En Porteña, el merendero del Gorch es mucho más que una copa de leche
En este pueblo del departamento San Justo funciona un comedor comunitario, el primero en su tipo en más de un siglo de historia. Nació de la iniciativa solidaria del Club Atlético Andrés Gorch que hace tres años recibiendo a los niños que juegan al fútbol. Hoy asiste a unos 60 chicos que además de la merienda reciben contención.
Lo que comenzó hace tres años como "una copa de leche" posterior a una práctica de fútbol para niños de entre 5 y 6 años, hoy se convirtió en un espacio de contención y ayuda para cerca de 60 chicos del pueblo, de hasta 12 años, quienes dos veces por semana (lunes y miércoles) disfrutan de diversas actividades mientras comparten una merienda entre amigos.
Se trata del "merendero del Gorch", que funciona en las instalaciones de la exPeña Boquense, una iniciativa del vicepresidente del Club Atlético Andrés Gorch, Juan Carlos Gaggino, más conocido como "Tío Pona" que, con el acompañamiento de Alexis Delso, pusieron en marcha el proyecto en septiembre de 2015.
Pero no están solos. Alejandra Cruz, la esposa de Gaggino, es una colaboradora esencial en el merendero junto a Ana Medina y la licenciada en Psicología Lorena Unrein, que brinda un apoyo en esa materia.
El merendero se sostiene con donaciones del pueblo, pero proyectan a futuro contar con una huerta para autosustento y como aporte de alimentos para las familias de sus mismos asistentes.
El "merendero del Gorch" congrega a chicos de hasta 12 años en la ex Peña Boquense
"Sacábamos dinero de nuestro bolsillo"
Según comentó Gaggino a LA VOZ DE SAN JUSTO, "los primeros pasos fueron muy difíciles ya que no teníamos ningún sustento económico, y el espacio físico que nos habían facilitado no alcanzaba".
En este sentido, explicó que "comenzó en el salón anexo del Club Atlético Andrés Gorch y con Alexis sacábamos plata de nuestro propio bolsillo, muchas veces dándole la leche afuera del salón porque había otras actividades del club, pero en invierno se complicaba".
"Luego de pensar cómo resolver la situación, se gestionó ante el municipio el uso de las instalaciones de la exPeña Boquense, que hasta ese momento se encontraba inutilizada. Al intendente le gustó la idea y nos cedió este espacio para el merendero", continuó.
En tanto, el dirigente del club Gorch destacó que "en un principio la idea fue ofrecerles una copa de leche a los niños de la categoría menor de fútbol, que era un grupo de 25 chicos, pero hoy son casi 60 los que asisten y no solo en busca de su merienda, sino que también de contención y ayuda".
Con el paso del tiempo, toda la comunidad fue colaborando, y el merendero fue creciendo.
"La gente se enterando de que existía este lugar y poco a poco se fueron sumando niños de otras categorías. Después empezaron a venir nenas, hasta los 12 años, y hoy gracias a la solidaridad de la gente tenemos donaciones para responder a la demanda".
Aprenden mientras comparten
"Lo más importante, más allá de la merienda, es el apoyo, la contención y el estar jugando todo el tiempo. Poder escucharlos, saber cómo les fue en la escuela y sacarlos de la calle es fundamental", manifestó Unrein.
"El hecho de que se sienten y golpeen las tazas en la mesa, es algo básico", agregó la psicóloga.
La joven reconoció que en el merendero los chicos dibujan y expresan sus propias emociones: "Ahí ves cómo están, cómo se sienten, la importancia que le dan al espacio; muchos nos dicen 'mamá o 'papá', porque nos consideran parte de su familia", señaló Unrein.
"Por la necesidad, sus padres salen a trabajar y los chicos quedan solos. La idea es cuidarlos para que no estén en la calle. Es el compartir tiempo, siempre está la parte de la asistencia social presente, es más que nada el apoyo, la contención y se hace en todos los ámbitos", reflexionó.
La tarde en el merendero comienza a las 16.30 y se extiende hasta las 19.30. Luego de tomar la leche que les prepara Ana Medina, otra de las colaboradoras, los chicos participan de otras actividades que los hacen sentir bien.
A las niñas las maquillan, a los varones los peinan y les cortan el pelo. El grupo de colaboradores está en estos detalles que parecen mínimos, pero que los pequeños lo toman con mucho cariño.
"Venimos a ayudar y salimos ayudados"
"Los chicos nos han enseñado que todo se basa con el ejemplo. El niño chico guarda en su memoria el 30% de lo que le decís y el 70% de lo que hacés y algo de eso sé porque soy mama de 6 niños", expresó Alejandra Cruz, esposa de "Pona".
"Cada uno desde su lugar suma mucho, y uno piensa que viene a ayudar y en realidad es uno el que sale ayudado, porque aprendés un montón a valorar, a escuchar, a estar", manifestó.
En este sentido, Alejandra comentó que "al comienzo éramos los mayores a cargo los que acomodábamos las mesas, las sillas, las tazas y demás. Hoy son los chicos los que se encargan de etas tareas porque desde el merendero se les enseña a acomodar, organizar, limpiar y mantener un ambiente ordenado y armónico".
"Se les enseña también a respetar su cuerpo y a los demás", agregó.
Cerca de 60 chicos comparten la merienda y aprenden valores
Asistencia integral en tiempos de crisis
Quienes llevan adelante este proyecto aseguran que "en momentos de crisis como estos es fundamental contar con un merendero en el pueblo".
Asimismo, aseguran que están cubiertos en materia de donaciones y no sólo de alimentos, sino también de ropa y calzados y hasta una computadora donde los chicos estudian y aprenden.
"Sólo nos falta la conexión a Internet", manifestaron desde el merendero del Gorch.
Una huerta para abastecer a las familias
Finalmente, desde el merendero anticiparon que a futuro tienen pensado hacer una huerta "para que los chicos aprendan y así poder autosustentarse, pero que a su vez sea una ayuda económica importante para sus familias".