Este año ya se quemaron 60 % más de hectáreas que en 2019
Las estadísticas arrojan un fuerte aumento de incendios de pastizales en 2020 en San Francisco y alrededores derivado de la escasez de lluvias pero también, de la negligencia humana. Los bomberos sostienen que el 95 % de los siniestros se pudo haber evitado.
Cien días sin lluvias importantes, cien días de sequía pero también la negligencia humana hicieron que se incrementaran las salidas de los bomberos voluntarios de San Francisco para apagar incendios, la mayoría producidos en pastizales.
Tienen un promedio de 11 salidas diarias
Desde el cuartele local indicaron que todavía existe mucha desaprensión por parte de los habitantes, que inician incendios con la quema de basura o malezas, a pesar de la falta de agua.
En lo que va de 2020 se quemaron en esta región 430 hectáreas de campo, lo que implica un incremento del 60 % respecto al total de la superficie quemada el año pasado, cuando se incendiaron 270 hectáreas.
Con esa proyección se estima que a fin de año "se va a superar ampliamente" la duplicación de hectáreas afectadas por el fuego, teniendo en cuenta que los próximos meses "son los más difíciles" hasta que llegue la temporada de lluvias.
9 de cada 10 son provocados por el hombre
El cuartel de bomberos de San Francisco actúa en una superficie de 55.000 hectáreas y un perímetro de 100 kilómetros cuadrados, delimitados al este por el camino interprovincial, al norte hasta 2 kilómetros pasando Luxardo, al sur hasta el puente de Quebracho Herrado y hacia el oeste hasta un kilómetro pasando la estación de peaje de Colonia Malbertina sobre la ruta 19.
El oficial subinspector BV Cristian Carle tiene una vasta experiencia como bombero voluntario, tarea que desempeña desde hace 25 años. En base a la misma, realizó un análisis sobre la situación explicando entre otras cosas que "en el 95 % de los casos interviene la mano del hombre" para causar el fuego.
En este altísimo porcentaje se cuentan los incendios que pueden ser catalogados como intencionales o por negligencia. "Se dan casos en los que algunas personas quieren quemar basura y cuando se dan cuenta, el viento se llevó el fuego y no lo pueden apagar más. De todas maneras, todos estos incendios se pudieron haber evitado".
Entre las causas del incendio de campos, Carle se remontó a inicios de la década del 2000 "cuando comenzó la práctica de la siembra directa. Al principio no se tomaba conciencia de los riesgos que esta práctica generaba a raíz de un incremento en el incendio. Con el paso de los años se toman más precauciones como una amplia limpieza del lote luego de la cosecha".
Además, el incremento en el número de incendios de campos se debe a que "la sequía a la que nos estamos enfrentando es mucho mayor a la de años anteriores" lo que hace que haya "un estrés hídrico muy grande" que provoca que el pasto se encuentre totalmente seco y "eso hace que haya mucho combustible disponible para quemarse".
Pocos incendios forestales
Carle trazó la diferencia entre lo que se consideran incendios forestales con aquellos incendios de pastizales o campos. "Los primeros son aquellos que se generan en bosques o lugares donde se encuentra la presencia nutrida de árboles. En cambio, en esta zona predominan los incendios de campos o pastizales ya que ese es el elemento natural que prevalece en la geografía de esta región".
No obstante, señaló que "un siniestro ocurrido en la cañada de Jeanmaire podría considerarse como forestal porque allí se encuentra mucha presencia de árboles, pero en nuestra zona son muy escasos los incendios forestales".
Carle indicó asimismo que combatir un incendio en un terreno llano como el que se encuentra en nuestra región "es más fácil porque el fuego se ve" mientras que en territorio de serranía "la situación es diferente".
En ese caso "se puede ver el humo que está detrás de una loma pero no se puede determinar a qué distancia está o cómo se está comportando el fuego y además hay zonas que son inaccesibles y eso hace mucho más difícil combatirlo", contó el bombero experimentado, quien recientemente integró la brigada de nuestra ciudad que viajó a las sierras de Córdoba para combatir el peor incendio de los últimos 12 años.
El escenario que viene
Carle pronosticó para lo que resta del año, "entre agosto y noviembre, momentos de mucha sequía combinado por días de mucho viento y ahí es donde hay que extremar los cuidados".
Y recomendó a la gente de campo "evitar las quemas" aunque reconoció que "a veces es difícil que eso ocurra porque muchos usan este sistema para que luego venga el pasto bueno. Es importante tomar conciencia de esto y además es bueno que en los campos haya algún arado. Esto nos ayuda ya que cuando el fuego va avanzando es útil dar una vuelta de arado en la tierra porque así le sacamos el combustible y el fuego no tiene más hacia donde ir".
El bombero comentó que "es muy necesario" que los campos cuenten "con una importante reserva de agua porque a veces llegamos al lugar y si no tenemos agua de reserva, se complica nuestra tarea".
Una lucha heroica contra el fuego en las sierras
Mientras dialogaba con este diario, Carle se encontraba cumpliendo las últimas horas del aislamiento al que tuvo que someterse luego de haber retornado a San Francisco tras pasar 72 horas combatiendo distintos focos de incendio en las sierras.
Carle llegó el domingo a la zona de Deán Funes encabezando una dotación que además estaba integrada por los bomberos Nahuel Nicolás Ludueña, Santiago Muratore, Pamela Robledo, Julieta Brarda y Matías Cravero.
"En Copacabana había muy poca actividad porque el fuego había cruzado la sierra chica y había llegado a la ruta 38. Recibimos la orden de trasladarnos hasta Charbonier por lo cual tuvimos que cruzar todas las Sierras Chicas hasta llegar a la intersección de las rutas 38 y 17", narró.
"El lunes a la mañana nos desplazaron a hacer un control sobre la ruta 17 cerca de Ongamira para participar en el cuidado de unas cuatro viviendas porque el fuego venía bajando por la ladera de la montaña".
En ese momento "el fuego nos ganó terreno por acción del viento y cuando bajó la intensidad pudimos controlar las llamas y proteger esas casas que teníamos a nuestro cuidado", siguió.
Terminada esa tarea, se abocaron a hacer un fuego técnico "para combatir las llamas que venían bajando en la montaña sobre un arroyo seco".
Al día siguiente la tarea apuntaba a la protección de un complejo de viviendas junto a unos 50 efectivos de las regionales Icho Cruz, Los Cocos, La Combre y Valle Hermoso. "Gracias a Dios pudimos lograr el objetivo de evitar el fuego en este lugar", dijo con cierto alivio.
Al terminar la heroica tarea, Carle rescató el reconocimiento de la comunidad. "Cuando íbamos caminando en Capilla del Monte, la gente se nos acercaba, súper agradecida. Nos traía agua y alimentos. No hay dinero en el mundo que pague ese agradecimiento. Es lo más lindo que le puede pasar a un bombero voluntario", concluyó emocionado.
En números
Actualmente el cuartel de bomberos voluntarios de San Francisco está conformado por 73 efectivos, de los cuales el 40 % de ellos presta servicios en el destacamento Roque Delgado ubicado en avenida Cervantes esquina Lima y el 60 % restante en el cuartel central, de avenida Garibaldi y Cabrera.
La institución cuenta con 11 móviles, de los cuales 3 son de logística y el resto son camiones utilizados en el combate de incendios y rescate de personas.
Del total de siniestros en los que interviene personal de la institución, 7 de cada 10 son incendios, de los cuales el 70 % son quema de pastizales, campos, etc.
En los 241 días que transcurrieron en 2020, debieron intervenir en 506 incidentes, lo que representa un siniestro cada 11 horas 25 minutos.