Homenajes perdidos: las placas que fueron removidas o robadas y nunca volvieron a su lugar
Algunos espacios públicos han quedado abandonados y desnudos de información sobre su existencia, no obstante, aún quedan resabios como el de la esquina que recuerda a Oscar Liwacki.
Por Ivana Acosta | LVSJ
En 2019 el municipio anunció que debido al crecimiento de robos de elementos de bronce las placas de diferentes homenajes en San Francisco serían removidas para evitar el vandalismo, se las reemplazaría por otras cuyos materiales serían mármol, granito o fibra de vidrio, en algunos casos, con un símil bronce.
De esta forma, fueron desapareciendo del mapa cotidiano las placas de diferentes monolitos que eran populares y que distinguían a San Francisco como un recorrido de memoria donde los transeúntes podían saber si algo o alguien importante había pasado por esos espacios.
La promesa se hizo, el proyecto se puso en marcha, pero a un año y medio de ese anuncio del que LA VOZ DE SAN JUSTO tomó nota poco se ha hecho y los monolitos han quedado vacíos y solo manchados por las placas que alguna vez lucieron.
De esta forma ya no se exhibe más la placa que indica la calle Pasteur donde hace esquina con Bv. Sáenz Peña, tampoco hay nada en la que era la plazoleta Poeta Leopoldo Lugones ni los recordatorios ni el busto porque lo que no se ha robado se quitó para reemplazarse, pero eso jamás se completó.
La plazoleta Poeta Leopoldo Lugones quedó en el olvido sin placa ni busto
Una de las sobrevivientes
Así como en una época Pasteur tuvo en la esquina con un bulevar una placa que recordaba el lugar por el que se transitaba del otro lado de la ciudad en los márgenes del sector de las "200 viviendas" hay una que se rescata y que ha sido bien custodiada.
La placa aumenta la información sumaria del nomenclador y explica que la calle rinde homenaje a Oscar Ventura Liwacki, acto realizado por sus compañeros del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC).
Liwacki, fue secuestrado por quienes encabezaron la última dictadura cívico, eclesiástico, militar el 12 de mayo de 1976. El hombre que se encuentra desaparecido, se desempeñaba como secretario general de la CGT local y era del riñón del SEC.
Ese mayo de 1976, un grupo comando irrumpió ilegalmente en su vivienda de calle Dante Alighieri 548 y se lo llevó mientras su esposa y un tío lo vieron sin poder hacer nada.
Para que la memoria nunca muera, dos homenajes están vigentes en la ciudad, uno es el campo de recreación y deportes del SEC y el otro la calle con su propia placa colocada por sus compañeros.
Todavía se mantiene la que indica la esquina de Oscar V. Liwacki desaparecido en 1976.
Abandono
Una postal totalmente opuesta es la que exhibe la plazoleta Poeta Leopoldo Lugones que poco a poco con el tiempo fue abandonada hasta que quedaron solo las columnas que alguna vez las distinguieron y el cartel que señala el nombre del espacio.
No hay monolito, ni busto, ni placas, solo hay nombres y leyendas grafiteadas en las paredes, el verde opaco de unas columnas que se mantienen por la firmeza del material y el lugar donde alguna vez estuvo el busto en homenaje a esta célebre personalidad de la literatura nacional.
No es la primera vez que queda el poeta "invisible" en la ciudad puesto que hace muchos años también había desaparecido una placa instalada en calle Iturraspe entre los números 818 y 822.
Esta plazoleta era uno de los pocos lugares donde se lo homenajeaba al hombre que se recuerda en el Día del Escritor. El espacio se inauguró un 13 de junio de 1985 y en algún momento exhibió un busto del escritor, obra de Domingo S. Alberto.
La escultura fue removida años atrás para ser reparada y nunca más volvió a su lugar, las placas tampoco.
Casi escondida resiste la placa de Dante Agodino.
¿Por qué las removieron?
La cuestión acerca de la remoción de las placas que quedaban en la ciudad se limitaba a las que exhibían bronce o materiales similares que eran foco de confusión para los vándalos de los espacios públicos. Ellos rompían, robaban y vendían ese material acarreando con suerte unos pesos si era de bronce.
La decisión del gobierno en 2019 fue entonces reemplazar esos materiales por mármol, granito o fibra de vidrio, en algunos casos, con un símil bronce, pero en muchos casos las placas nunca volvieron.
Quedaron al desnudo las paredes de la Plaza Italia, 9 de Julio, la venida a menos del sector de la democracia en el Centro Cívico y también en el Jardín Botánico, por ejemplo, y a ellas se suman las de Pasteur, Poeta Lugones, Villafañe, entre otras.
Las que sobreviven como la de Liwacki o Dante Agodino un poco escondida en las paredes de una oficina en la esquina con Av. Las Malvinas siguen recordando esa vieja época donde se podía tener y respetar los homenajes, los pequeños datos labrados en bronce o en cualquier otro material pero que ahora se roban o dañan.