Enseñanzas de la historia
No es la primera ocasión en que la humanidad se ha visto sacudida por una pandemia. Pese a que vive en la era de la conectividad y la información, la historia y la literatura enseñan que el ser humano se comporta de forma parecida a sus antepasados ante la amenaza de la enfermedad.
No es la primera ocasión en que la humanidad se ha visto sacudida por una pandemia provocada por una enfermedad que no tiene cura aún. Los registros de la historia grafican con elocuencia la aparición de pestes que sembraron la muerte en vastas regiones y que provocaron estragos de magnitudes impresionantes.
La pandemia del coronavirus es una más de estas situaciones que afligen al ser humano y lo devuelven a la reflexión sobre su condición. Es también una circunstancia que permite comprobar a los historiadores que, a pesar de ocurrir en épocas totalmente distintas, algunas conductas humanas se repiten con frecuencia para hacer frente a la adversidad. Muchas de estas actitudes fueron las que permitieron salir adelante a las comunidades afectadas. Varias otras tuvieron un impacto negativo, al punto de agravar aún más las cosas.
El escritor turco Orhan Pamuk, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 2006, escribió recientemente un ensayo sobre el tema. En este texto publicado en varios diarios internacionales se hace un repaso interesante sobre las conductas de los seres humanos frente a la irrupción intempestiva de pestes que amenazan la vida.
Dice Pamuk que entre situaciones de este tipo sucedidas en la historia "hay un exceso de similitudes". Y agrega que lo que hace que las pandemias sean similares "no es la mera comunidad de gérmenes y virus, sino que nuestras respuestas iniciales siempre fueron las mismas". Por ejemplo, sostiene, "la respuesta inicial al brote de una pandemia siempre ha sido la negación. Los gobiernos nacionales y locales siempre han tardado en responder y han distorsionado los hechos y manipulado cifras para negar la existencia del brote".
Por ejemplo, el escritor Daniel Defoe (el autor de Robinson Crusoe) escribió una obra en 1664 -"Diario del año de la peste", en el que relata cómo las autoridades de ese tiempo afirmaban que las muertes por otras enfermedades inventadas eran mayores a la de la plaga que sacudía a los pobladores. También la novela "La Prometida", del italiano Alessandro Manzoni, en 1827, se constituyó en una crónica de cómo "el gobernador de Milán ignoró la amenaza que representa la enfermedad y ni siquiera cancelará las celebraciones de cumpleaños de un príncipe local. Manzoni demostró que la peste se extendió rápidamente porque las restricciones introducidas eran insuficientes, su aplicación era laxa y sus conciudadanos no les hicieron caso", afirma Pamuk.
Asimismo, el escritor turco señala que "la peste siempre fue retratada como algo que había venido del exterior. Había golpeado en otro lugar antes, y no se había hecho lo suficiente para contenerlo. La enfermedad es extraña, proviene del exterior, se presenta con intención maliciosa. Los rumores sobre la supuesta identidad de sus operadores originales son siempre los más generalizados y populares".
Basta recordar las acusaciones contra China al respecto o las expresiones del ministro de Salud de nuestro país cuando minimizaba el impacto del virus entre nosotros. Y también las palabras de algunos líderes mundiales sobre el "virus chino" y las decisiones de cerrarse fronteras adentro para protegerse de este mal. El ensayo demuestra que son sorprendentes las coincidencias con lo que ha ocurrido en la historia con pandemias similares. Pese a que vive en la era de la conectividad y la información, la historia y la literatura enseñan que el ser humano se comporta de forma parecida a sus antepasados ante la amenaza de la enfermedad.