Empieza el juicio por el crimen de “Cachito” Camisassa, el hombre que murió en el sitio que más amaba
El "homicidio en ocasión de robo" ocurrido en 2017 en Estación Luxardo tiene como imputado a Darío Daniel Álvarez quien desde hoy será juzgado como el presunto autor por un tribunal que incluye a jurados populares. El hombre nunca pudo sobreponerse a una brutal golpiza acaecida en su pequeño comedor. La familia de la víctima solo pide justicia.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Hace 3 años la tranquilidad del pueblo de Luxardo se vio interrumpida por la noticia de la salvaje golpiza que había dejado malherido a Jesús Ernesto "Cachito" Camisassa. El hecho ocurrió en abril pero su muerte no se produjo hasta septiembre del mismo año.
Un delincuente fue acusado y mantenido en prisión preventiva por el crimen. Hoy llegó su hora y la de toda la familia porque comienza el juicio por aquel "homicidio en ocasión de robo" (así está caratulada la causa) después de una larga espera y con un gran vacío que "Cachito" dejó en quienes lo conocían y, por supuesto, su propia familia.
Su hijo Claudio contó quién era su padre y porqué para todos fue muy querido y reconocido. Eso hace aún más difícil entender porque para robar alguien se ensañaría de tal forma con un adulto mayor que en ese momento tenía 71 años al punto de dejarlo inconsciente y malherido.
Antes de eso, mucho antes, "Cachito" había trabajado en un negocio dentro de Luxardo. Después se mudó a la vera de la ruta provincial 1 y abrió su carrito (de ahí el nombre del negocio gastronómico, "El Carrito de Cachito") donde preparaba comidas rápidas para quienes estaban de paso.
"Solo pedimos justicia, como lo hicimos desde el primer día", dijo Claudio
"Todo empezó con un carrito por eso se llama así, después fue edificando - relató Claudio a LA VOZ DE SAN JUSTO - y creó un comedorcito que tiene 20 años de trayectoria. Se ganó su clientela, del pueblo y de la zona". Tal es así que los camioneros y viajantes eran sus principales clientes y pasaban desde muy temprano a las 8 de la mañana o tarde ya cerca de la medianoche.
"Cachito" era un servidor
Cuando Claudio habla, en su rostro todavía se ve la contradicción de recordar a su padre en su esplendor de la vida y, al mismo tiempo, tener en la memoria la imagen del delicado estado en que quedó tras el asalto.
Ese brutal ataque del 27 de abril de 2017 fue el que derivó luego en su muerte. Claramente eso pasa porque no lo perdió de forma natural, a él y sus hermanas se lo arrebataron.
Con ese semblante, en retrospectiva su hijo destaca cómo era Jesús en aquel momento cuando contaba con 71 años en su espalda: "Mi padre era una persona muy activa y estaba todo el día acá hasta la medianoche abierto. Llevaba una vida normal de trabajo, era una persona sana y le arrebataron la vida de un momento a otro".
La generosidad y lo servicial que era son las características que todos resaltan de "Cachito" quien afirmó su hijo: "Es muy conocido... era, mejor dicho. Y todo eso hizo que el negocio le funcionara muy bien".
Y ahí viene de nuevo la contradicción casi como un puñal de dolor que no permite recordar en libertad sabiendo que todo pasó de una manera escabrosa. "La vida te da estas situaciones que no esperás. A veces las ves por televisión, pero cuando te toca es muy difícil y estos días aún más porque en el medio uno lo digirió", sostuvo.
Un legado que perdura.
Sobre la ruta 1, "El Carrito de Cachito" abre todos los días.
Seguir adelante
Todo el día y sin descanso Jesús Camisassa estaba en ese lugar. Empezó con un carrito y todos en el pueblo de Estación Luxardo lo ayudaron a edificar. No descuidaba a su familia pero para él ese pequeño comedor era altamente valorado.
"El carrito era su vida. Estaría acá así estuviera solo esperando que venga un camionero para darle el sándwich. Siempre traficaba todo el día, con la gente de Luxardo hicieron la sala de pool que no la pudo disfrutar mucho", añadió su hijo.
