Kéfir de agua: la bebida de la que todos hablan y hace bien al organismo
Algunos la conocen, otros seguramente la probaron. Se trata de una bebida fermentada y gaseosa que gracias a bacterias en el agua, las frutas y el azúcar se convierte en un producto beneficioso para el sistema inmunológico. La receta en la nota.
Todo el tiempo vamos conociendo productos nuevos para consumir y que benefician a nuestro organismo, sin embargo, poco sabemos de ellos y más aún cómo "funcionan".
Uno de los ejemplos es el kéfir de agua, una bebida fermentada y gaseosa que se obtiene con la acción de unas bacterias en el agua, las frutas y el azúcar. Se parece a una limonada refrescante y sabrosa. Ella se pueden "fabricar" en casa con la ayuda de la naturaleza y la química natural como aliada.
Es diferente de la bebida láctea también llamada kéfir (de leche) que se acerca a un yogur muy líquido y un poco ácido de que probablemente habrás escuchado hablar. Son diferentes pero hermanas.
Según Melina Viera, dedicada a experiencias y desarrollo contenido relacionado a alimentación consciente y cocina saludable con formación en medicina en San Esteban, el kéfir es "una comunidad simbiótica de bacterias y levaduras, que se usa para fermentar cualquier líquido rico en carbohidratos. Hay 2 tipos. El kéfir de agua (o sugary kefir) y el de leche".
Este líquido, por sus fermentos, "nos permiten una mejor disponibilidad de nutrientes y mejoran la capacidad metabólica de la microbiota intestinal. Esto puede verse reflejado en efectos beneficiosos en el tiempo, especialmente sobre el tránsito intestinal, en la mejoría de la cicatrización, en la respuesta para hacer frente a las infecciones, entre otras.
A la hora de consumirlo, "es conveniente introducirse lentamente en el consumo, de una manera gradual. Pequeñas cantidades. Además debemos aprender a prepararlo. Esto puede llevar un tiempo de experimentación. Como todo en la vida, cada persona tiene su tiempo y cada organismo reacciona diferente", apuntó la experta.
En cuanto al sabor, para Melina esto es determinante. "En este punto, el sabor es determinante. Durante la fermentación y con el correr de las horas, va disminuyendo el dulzor y aumentando la acidez, gradualmente. En general, pasadas las 36 horas de preparado, se torna levemente ácido. Ese es el punto. Estos sabores son fuertes, y no suelen ser ni bien tolerados ni muy convenientes, a mi entender, en los extremos de la vida (lactantes o personas mayores). Y las bebidas, como las comidas hay que disfrutarlas".
¿Compra, regalo o intercambio?
En el mercado es común ver las botellas de kéfir de distintos sabores pero el negocio que los rodea, ofende muchos que sostienen la posición de que los nódulos deben regalarse o intercambiarse. Según Viera, "entre los fermentistas lo habitual es regalarse los nódulos, o intercambiarse cultivos. Proliferan mucho si se alimentan correctamente. Su capacidad para autorreproducirse es realmente increíble. Ahora, si no reciben alimento por semanas, se mueren. Por eso, lo ideal es estar en redes de cultivadores".
Una bebida con historia
El kéfir de agua vendría del Cáucaso y habría viajado desde Rusia durante las diversas fases de conquistas territoriales hacia numerosos países del continente antes de viajar al resto del mundo.
Existen escritos del final del siglo XIX que describen una bebida llamada Tibi obtenida con un proceso similar al del kéfir de agua con nódulos que se aparentan a unos granos de arroz cocidos que se llaman tibicos.
Para la cocinera, "Hay muchas teorías en relación a su origen. En realidad no se sabe, ni de dónde proviene el de agua, ni el de leche. Se han hecho experiencias tratando de producirlos, sin éxito. Al momento, los nódulos provienen siempre de la inoculación de un líquido rico en carbohidratos (leche o agua azucarada) con un cultivo vivo previo", concluyó.
Receta del kéfir según Melina Viera
- Tomás un frasco de vidrio. Ponés unas 3 cucharadas de nódulos, 1 taza de agua y 1 taza de azúcar mascabo. Así se despiertan. Vuelven a la actividad.
- Pasadas 12 horas, agregás 750 ml de agua, 1 puñado de fruta desecada (como pasas de uva, higos, peras) y 50 grs de azúcar mascabo, más medio limón. Tapás el frasco, con papel o tela tipo lienzo. Lo dejás sobre la mesada, en un lugar que no le dé el sol.
- Si hace calor, más de 25 grados podés poner el frasco en la puerta de la heladera, bien abajo, a la altura del cajón de las verduras.
- Removés la preparación un par de veces al días. Y vas probando el sabor, y pasadas las 36 hs a 48 hs. Verás como va tornándose ácido y levemente más viscoso.
- Luego, colás. Guardás el líquido en una botella de vidrio, con tapa de plástico (que pueda saltar, no hermética), en la heladera. Retirás las frutas (podés ponerlas en el compost). Y volvés los nódulos al frasco, iniciando otra tanda, con las mismas cantidades.
Tips para tener en cuenta
- Podés utilizar el kéfir para su consumo tal como está, o bien hacerle una segunda fermentación con fruta fresca para elaborar una gaseosa natural, o usarlo para hacer otras preparaciones (como quesos untables, cremas).
- Nunca cierres herméticamente los frascos o botellas, salvo que cuentes con el equipamiento necesario, porque al ser fermentos forman burbujas, y pueden reventar, por su efecto efervescente.