Importancia de conocer técnicas de reanimación
Importancia de conocer técnicas de reanimación
Un hecho que
no es una anécdota más. Demuestra la trascendencia social que adquiere la
necesidad de que sean cada vez más las personas que conozcan las técnicas de RCP
y la maniobra de Heimlich.
Un hecho que
no es una anécdota más. Demuestra la trascendencia social que adquiere la
necesidad de que sean cada vez más las personas que conozcan las técnicas de RCP
y la maniobra de Heimlich.
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Cristian Gudiño (barbijo negro), el paramédico que le salvó la vida al niño de 3 años, con sus compañeros de Ucemed (Foto de Facebook)
Un episodio
singular, no exento de dramatismo, se vivió en las últimas horas en San Francisco cuando paramédicos de una empresa de
servicios de emergencia pudieron salvar la vida a un niño pequeño que se había
atragantado con un caramelo, cuando estaba con su familia en un local
gastronómico de Belgrano al 1800.
Por obra de
la Providencia, justo en ese momento circulaba por el lugar esa ambulancia y
los profesionales pudieron asistir de inmediato al niño. Utilizaron la conocida
maniobra de Heimlich y lograron que el pequeño expulse el elemento que obstruía
su conducto respiratorio. Así, en medio de una situación de extrema tensión
como es lógico imaginar, se consiguió salvar la vida del menor y dar alivio a
sus familiares.
El hecho no
es una anécdota más. Demuestra la trascendencia social que adquiere la
necesidad de que sean cada vez más las personas que conozcan las técnicas de
Resucitación Cardiopulmonar (RCP) y la maniobra de Heimlich, procedimiento de
primeros auxilios que permite desbloquear el conducto respiratorio cuando una
persona se atraganta con algún objeto o alimento. Deberían ser habilidades conocidas
por la mayoría. Sin embargo, pese a las acciones que llevan adelante algunas
organizaciones no gubernamentales y también determinados entes oficiales, no es
posible mensurar como positivo el número de personas que están en condiciones
de practicar estas maniobras de manera efectiva ante una emergencia.
Es verdad
que en las escuelas se trabaja brindando algunos contenidos y talleres respecto
de los primeros auxilios. Sin embargo, no solo allí debería establecerse como
como criterio normativo la importancia de conocer las técnicas. Deberían
sumarse otros ámbitos para que se generalice esta suerte de protección
comunitaria. Así, los empleados públicos y los choferes del transporte urbano, sean taxistas, remiseros o
colectiveros, los empleados gastronómicos, por citar algunos casos, deberían tener la posibilidad de acceso a
cursos intensivos.
En noviembre
de 2012, el Congreso Nacional sancionó la Ley de promoción y capacitación en
las técnicas de Reanimación
Cardiopulmonar que pretendía capacitar en la atención primaria básica del paro
cardiorrespiratorio para prevenir el acontecimiento de muertes evitables en el
ámbito extrahospitalario a los estudiantes del nivel secundario y del nivel
superior. Poco se conoce sobre la adhesión de las provincias a esta norma pero
podría servir de base para que la legislación contemple programas sistemáticos
y permanentes de capacitación en esta materia.
De ese modo,
podrían salvarse muchas vidas en ocasiones similares a las que dieron origen a
esta columna. Se trata de la vida humana, nada menos. Un motivo más que válido
como para que se tome nota y se actúe en consecuencia.
Un episodio
singular, no exento de dramatismo, se vivió en las últimas horas en San Francisco cuando paramédicos de una empresa de
servicios de emergencia pudieron salvar la vida a un niño pequeño que se había
atragantado con un caramelo, cuando estaba con su familia en un local
gastronómico de Belgrano al 1800.
Por obra de
la Providencia, justo en ese momento circulaba por el lugar esa ambulancia y
los profesionales pudieron asistir de inmediato al niño. Utilizaron la conocida
maniobra de Heimlich y lograron que el pequeño expulse el elemento que obstruía
su conducto respiratorio. Así, en medio de una situación de extrema tensión
como es lógico imaginar, se consiguió salvar la vida del menor y dar alivio a
sus familiares.
El hecho no
es una anécdota más. Demuestra la trascendencia social que adquiere la
necesidad de que sean cada vez más las personas que conozcan las técnicas de
Resucitación Cardiopulmonar (RCP) y la maniobra de Heimlich, procedimiento de
primeros auxilios que permite desbloquear el conducto respiratorio cuando una
persona se atraganta con algún objeto o alimento. Deberían ser habilidades conocidas
por la mayoría. Sin embargo, pese a las acciones que llevan adelante algunas
organizaciones no gubernamentales y también determinados entes oficiales, no es
posible mensurar como positivo el número de personas que están en condiciones
de practicar estas maniobras de manera efectiva ante una emergencia.
Es verdad
que en las escuelas se trabaja brindando algunos contenidos y talleres respecto
de los primeros auxilios. Sin embargo, no solo allí debería establecerse como
como criterio normativo la importancia de conocer las técnicas. Deberían
sumarse otros ámbitos para que se generalice esta suerte de protección
comunitaria. Así, los empleados públicos y los choferes del transporte urbano, sean taxistas, remiseros o
colectiveros, los empleados gastronómicos, por citar algunos casos, deberían tener la posibilidad de acceso a
cursos intensivos.
En noviembre
de 2012, el Congreso Nacional sancionó la Ley de promoción y capacitación en
las técnicas de Reanimación
Cardiopulmonar que pretendía capacitar en la atención primaria básica del paro
cardiorrespiratorio para prevenir el acontecimiento de muertes evitables en el
ámbito extrahospitalario a los estudiantes del nivel secundario y del nivel
superior. Poco se conoce sobre la adhesión de las provincias a esta norma pero
podría servir de base para que la legislación contemple programas sistemáticos
y permanentes de capacitación en esta materia.
De ese modo,
podrían salvarse muchas vidas en ocasiones similares a las que dieron origen a
esta columna. Se trata de la vida humana, nada menos. Un motivo más que válido
como para que se tome nota y se actúe en consecuencia.