Horario corrido en los comercios: ¿llegó para quedarse?
En la ciudad, todavía hay resistencia. Por la cuarentena se planteó que los negocios trabajen de 8 a 18 y en algunos casos, hasta las 20. Si bien los comerciantes dieron el visto bueno, no creen que el cambio perdure post-pandemia.
Desde que comenzaron a flexibilizarse
diversas actividades comerciales que se mantenían paralizadas por la pandemia, la
restricción del horario permitido para atender al público obligó a los
sanfrancisqueños a modificar su rutina de compras.
Los comercios -considerados no esenciales - están autoridades a abrir entre las 8 y las 18, de lunes a sábado. Se trata de negocios de indumentaria, calzado, librerías, concesionarios de autos y motos, repuestos, electrodomésticos, ópticas, etc.
Sin embargo, el horario comercial corrido que se impuso al tradicional por disposición del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) no tuvo aún total aceptación. La mayoría de los comercios realiza una pausa "obligada" para almorzar y luego retomar la atención al público a partir de las 16.
Como en otras ciudades del interior, en San Francisco la siesta es sagrada, por lo que se resisten a fijar horarios corridos.
El hábito social y el laboral están tan arraigados que son muy pocos los que durante la cuarentena se animaron a levantar la persiana, además, motivados por una notoria disminución de clientes luego del mediodía, porque afirman que "el mayor movimiento se sigue dando después de las 16".
La tradición de la siesta conspira contra
el horario corrido en los comercios
Entre la comodidad del comerciante y la costumbre
Jorge Gianotti, propietario de Valentino -Bv. 25 de Mayo 1807- y de Bowie -Pueyrredón 33-, explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO que "este tema se divide en dos aspectos bien diferenciados. Por un lado se analiza la comodidad de los comerciantes que prefieren el horario corrido, pero por otro lado, la idiosincrasia de la ciudad demuestra que 'la hora de la siesta' es el momento más difícil para vender".
Más allá de eso, el comerciante, indicó que en nuestra ciudad "está muy arraigada la costumbre de la reunión familiar a la hora del almuerzo y quedó demostrado que le hace muy bien a la sociedad".
Por una cuestión de comodidad "nos gustaría" mantener el horario corrido de atención al público, admitió Gianotti, aunque reconoció que "el grueso de los clientes prefiere que paren al mediodía para luego retomar a mitad de la tarde. El mayor movimiento se sigue dando después de las 16".
El entrevistado reconoció que la pandemia "llegó para poder debatir varias cosas de la actividad y seguramente la conveniencia del horario será uno de los debates que seguirá".
"Para nosotros, el horario cortado se impone por sobre el horario corrido, sin dudas", dijeron desde una verdulería.
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Las verdulerías formaron parte de los comercios esenciales. Eso significa que nunca detuvieron su actividad por dedicarse a la provisión de alimentos.
No obstante ello, también debieron modificar el horario de atención para continuar de corrido mientras que en la actualidad muchas de ellas ya trabajan con horario cortado, cerrando al mediodía. Desde el miércoles están autorizas a abrir de 7 a 20, de lunes a domingo, antes lo hacían hasta las 18.
Antonella Tamagnini, de Verdulería El Titi -Bv. Buenos Aires 1143- no dudó en señalar que "el horario cortado" es el que más beneficia al momento de esta actividad comercial.
"Sin dudas el horario cortado para nosotros es más efectivo. Cuando hacíamos horario corrido teníamos muy poca gente a la hora de la siesta. No había gran diferencia si no abríamos en ese momento", comentó.
Por el tipo de producto que comercializan, aseguró que "por la mañana" es el momento en que se registra una mayor afluencia de clientes mientras que por la tarde "la movida comienza a partir de las 16".
Con la extensión del horario de cierre, la vendedora dijo que "la gente aprovecha a venir a la tardecita porque parece que le queda mucho más cómodo".
"Para nosotros, el horario cortado se impone por sobre el horario corrido, sin dudas", concluyó.