¿Es bueno o malo ser perfeccionista?
El perfeccionismo puede ser una gran ayuda para conseguir logros y avanzar en proyectos, aunque suele ser peligroso cuando se convierte en una obsesión. Entrevistamos a la psicóloga María Eugenia Gobbo.
Si bien el perfeccionismo nos ayuda a obtener grandes logros y superar el desaliento y los obstáculos, al mismo tiempo puede convertirse en un peligro para la salud física, mental y para la vida social de quien quiere llegar a la perfección.
Lo que en algunos casos es una virtud que nos lleva al éxito, cuando se convierte en algo obsesivo, tiene consecuencias negativas porque genera angustia y mucho estrés. Es muy importante y correcto hacer las cosas bien, pero eso no significa que tengan que ser perfectas.
Las personas perfeccionistas suelen ser metódicas, ansiosas, inflexibles, sufren estrés y les cuesta relajarse y disfrutar los momentos de la vida. ¿Cómo reconocemos a un perfeccionista?, ¿Cuáles son las consecuencias que sufren estas personas en su vida social y laboral?.
La licenciada en Psicología, María Emilia Gobbo (MP-6876) aseguró en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO que al hablar de perfeccionismo, "es necesario tener en cuenta que esta conducta puede manifestarse en diferentes intensidades. En ciertas ocasiones, es bueno para una persona estar atenta a los detalles, esmerarse por que las cosas salgan bien, ser prolijo y meticuloso, pero llevado a grados extremos esto puede manifestarse como rasgos obsesivos, siendo muchas veces invalidante para el individuo".
Explicó que las personas extremadamente detallistas y perfeccionistas "suelen ser inflexibles, rígidas, les cuesta relajarse, sentir placer y disfrutar de la cotidianeidad de la vida".
Las personas perfeccionistas suelen ser metódicas, ansiosas, inflexibles, sufren estrés y les cuesta relajarse y disfrutar los momentos de la vida.
"A nivel social puede generar aislamiento -advirtió la licenciada Gobbo-. Son personas que tienden a controlar y contener tanto sus propias emociones, como aspectos de su entorno, y cuando pierden ese control tienen a frustrarse o desequilibrarse. Las relaciones sociales que establecen tienden a ser formales y distantes, priorizan la lealtad y la fidelidad en los vínculos interpersonales".
Gobbo afirmó que en el perfeccionismo "los rasgos de personalidad se definen por múltiples factores, intervienen cuestiones genéticas, modelos de crianza, la familia, el ambiente y las características culturales donde se ha desarrollado la persona, las experiencias de vida también determinan la personalidad o comportamiento". "Durante la infancia, los padres tienen ciertas expectativas hacia sus hijos, estas no siempre son conscientes ni se transmiten de manera expresa. Dichas expectativas son captadas e interiorizadas por los niños", recordó.
Asimismo añadió: "Éste no es el único factor. En los casos más severos, como en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) hay un compromiso biológico con alteraciones en el funcionamiento de ciertas funciones cerebrales".
Lic. María Emilia Gobbo
Los comportamientos de un perfeccionista
Sobre la manera en que se comportan las personas con conductas perfeccionistas, la licenciada Gobbo explicó que suelen "ser prolijas, metódicas, muy respetuosas y educadas en sus relaciones interpersonales, su estado de ánimo puede oscilar entre la tensión y la dificultad para experimentar sensaciones placenteras. Son personas que no suelen descansar o relajarse hasta que el trabajo está bien hecho y terminado".
"Por otra parte, en relación a los casos de conductas más extremas de perfeccionismo, -advirtió- las personas suelen ser autoexigentes, rígidas, sienten un gran temor a cometer errores o a no cumplir con las expectativas que se tienen sobre ellos".
Además aseguró que estas personas "tienen un elevado nivel de auto crítica, por lo cual actúan buscando la aprobación de sus familiares y allegados, y sienten una gran frustración cuando esto no sucede. Suelen tener una rutina y un plan de vida metódico y organizado, motivo por el cual se sienten cómodos y seguros en ámbitos conocidos o familiares y lo nuevo o lo desconocido puede asustarlos o generarles elevados montos de ansiedad".
"Se caracterizan por ejercer un control intenso, tanto de sus emociones como de su entorno y cuando las circunstancias exceden el dominio de su control pueden llegar a experimentar emociones muy intensas como ira, angustia, ansiedad o depresión, entre otras. En ocasiones, el perfeccionismo exacerbado implica la dificultad en la finalización de las tareas y en la toma de decisiones", finalizó diciendo.