Intestino irritable: qué es y cómo se pueden controlar sus síntomas
Dolor abdominal recurrente, diarrea, constipación, distensión, son síntomas del síndrome del intestino irritable (SII) también conocido como colon irritable, un problema cada vez más frecuente que afecta negativamente la calidad de vida de quienes lo sufren.
Este síndrome es un trastorno funcional
crónico del intestino que no tiene una causa identificable. Se lo
relaciona con las emociones, ansiedad y depresión, aunque también
hay evidencias científicas que aseguran que las responsables del
trastorno serían alteraciones de la fisiología.
Ante este trastorno, algunas personas pueden controlar sus síntomas con una dieta, un estilo de vida saludable y bajando el nivel de estrés; aunque otras necesitan tratamiento con medicamentos.
En Argentina, la prevalencia es aproximadamente del 12%; es más frecuente en mujeres, de 2 a 4 veces más con respecto a los hombres, y en jóvenes entre los 30 y 50 años.
El médico especialista en Medicina Interna y Gastroenterología, Cristian Pogolotti (MP-26770/4; ME-11562; ME-13019) del Sanatorio Argentino, explicó que se trata de un trastorno funcional, crónico, benigno y que suele reaparecer. Destacó que en el tratamiento "es muy importante la relación médico-paciente, ya que el profesional debe tranquilizar y educar a la persona sobre su afección".
Explicó que en cuanto a las causas, la nueva evidencia científica establece que se han identificado causas posibles como infecciones de bacterias, virus, parásitos, inflamación intestinal, malabsorción de ácidos biliares y el consumo de alimentos que contengan fructanos o gluten.
Asimismo explicó que en una persona "con predisposición genética, factores ambientales determinados, y con trastornos psicológicos como ansiedad, depresión, estrés, se pueden producir alteraciones de la microflora intestinal y en la pared del intestino que generan una respuesta inflamatoria que determina los síntomas como dolor abdominal, cambios del tránsito intestinal y exceso en la producción de gases. Estos cambios generados a nivel intestinal son los responsables de las alteraciones del sistema nervioso central con desarrollo o exacerbación de la ansiedad, el estrés y la depresión".
"En el tratamiento del síndrome de intestino irritable es muy importante la relación médico-paciente, ya que el profesional debe tranquilizar y educar a la persona sobre su afección".
Aliviar el malestar
El objetivo del tratamiento es siempre aliviar los síntomas. Al respecto Pogolotti afirmó que en primer lugar el médico "debe asegurarse que los síntomas no obedecen a otras enfermedades orgánicas que se pueden confundir con este trastorno funcional", como por ejemplo, endometriosis, celiaquía, colitis, etc.
Aclaró que no existe un tratamiento común a todos los pacientes, "se trata de un abordaje personalizado y por eso la relación médico-paciente debe ser positiva con apoyo a largo plazo".
El rol de la dieta
Por otro lado añadió que se pueden obtener efectos beneficiosos a través de una orientación general sobre la dieta y la actividad física. Al respecto destacó que las dietas "ricas en fibras, con bajas cantidades de hidratos de carbono, comidas en horarios regulares, ingesta de líquidos suficientes, incorporación de probióticos y gimnasia ayudan a aliviar los síntomas".
Entre las dietas que existen detalló:
- Dieta rica en fibras con incorporación de frutas, verduras, cereales con una ingesta adecauda de líquidos
- La Fodmaps (Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles Fermentables): se trata de una dieta de alimentos bajos en hidratos de carbono de cadena corta. "Estos alimentos tienen tres características en común: Baja absorción en intestino delgado, son rápidamente fermentados por las bacterias colónicas y tienen alta actividad osmótica (aumento de agua en el intestino). La dieta baja en Fodmaps mejora los síntomas incluyendo la distensión, flatulencia y dolor abdominal comparado con la dieta estándar. Asimismo no se ha demostrado cuáles son los resultados a largo plazo y la seguridad", remarcó.
- Los probióticos pueden aliviar los síntomas como hinchazón y flatulencia. Sin embargo, la duración de estos beneficios no está claro. "La eficacia de los probióticos es difícil de interpretar, y al presente no hay suficiente evidencia como para poder hacer recomendaciones", aclaró Pogolotti.
El tratamiento con medicamentos
En cuanto al tratamiento con medicamentos, el doctor Pogolotti afirmó que se indican antiespasmódicos para el dolor, laxantes, fibra, y agentes de volumen para el estreñimiento, fibras (Psyllium), agentes de volumen, y antidiarréicos, antidepresivos tricíclicos para el manejo del dolor con diarrea. La rifaximina, un antibiótico no absorbible que se utiliza actualmente con predominio de diarrea; eficaz para reducir los síntomas generales y puede considerarse como una terapia en segunda línea. También el ondansetrón que mejora la sensación de urgencia, diarrea y de hinchazón con diarrea pero no alivia el dolor.
"No existe evidencia que avale el uso de los productos que contienen carbón activado, 'antiflatulentos', simeticona, y otros agentes para este trastorno", aseguró Pogolotti.
Añadió que también existe el tratamiento psicológico, terapias alternativas como hierbas medicinales, acupuntura, aunque no hay estudios ni datos definitivos para su recomendación.
Las señales de alerta
- Dolor abdominal recurrente, tipo cólico, de predominio en hemiabdomen inferior, con intensidad variable -al menos un día a la semana en los últimos 3 meses, con un comienzo por lo menos 6 meses antes del diagnóstico-; el dolor suele estar relacionado con la defecación.
- Diarrea que suele ser diurna, aparece luego de las comidas, con una consistencia semilíquida o líquida; a veces urgencia defecatoria (pujo) o con presencia de moco en las heces, pero nunca acompañado de sangre.
- Constipación: heces duras, con esfuerzo defecatorio, puede haber mucorrea, sin sangre. Puede acompañarse de distensión abdominal (hinchazón) y sensación de evacuación incompleta
- Distensión abdominal, saciedad precoz, náuseas y ocasionales episodios de vómitos.
Qué enfermedades tienen síntomas similares
El intestino irritable puede tener síntomas o signos similares a otras enfermedades como:
- Enfermedad celíaca: diarrea, dolor abdominal, hinchazón, fatiga, etc.
- Malabsorción de ácidos biliares: causa identificada de SII con predominio de diarrea crónica.
- Intolerancia a la lactosa: hinchazón, flatulencia, diarrea.
- Enfermedad inflamatoria intestinal (Colitis Ulcerosa, Enfermedad de Crohn): diarrea crónica, sangrado, dolor abdominal, pérdida de peso, anemia, etc.
- Cáncer colorectal: mayor edad, sangrado, anemia, pérdida de peso, etc.
- Colitis microscópica: diarrea crónica, menores de 70 años, predominio en mujeres.
- Diarrea secundaria a parásitos o bacterias, algunas potenciales causales de SII. Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (en resección de intestino delgado): malabsorción, diarrea, distensión, causal potencial de este síndrome.
- Endometriosis.
- Enfermedad pélvica inflamatoria.
- Cáncer de ovario (en mujeres mayores de 40 años): dolor pélvico, hinchazón, urgencia urinaria, etc.
- Colitis por antiinflamatorios no esteroideos: más común en personas añosas para tratamiento del dolor.