Hacia la pirotecnia cero
En las últimas fiestas la manipulación de artefactos explosivos no fue muy significante, una señal que marca un cambio cultural importante en una comunidad que supo padecer accidentes serios durante los festejos de Navidad y Año Nuevo. Nuestra editorial de hoy.
Las últimas fiestas de fin de año tuvieron un ingrediente novedoso: la pirotecnia no fue muy significativa. Esta situación marca un cambio cultural importante en una comunidad que supo padecer accidentes serios durante los festejos de Navidad y Año Nuevo debido a la mala manipulación de los artefactos explosivos.
En este sentido, este diario publicó recientemente que el Concejo Deliberante de nuestra ciudad analizará durante 2018 distintas modificaciones de la normativa actual que deriven en la sanción de una ordenanza de pirotecnia cero, como ocurre en muchas otras poblaciones del país. Vale señalar que la ordenanza N°6553 prohíbe parcialmente el uso de pirotecnia basándose en los daños que les causa su estruendo, habitual en los días festivos, a animales y personas con autismo, sobre todo. Además, establece "la realización desde la municipalidad conjuntamente con las instituciones protectoras de animales, del medio ambiente, bomberos, de salud y demás instituciones involucradas, campañas de concientización y educación acerca de los efectos dañosos del uso irresponsable de pirotecnia".
Al cumplirse dos años de la sanción de esta norma, la Fundación Bioanimalis anunció que impulsará las gestiones para lograr la prohibición total de los explosivos y así alcanzar el denominado nivel de pirotecnia cero. Funcionarios municipales confirmaron también que se revisará la ordenanza, con lo que estaría allanado el camino para la prohibición total de los artefactos pirotécnicos.
El debate está servido. Desde Bioanimalis se sostuvo que ya no puede admitirse más la pirotecnia por los peligros que ocasiona su manipulación y también por los efectos que provoca en animales domésticos y especialmente en las personas que sufren autismo, por ejemplo. Dijeron desde la fundación que "lo único que se puede permitir "es la pirotecnia fría, una alternativa, que no quema, no larga humo, no explota, se puede usar en ambientes cerrados, no tiene pólvora y es mucho más benigna con el medio ambiente y con todos los seres. Ese tipo de pirotecnia suele usarse en los recitales, en espectáculos internacionales, son columnas con luces de distintos colores".
En el mismo sentido se pronunció ante este diario el secretario de Gobierno del municipio: "Muchas ciudades están legislando en ese sentido y San Francisco también. La comunidad está tomando conciencia y hay más gente a favor de no utilizar elementos de pirotecnia". El funcionario coincidió con la importancia de "invitar a ciudades y localidades vecinas, como Frontera, a que se sumen porque el éxito de la ley también depende eso".
Por cierto, desde la industria que fabrica los explosivos se alude a la pérdida de puestos de trabajo -elemento que debe tenerse en cuenta en los sitios donde existen empresas del rubro- y al fomento de la clandestinidad en la comercialización, lo cual no es un argumento contundente, puesto que la peligrosidad de la manipulación es la misma aun cuando los dispositivos se hayan comprado de manera legal o ilegal.
En este punto, la pirotecnia cero parece ir alcanzado un nivel de adhesión que será determinante en el debate de las ordenanzas sobre el tema que tendrá que abordar el Concejo Deliberante.