Ganancias: un fallo que revivió el debate
El tema del impuesto a las Ganancias es muy sensible, afecta a gran parte de los trabajadores argentinos, agravando su ya delicada situación socioeconómica y demostrando que la voracidad fiscal del Estado malgastador lejos está de revertirse.
Fuerte impacto mediático tuvo una de las últimas sentencias que emitió la Corte Suprema de Justicia. En efecto, con el voto de cuatro de sus cinco miembros, el máximo tribunal declaró inconstitucional que los jubilados paguen impuesto a las Ganancias y ordenó no retener ese tributo hasta tanto el Congreso no legisle una exención a favor de los adultos mayores.
De esta manera, el máximo tribunal confirmó una sentencia de la Cámara de Apelaciones de Paraná, Entre Ríos, a favor de la jubilada María Isabel García.
Las informaciones señalan que si bien la decisión se centró en un caso en particular, la resolución podría impactar en el resto de los jubilados que tributan el impuesto e, incluso, en aquellos que cobraron sentencias favorables por actualizaciones en los últimos años. Según fuentes tribunalicias, se calcula que hay otros 2000 fallos análogos solo en el máximo tribunal, sin contar las causas que tramitan en instancias inferiores.
De inmediato las interpretaciones se ubicaron en veredas distintas. Por un lado quienes celebran este fallo y establecen con claridad que el impuesto a las ganancias es en muchos casos confiscatorio en especial si se aplica a los jubilados, quienes durante años aportaron y lo pagaron. Por el otro, los que afirman que la sentencia beneficia a los jubilados más privilegiados, aquellos que perciben los mejores haberes y que su impacto, por lo tanto, no es significativo en el grueso de las erogaciones del sistema previsional. En el medio la gran contradicción que supone la definición de este tema en manos de jueces que no pagan Ganancias y que incluso se niegan a que se les imponga esto.
Todas las posturas permiten argumentaciones que le otorgan validez. El impuesto a las Ganancias es una rémora tributaria que solo puede estar en vigencia debido a las falencias estructurales de un Estado quebrado y a la inoperancia de gobernantes que prometieron eliminarlo durante su campaña electoral. La definición de la Corte, por otra parte, no tiene un impacto grave sobre las finanzas de la Anses y de las cajas provinciales, puesto que son una minoría los miembros de la clase pasiva a los que se les retiene el tributo. Y queda otra vez en una nebulosa la discusión sobre el verdadero sentido del impuesto a los asalariados, así como la negativa cerrada de jueces a pagarlo.
Pueden comprenderse entonces las razones por las cuales la sentencia de la Corte Suprema ha tenido un alto impacto, más allá de las diferencias políticas y de las divisiones evidentes que existen en su seno. Es que el tema del impuesto a las Ganancias es muy sensible, afecta a gran parte de los trabajadores argentinos, agravando su ya delicada situación socioeconómica y demostrando que la voracidad fiscal del Estado malgastador lejos está de revertirse.