En época de los millennials, dos jubilados de 70 y 71 años fueron contratados en empresa de software
Orlando Espósito y Carlos Martini estaban jubilados cuando, hace cuatro años, recibieron la propuesta de volver a trabajar en una empresa de software, dos casos que, aunque todavía son inusuales, muestran lo que, según los especialistas, es una tendencia a considerar la edad como un límite para conseguir empleo.
Orlando Espósito y Carlos Martini estaban jubilados cuando, hace cuatro años, recibieron la propuesta de volver a trabajar en una empresa de software, dos casos que, aunque todavía son inusuales, muestran lo que, según los especialistas, es una tendencia a considerar la edad como un límite para conseguir empleo.
"Siempre trabajé en compañías vinculadas al software en el área de ventas y el presidente de la empresa donde hoy trabajo me conocía desde hacía muchos años. A los 65 me jubilé y unos dos años después me contacta por Facebook para hacerme una propuesta laboral", recordó Orlando Espósito, de 71 años.
Y continuó: "Yo lo estaba pasando bien como jubilado porque más allá del trabajo, bailo tango, me reúno con amigos, hago asado para la familia, viajo y escribo novelas policiales. Sin embargo, la propuesta me interesó y me pareció un buen desafío volver al ruedo, más allá de lo económico".
Su función en la empresa es visitar a los clientes para evaluar su satisfacción y pensar y proponer juntos soluciones a los conflictos y demandas que aparecen.
"La integración con las generaciones jóvenes fue muy tranquila. Al principio cuando caía a ver un cliente se sorprendían de mi aspecto y la primera reacción era tratarme de usted, pero luego esa barrera se va desdibujando y, en definitiva, sigo teniendo los mismos problemas o discusiones que tenía cuando era joven: por ejemplo, el cliente se enoja cuando no tengo lo que había prometido en tiempo", describió.
Orlando no cree que la vejez "de sabiduría", no obstante reconoce que "lo que creo que me han dado los años es menos espuma y la capacidad de prever cuándo se van a desatar los conflictos, entonces podés anticiparte".
De más de 135 mil avisos de búsquedas de empleo en la páginas Zonajobs y Bumeran, ambas de la empresa Naven, unos 1.029 indican como límite de edad 60 años, 237 refieren 65 años y 25 se estiran hasta 70; luego se encuentran 4 avisos que marcaron los 80 años.
"Lo que comenzamos a ver es que algunas empresas comienzan a pedir personas más grandes vinculado a muchos factores, entre ellos, a evitar el recambio de personal ya que los millennials tienen un perfil laboral que no buscan 'hacer carrera' en una compañía", indicó a Télam Federico Barni, Director Ejecutivo de Naven.
En este contexto, Barni sostuvo que "esto se ve muy claramente en la búsqueda de personas de más de 40, y comienzan a verse algunas empresas que buscan adultos mayores, de hecho hubo dos supermercados (Wallmart y Día) que hicieron campañas en este sentido".
Carlos Martini, de 70 años, también trabaja en la misma empresa de Orlando desde hace tres años: "Me había jubilado hacía poco y no me sentía muy cómodo, de hecho estaba pensando cómo continuar cuando me hicieron la propuesta", recordó el hombre, quien hoy realiza un servicio de pre-venta.
Carlos señaló que "el primer contacto que tienen conmigo los clientes es telefónico, cuando me conocen muchos se sorprenden, pero eso no interfiere en el diálogo ni en el trabajo, más bien lo contrario".
"Existe una desconfianza de la sociedad sobre la capacidad de las personas mayores, y no existe una probatoria científica de que los adultos mayores no tengan capacidad para desempeñarse o reentrenarse en nuevas tareas".
"Lo que aprendiste durante la vida va sirviendo para resolver los nuevos problemas, es como un entrenamiento muscular. A la vez uno necesita concentrarse más porque tiene que dar respuesta por muchos medios, los llamados, los mails, el Whats App, las redes, y eso demanda un esfuerzo mayor, sobre todo porque mi generación se impone no dejar cosas pendientes y brindar respuesta en tiempo y forma", sostuvo Carlos.
Para el psicólogo Ricardo Iacub, especialista en vejez y titular de la cátedra de Tercer Edad de la Facultad de Psicología de la UBA, sostuvo que "la jubilación debería ser un derecho y no una obligación. La jubilación puede ser una etapa maravillosa de la vida donde reinventarse y encontrar nuevas vocaciones, disfrutar del ocio, pero también puede pasar que la persona quiera mantenerse en actividad en su trabajo, y esto debería ser posible".
El especialista indicó que "existe una desconfianza de la sociedad sobre la capacidad de las personas mayores, y no existe una probatoria científica de que los adultos mayores no tengan capacidad para desempeñarse o reentrenarse en nuevas tareas".
Y continuó: "Esto sucede no sólo con los mayores de 60, sino ya a partir de los 50, donde uno ve que es una edad crítica para conseguir trabajo, aunque existe sin embargo una incipiente tendencia de reconocer algunas características de las personas mayores como su sentido de responsabilidad". (Télam)