“Es desgarrante decirle a un padre que su hijo se murió”
Los accidentes de tránsito protagonizados por motociclistas sin casco demandan hasta el 70% de la capacidad de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Iturraspe.
"Hay semanas que tenemos diez camas en Terapia Intensiva y 6 o 7 son por accidentes de tránsito no sólo de la ciudad sino de la región y la mayoría, protagonizados por motociclistas sin casco", asegura el director del Hospital "J. B. Iturraspe".
Este miércoles, la pérdida de otra vida joven a causa de un accidente de tránsito -la séptima muerte en lo que va de 2018- encendió la alarma sobre la necesidad de tomar conciencia e intensificar los controles.
"Por lo general, en la época estival hay mayor incremento de la accidentología ligada al movimiento de los ciclomotores. La cantidad que hay en la ciudad es muy grande. El fin de semana también hay un mayor incremento no tan marcado pero sí asociado a la ingesta de alcohol en salidas nocturnas", agregó el médico.
Qué le pasa al cerebro cuando chocamos
Y describió: "Al impactar una moto sale despedido el conductor y lo primero que impacta es la cabeza, un área muy sensible. Muchos son protegidos por el cráneo pero cuando la velocidad y el golpe son importantes, el movimiento que hace el cerebro al impactar con el cráneo puede producir contusiones, hemorragias, la muerte o edemas cerebrales".
"El cerebro, al estar aprisionado por el cráneo juega en contra porque no permite descomprimirlo y hay que recurrir a cirugías para aliviarlo o drenar hemorragias. Pero en algunos casos, ni con estas cirugías puede revertirse el daño", advirtió Vicente.
El casco nos protege sobre todo en accidentes urbanos, incluso un casco abierto es suficiente.
"También hay traumatismos en los miembros inferiores o superiores, pero generalmente no son de consecuencias fatales. Mientras que en el caso de la cabeza, las consecuencias son terribles e irreversibles en muchos casos".
Este verano con las víctimas fatales que nos conmocionaron parece que no nos afectó
Hace 20 años, más hubieran muerto
Vicente resaltó que si bien la cifra es alarmante, "hace 20 años atrás, la cantidad de muertos hubiera sido mayor con este índice de siniestralidad, pero la calidad de atención y el neurointensivismo que se hace con estos politraumatismos en los centros de salud de la ciudad y la región, donde el tratamiento es de primer nivel, se puede intervenir para que la gente sobreviva y en muchos casos, es plena la recuperación aunque en otros, quedan secuelas neurológicas o motrices".
"Es desgarrante decirle a un padre que su hijo se murió. Les pedimos a los padres que no le den la moto a quien no sale con el casco puesto", exhortó el doctor.