José Bianchi y su pasión por hacer barcos a escala
Cuando tiene un poco de tiempo, este sanfrancisqueño de 83 años busca la manera de ocuparlo realizando una actividad fuera de las tareas cotidianas: el modelismo naval. Eso que se denomina afición o hobby, para él es una pasión y un reto a su capacidad de crear, la paciencia y la inherente habilidad manual que lo llevaron a replicar el Titanic y el Princesa Margarita, y ahora, la Fragata Libertad.
Con la sonrisa y la ansiedad de un niño, José Bianchi, de 83 años, logró concluir un ejemplar a escala de la Fragata Libertad, que se suma a su colección personal en la que ya se encontraban el Titanic y el Princesa Margarita, atesorados con honor en su propio hogar de barrio Roca.
Dos años y tres meses le llevó a este sanfrancisqueño hilvanar cada pieza de la colección de la editorial Salvat, que llegaba semanalmente desde España por la gestión de su canillita.
Al contrario de lo que el packaging señala, José asegura que "no es fácil armarlo, ni mucho menos. Hay piezas complicadas, hay que ser preciso porque un error se propaga por todo el barco".
La connotación simbólica de la Fragata Libertad en la fuerza marítima nacional lo transformaron en un símbolo del orgullo argentino. Así lo reconoce el propio Bianchi, que indicó que el barco se trata de "un embajador argentino en todos los puertos del mundo, que recorre todo el planeta".
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, Bianchi, acompañado por Mirtha (77), su esposa hace ya 56 años, dio detalles de su pasión por los barcos y lo que piensan sus hijos, nietos y bisnietos sobre este hobby que no conoce edad.
La Fragata Libertad a escala
"Armarlo no es fácil"
Por poco más de dos años este autodidacta se dedicó a ensamblar cuidadosamente cada pieza que iba llegando desde España. Un cambio en la periodicidad de cada número de Salvat retrasó un poco más su finalización. "Cada capítulo traía algunas piezas. Al principio, la salida era semanal pero luego la cambiaron y salía un número cada 15 días".
Adentrándose en su construcción, contó que por cada número dedicaba alrededor de dos horas o más al ensamblado que, dependiendo del tamaño de la pieza y la luz necesaria, se añadía en la cocina o en la mesa del patio, en su casa.
Detallista como pocos, Bianchi insistió durante la charla que "armarlo no es fácil. Hay piezas pequeñas y complicadas. Un pequeño error repercute en toda la estructura".
"Armarlo no es fácil. Hay piezas pequeñas y complicadas. Un
pequeño error repercute en toda la estructura".
La familia y los barcos
Llevan medio siglo juntos y en la entrevista no podía ser de otra forma. Mirtha, acompañó atentamente a José en su relato, con admiración. Tienen cuatro hijos, cuatro nietos y un bisnieto.
Consultado acerca de si su amor por los barcos fue un legado para sus descendientes, Bianchi -entre risas y ante la complicidad de su esposa- manifestó que "mis hijos piensan en cómo los van a repartir. Hay tres barcos, falta uno más".
La misma editorial Salvat presentó recientemente otro modelo a escala, en este caso del Crucero ARA General Belgrano. Aunque, José mencionó: "No me gustan mucho los buques de guerra. En mi casa me pedían que lo hiciera pero voy a esperar para ver si viene otro modelo, algún trasatlántico, esos sí me encantan".
Su bisnieto tiene un año recién cumplido y, mientras finalizaba la construcción de la Fragata Libertad, más de una vez debió correr al rescate de su barco. "Recién empieza a caminar y cada vez que se acercaba al barco, José empezaba a preocuparse y tenía que correrlo hacia otro lugar de la casa", aportaba Mirtha.
Un trabajo minucioso
Una pasión de larga data
Sobre el nacimiento de su amor por los barcos, José recordó: "Desde pequeño aunque, a los veinte y pico de años, llevé a cabo una linda locura. Construí una lancha en el techo de mi casa, medía 6 metros y medio de largo, tenía tres camas e incluso una cocina. Fue difícil bajarla de ahí arriba, mucha gente nos tuvo que ayudar pero llegó al río". Se llamaba Siroco.
Por entonces José y Mirtha eran novios. "Acepté viajar en la lancha porque éramos novios, si tuviera que ir ahora, no iría", señaló entre risas la mujer.
La casa de José es un verdadero museo del modelismo naval
La réplica
La Fragata Libertad de Bianchi se encuentra construida a escala 1:100 y tiene 1,05 metros de largo por 220 milímetros de ancho y 580 milímetros de alto.
Los materiales utilizados para su confección son: maderas sapeli, chopo, ayous y mukali; entre los metales: zamack, latón y aluminio mientras que los tejidos son de algodón y cada pieza fue ajustada con láser de alta precisión.
Además cuenta con detalles prolijos y elegantes, destacándose su similitud al barco real.