Gisela Berger se refugia en Alicia, su pueblo natal, tras denunciar a Daniel Scioli
La modelo volvió a apuntar contra el diputado y aseguró que sufrió maltratos. Además, contó: "Él toma mate con gente humilde en La Ñata y después se ríe".
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La localidad de Alicia, ubicada en la parte sur del departamento San Justo, estuvo en boca de los medios de comunicación del país tras la llegada de la modelo Gisela Berger, quien llegó hasta su pueblo natal -se presume que el pasado lunes- para refugiarse luego del conflicto que mantiene con el diputado nacional y excandidato a presidente, Daniel Scioli.
Los vecinos de la pequeña localidad de más de tres mil habitantes se mostraban este jueves asombrados ante primero la llegada de la joven, quien tiene una pequeña hija junto a Scioli, y luego de algunos medios nacionales que arribaron con sus cronistas buscando en vivo y en directo la palabra de Berger, quien prefirió el anonimato luego de realizar declaraciones durante horas de la mañana a algunos canales porteños.
Tras haber lanzado un furioso mensaje en Twitter contra su expareja el día miércoles, la modelo continuó ayer sus denuncias y aseguró que sufrió maltratos y violencia psíquica durante su relación.
"Hubo muchos malos tratos, la violencia psíquica fue peor que cualquier cachetazo", contestó cuando le preguntaron si había habido golpes. Con la voz quebrada por los nervios, recordó episodios puntuales que deterioraron el vínculo, como lo que ocurrió, por ejemplo, cuando nació Francesca en 2017. "No estuvo conmigo, sólo fue cuando salimos de la clínica, para la foto".
La modelo fue pareja del diputado Scioli
Gisela recordó que intentó varias veces separarse, pero el exgobernador de Buenos Aires la amedrentaba con su maternidad. "'Yo no me separo, a ver si lo entendés. ¿A dónde vas a ir con una nena a cuestas? No te podés ir a ningún lado, no vas a poder hacer nada'", contó que eran las frases que utilizaba para infundirle miedo. Por esto, dijo que por momentos se sentía "presa" de la situación.
En diálogo con A24, Berger también habló del episodio que desencadenó la nueva crisis. Se dio algunos días atrás, en las vacaciones que compartieron en los Alpes franceses. "Querían que me comportara de tal manera para la campaña, pero yo no lo comparto y nadie me va a obligar a mí a nada. La cosa se empezó a poner más tensa. Me amenazaron fuerte y grave, tuve miedo por mí y por mi familia. No lo iba a hacer público pero no sabía qué podía pasar", explicó.
Pese a lo narrado, Gisela advirtió que este es apenas un adelanto de todo lo que tiene para contar. "Me estoy quedando callada todavía. Que no me sigan molestando porque la que da un paso al costado soy yo, no quiero tener más nada con él. A mí no me van a seguir usando, yo llegué hasta acá porque soy un ser humano. El viaje seguía a Dubai, pero yo no quería ir a ningún lugar más con él".
Según se conoció, Berger no tiene intenciones de llevar su denuncia a la Justicia, porque siente que jamás sería escuchada. "¿Para qué voy a ir? Si él levanta un teléfono y lo soluciona. Yo en este caso no soy nadie, se me van a reír en la cara. La única defensa que tengo es apartarme completamente de este señor, que no le interesa nada, ni yo ni la nena", aseguró.
Por último, contó una intimidad que -según su punto de vista- sirve para desenmascarar al exfuncionario. "Fue a tomar mate a la casa de una familia humilde en La Ñata y después cuando llegó se reía de algunas situaciones. Él en su vida no toma mate. No me gusta que se ría de la gente humilde porque tiene toda la plata del mundo y el poder del país", criticó, y reconoció que se sentía identificada con esa gente humilde porque actualmente se encuentra en la casa de sus padres, que está ubicada en un barrio de bajos recursos en la localidad de Alicia.
"Yo me quedé con él porque estaba enamorada, no por la plata o los viajes", afirmó la modelo en respuesta a quienes la criticaron en las últimas horas por su vínculo con Scioli.