimen o identifique a su asesino y se prevé la autopsia esta tarde en el hospital de Mitrovica.
Vucic abrió una manto de desconfianza sobre las autoridades de Kosovo: "Esperamos ver qué nos dirá la policía, pero si no es capaz de hacer su trabajo lo haremos nosotros en Serbia", dijo a la prensa en Belgrado.
Y sostuvo que el Consejo de Seguridad -dijo Vucic- le pidió a las misiones de la UE Eulex y de la ONU UNMIK que responsables serbios "participen en las averiguaciones".
Desde el exterior llegaron reacciones. La presidencia de la Unión Europea, a cargo de Bulgaria, condenó el asesinato. El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, tuiteó que condena "duramente" el asesinato y destacó que "el diálogo entre Belgrado y Pristina no tiene alternativa".
"No debemos permitir que este tipo de actos lo obstaculice", agregó Borisov y remarcó que este crimen "contradice los valores civilizados y la elección europea de los Balcanes Occidentales".
Rusia también condenó el crimen y advirtió desde el Ministerio de Asuntos Exteriores que "los ajustes de cuentas políticas de este manera pueden derivar en un ambiente de terror y en recidivas del conflicto entre etnias en la región".
También le pidió a los organismos internacionales con presencia en Kosovo "tomar todas las medidas para evitar posibles incidentes en la región autónoma".
El diálogo de Serbia y Kosovo para la normalización de sus relaciones suspendido hoy se realizaba desde 2013 bajo auspicio de la Unión Europea (UE), y los progresos son clave para el acercamiento comunitario de los dos países.
Serbia es candidata al ingreso en la UE, que exige la solución del problema con Kosovo para su acceso al bloque. Kosovo, antigua provincia serbia poblada por una gran mayoría de albaneses étnicos, proclamó en 2008 la independencia, algo que Serbia no reconoce, pero sí más de cien países, entre ellos Estados Unidos y la mayoría de los socios de la UE.
Rusia y China, que tienen derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, en cambio, no reconocen este estatus.
Ivanovic - ex interlocutor clave de la OTAN, ONU y la UE después de la guerra- era el jefe de un partido socialdemócrata, hablaba albanés y cuestionaba la política llevada a cabo por Belgrado hacia Kosovo.
Si bien no reconocía la independencia, Ivanovic pedía que se reabriera el diálogo con las autoridades de Belgrado.
Fue condenado a nueve años de cárcel por crímenes de guerra en 2016 pero en febrero de 2017, un Tribunal de Apelación anuló su condena y pidió un nuevo proceso. Entre 1998 y 1999, la guerra entre serbios e independentistas albaneses de Kosovo dejó más de 13.000 muertos. (Télam).