La frase "siempre estaba acá" y que "era muy predispuesto a su trabajo" se repetía una y otra vez alternando el pasado y el presente casi como si el señor fuera a llegar en cualquier momento. "Amaba su vida, le sacabas esto y le sacabas todo", dijo.
Desgraciadamente fue así. El día que lo golpearon de forma salvaje para él fue quitarle no solo lo material sino su brillo y energía. Nunca más habló, ni se despertó. Sus heridas nunca sanaron y después de meses de luchar en vano murió.
Volver a abrir sin su papá
El carrito no quedó solo. Un tiempo estuvo alquilado porque su hijo Claudio no podía estar ahí, sobrellevar la pérdida de su papá y además recordarlo cada vez que alguien le preguntaba por él.
Por eso se fue durante unos meses, en cierta manera pudo sanar lo suficiente para volver y decir que ese lugar que amaba su padre debía ser continuado por alguien que supiera del sudor y trabajo que le llevó construirlo.
"Cuando entro acá me siento bien en el sentido de poder seguir con lo que hizo él. Por ahí es difícil porque me tuve que aguantar las comparaciones al ser una persona tan querida y pasé momentos duros", indicó Claudio.
A veces, "Pesa estar en el lugar de su papá". También fue dificultoso entrar en la cultura y costumbre de un pueblo donde nunca vivió. La gente estaba acostumbrada a "Cachito" y Claudio no lo es. "Ellos estaban acostumbrados a otra persona, él les brindaba todo. Hoy la gente responde, me ha aceptado y hemos hecho amigos. Aceptaron mi forma de ser y la de Verónica (su pareja) que trabaja conmigo", agregó satisfecho.
Recuerdo. Hasta la "Mole" Moli pasó por el famoso carrito de Luxardo, quien se tomó una foto con el dueño del lugar
La familia solo pide justicia
Estos últimos días cuando se confirmó que el juicio se realizaría las sensaciones son otras. Hay "expectativa y ansiedad", una que no experimentó él particularmente en estos tres años.
No le da vergüenza al hombre decir que "llegaron al juicio con mucho sacrificio" y "por ahí perdía las esperanzas que se realizara" o el imputado "siguiera preso".
Ante la consulta sobre si su padre podría haber conocido a su atacante o ellos en su caso la respuesta fue negativa.
"Si lo conocía mi papá o no, se lo llevó a la tumba. Nunca pudimos saber cómo llegó esa persona acá, nosotros no lo conocíamos. En el juicio no lo vamos a ver porque es sin gente, nosotros no podemos entrar más que las querellantes que son mis hermanas Lorena y Soledad", puntualizó.
Su tesis sigue siendo la misma, ya que para él "había más personas pero nunca las van a juzgar". También cree que "no fue un robo al boleo" sino todo lo contrario: "Fue premeditado esperaron que él quedara solo porque acá siempre hubo mucha gente... esperaron el momento justo para entrar. Solo pedimos justicia, como lo hicimos desde el primer día".
Un solo interrogante: ¿qué pasó con "Cachito"?
Estación Luxardo en 2017 perdió un vecino muy querido. Quizás haya tenido tanto cariño que no podía irse así no más y elegía pasar todos sus días ahí.
Su luz se apagó por la fuerza aquel 27 de abril y todo ocurrió de noche cuando el señor estaba solo.
Su atacante que llega a juicio como acusado es Darío Daniel Álvarez (27) a quien detuvieron en 2018 por pedido de la fiscal de Instrucción del caso Leonor Failla.
Después de eso Camisassa fue hallado gravemente herido por trabajadores de la Dirección Provincial de Vialidad que reparaban la ruta provincial 1. Pasarían muchos meses de esa conmoción hasta que el 24 de septiembre del mismo año "Cachito" se fue.
Cabe destacar que el proceso judicial se llevará a cabo con un protocolo especial preventivo por la pandemia, además de los integrantes de la Cámara del Crimen habrá jurados popularesy unos 15 testigos por ambas partes. En la parte querellante las hijas Lorena y Soledad Camisassa serán representadas por el abogado Luis Moyano.