Juguetes antiguos delatan las costumbres del pasado
Algunos los coleccionan, otros trasladan a través de las generaciones, hay quienes también los convierten en adornos y una porción - muy menor - en San Francisco pueden encontrarse en instituciones como el Archivo Gráfico y Museo Histórico de la Ciudad (AGM) donde, en cierta forma, los reviven.
Un juguete viejo es parte de la esencia de aquellos que lo tuvimos, transmite los dogmas que nos atraviesan, los deseos a los que aspirábamos, las risas que se acallaron y la infancia que siempre anhelaremos. También son cultura, idiosincrasia, melancolía y nostalgia, sinónimo de una época inocente y feliz.
Estos elementos antiquísimos nos trasladan - también - a otras infancias, de niños que no conocimos y nos invitan a indagar en un pasado que enseña de otra forma la historia.
Sin embargo, al mismo tiempo nos muestran los viejos mandatos sociales, la idea de cómo debían ser hombres y mujeres, una sociedad que parece distante de la actual pero no lo es tanto en términos cronológicos.
Algunos los coleccionan, otros trasladan a través de las generaciones, hay quienes también los convierten en adornos y una porción - muy menor - en San Francisco pueden encontrarse en instituciones como el Archivo Gráfico y Museo Histórico de la Ciudad (AGM) donde, en cierta forma, los reviven.
Allí niños de las escuelas y también adolescentes quedan maravillados por el orden y la historia que emanan juguetes que gracias a María Teresa Milani y Alberto Orellano, no mueren nunca.
Los juguetes, en definitiva, nos enseñan cómo fueron otras vidas, de qué manera nos preparaban para el futuro, también decían qué y quien podía hacer tal o cual cosa.
Hoy son de plástico, ayer fueron de metal, otros tantos de madera. Más reales o de ciencia ficción, automáticos o que requieren de intervención humana. Siguen siendo juguetes y sus significados continúan delineando el paso del tiempo, nuestro pasado, presente y futuro.
Recorrido por la historia
Una de las cosas que llaman la atención de los niños y jóvenes que visitan el AGM es el material con que los confeccionaron porque también da indicios de la época en que fueron fabricados.
María Teresa Milani junto a Alberto Orellano son los traductores del lenguaje ficticio que indican los juguetes antiguos, su relación con ellos comenzó de "casualidad" igual que el museo.
"Los juguetes llegaron de a poco al AGM, el primero fue un auto antiguo echo de chapa de la década de 1960. En el mismo material también hay un metegol de chapa litografiada y un juego de cocina que le perteneció a Beatriz Casalis", comentaron a LA VOZ DE SAN JUSTO mientras en el recorrido también se observan un tanque de guerra y soldaditos de madera.
Los juguetes nos dicen mucho, su organización y conservación no son sólo mera coincidencia, puesto que antes tener uno era un lujo y muchos otros que hoy nos parecen maleables no lo eran hace muchos años. Como ejemplo de esto en la sala de juguetes del AGM hay una colección de muñecas Boudoir que había sido de María Concepción Fernández y su sobrina que las heredó eligió legarlas como testimonio. Éstas no eran utilizadas en realidad como juguetes, sino que eran para "señoras de finos gustos". Se fabricaron en Francia y su popularidad nos traslada a 1920.
Diez años más tarde salieron al mercado los muñecos de celuloide, frágiles por naturaleza se rompían fácilmente y tuvieron vigencia en las tiendas hasta 1979. El mismo material era utilizado para fabricar películas de cine.
En el AGM también se conservan distintos Proyectores Cinegraf que permitían a los niños recrear o crear películas y fueron furor entre las décadas del '50 y '60.
A lo largo de los años y en el siglo XX específicamente los juguetes cambiaron de material con el que se fabricaban, no sólo por modernización. Durante la guerra dejaron de hacerse juguetes de chapa porque todo lo que era material de metal era usado para la fabricación de armas. Así empezaron a surgir materiales que hoy se usan como el plástico, lo mismo que las terminaciones y pinturas que se usaban que fueron perfeccionándose.
"Se podía jugar poco con algunos juguetes, como con los de yeso o porcelana, algunos acá se ven mutilados porque tienen roturas propias de las caídas. En esa época algunos artistas hasta tenían su propia muñeca o accesorios relacionados a eso", afirmó María Teresa.
Las muñecas son todo un universo, en los anaqueles se ven las "Linda Miranda" cuyo lema era "camina, mira y anda". En este sentido la entrevistada dijo: "pusimos también la publicidad, es muy linda por el sistema que tenía en el armado y que posibilitaba su movimiento, son de la década del '40. Aparte como particularidad es que tienen los ojitos durmientes y tenía pelo natural. Se trataba que fueran lo más humanos posibles los muñecos".
Nenes y nenas de antes y ahora
En el AGM pueden verse muñecas perfectas, de ojos claros que reflejaban un ideal de la época, sus cabellos rubios, pestañas rizadas, bocas pintadas y sandalias elegantes.
También hay una línea evolutiva de máquinas de coser - que cosían de verdad - "son las Norita, su frase era 'cosiendo con Norita ayudo a mi mamita", explicó Milani recordando aquella vieja canción del arroz con leche donde se instaba a un niño a buscar una niña que "sepa coser y bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar".
Por ello es que coincide: "hay toda una preparación de las nenas, un mensaje que nos transmite de lo que las niñas de la época tenían que hacer de adultas. Los nenes sólo podían jugar con cosas para ellos, ahora cuando vienen los varones se ponen a hacer la comida o a cuidar el bebé porque desde la escuela les enseñan eso".
Alrededor de las muñecas como custodios, hay camiones, rastrojeros, patrulleros de policía y un muñeco bombero donado por la institución local con su impecable uniforme.
Cuando llegan los chicos al museo "hay que bajar su ansiedad", pero también Alberto Orellano hace hincapié en el mensaje que se les da: "el juguete sirve para socializar, estimular y que poder jugar es un derecho para los niños. Estos juegos y juguetes de antes tenían una función muy importante, se jugaban en grupos como ocurría con el Ta - Te - Ti, un memotest de sonidos. En función de lo que hay acá vamos manejando las presentaciones".
En las cajas también hablan los juguetes: "mostraban una familia que podía jugar, era tan interesante que se podía jugar con los abuelos. A veces la misma idea se fue aggiornando con otros colores, materiales y diseños pero con igual finalidad, va evolucionando y siguen vigentes a pesar del tiempo".
En esta sala del AGM quien entra viaja al pasado, puede ver y sentir aquello con lo que jugaban sus padres y abuelos. En esa habitación se hace presente la inocencia, allí un grande deja la adultez de lado para maravillarse con lo que fue popular en el pasado, gracias a lugares como estos la infancia nunca termina.