Ellos conviven con la “tía Bety”: los más chicos y su visión de la diabetes
Para ellos la enfermedad tiene nombre de tía: "Bety". Los niños de la Asociación Diabéticos Unidos San Francisco brindaron su visión de la diabetes, enfermedad que día a día enfrentan con valentía, fortaleza y sobre todo, actitud positiva.
Por Isabel Fernández
"'La tía Bety' llegó a casa cuando tenía 6 años", asegura Candela Barovero con la inocencia y la picardía de la niñez refiriéndose a la diabetes, enfermedad con la que aprendió a vivir. Candela junto a sus hermanos Gabriel y Pablo Barovero, Camila Gianinetto, Bautista Díaz y Eva Lihuen Giménez son pequeños que sufren diabetes tipo 1, la mayoría son insulinodependientes y pertenecen a la Asociación Diabéticos Unidos de San Francisco.
El próximo martes 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes con el objetivo de concientizar y educar sobre esta enfermedad crónica que si no está bien controlada puede causar serias consecuencias en la salud. La fecha se eligió por ser el aniversario de Frederick Banting quien, junto con Charles Best, concibió la idea que les conduciría al descubrimiento de la insulina, en octubre de 1921.
Existen tres tipos de diabetes: tipo 1, tipo 2 y gestacional. La diabetes tipo 1, diabetes juvenil o insulinodependiente, por lo general se diagnostica en niños, adolescentes o adultos jóvenes. La tipo 2 anteriormente no atacaba a los jóvenes aunque en la actualidad también los afecta. Los grupos con mayor riesgo de contraerla son las personas que sufren de obesidad o sobrepeso, las que no hacen suficiente ejercicio o quienes tengan familiares cercanos que la sufran. En tanto que la diabetes gestacional es la que contraen ciertas mujeres durante la última etapa del embarazo.
LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con los más chicos de ADU quienes junto a sus padres dieron su visión sobre la enfermedad y aconsejaron la educación como la herramienta más importante para controlarla y mantenerse saludable.
Gabriel de 12, Candela de 10 y Pablo Barovero de 8 son de Colonia Marina, los tres ya conocen la diabetes. "Le decimos la tía Beti porque llegó de sorpresa, sin esperarla" afirmaron.
Candela aseguró que al principio "me costó un poco hasta que la conocí bien, en la escuela todo bien siempre me apoyan y es muy importante que se hable de la enfermedad".
Por su parte Gabriel dijo que la diabetes "es un poco conocida porque su hermana la tiene y me va bien, no tengo problemas, puedo hacer todo, juego al fútbol, solo tengo que controlarme y ponerme la insulina. En la escuela les expliqué a mis compañeros cómo es esta enfermedad".
En tanto Pablo dijo que para controlar la diabetes "hay que cuidarse, hacer gimnasia, no hay que tener los niveles en más de 200 de glucemia".
Paola Ríos la mamá de los tres afirmó que de esa manera "los chicos ven a la diabetes de una forma más familiar. La primera en ser diagnosticada fue Candela, una noche de casualidad y porque mi hermano es diabético le medimos la glucosa y a ella le salieron valores altos, yo veía los síntomas pero después se confirmó y son tratados por la diabetóloga infantil Carina Fuentes y la pediatra Mónica Macello que están siempre haciendo el seguimiento de los chicos", recordó.
Agregó que con Gabriel pasó algo similar "fue diagnosticado en marzo pasado, también se lo detectamos en un control en casa, nos encontramos con un valor alto y ahí comenzamos todo. Luego siguió Pablo que ahora está haciendo controles y dieta, no se inyecta insulina".
Eva Lihuén Giménez y Pablo Barovero, los más chicos del grupo de niños de la Asociación Diabéticos Unidos San Francisco.
Bautista Díaz convive con la diabetes
desde los 5 años y participa activamente en las actividades de ADU.
Aseguró que hay más chicos que se van incorporando porque tienen
la enfermedad y por eso "es importante que los padres sepan cómo
es la diabetes para que nos ayuden. Es importante hablar de la
diabetes, que todos aprenden", "Si los padres no asumimos la
enfermedad de nuestros hijos difícilmente puedan salir adelante,
porque ellos no pueden decidir en qué comer, qué hacer cuando
tienen la glucemia alta o baja, acompañarlos tanto en la escuela
como en casa", añadió su mamá Luciana Melano. En tanto, Camila Gianinetto de 12 años,
fue diagnosticada cuando tenía 7 años, actualmente usa bomba de
insulina y tiene su diabetes controlada. "Al principio me costó,
no entendía mucho qué me pasaba y por qué me tenía que controlar
la glucemia antes de las comidas. Ahora ya estoy acostumbrada,
incluso en la escuela donde tengo compañeros nuevos porque voy al
secundario, hicieron una charla para todos mis compañeros para que
sepan y entiendan más sobre la diabetes", dijo. "En la primaria siempre me
acompañaron los chicos, creo que es importante decirlo, hablar de la
diabetes para que los otros conozcan cómo es -remarcó-, incluso
diciéndolo me sentí protegida y entendida por los compañeros". Agregó: "A las personas o chicos que
descubren que tienen diabetes les digo que no se preocupen, que con
el tiempo se van acostumbrando, si la persona se preocupa por
cuidarse, come sano y hace gimnasia, no es tan difícil convivir con
la diabetes y controlarla". Noelia Griotti mamá de Camila agregó
que como padres "la única herramienta que tenemos es la educación,
estudiar cómo abordar la enfermedad, cuando se conoce es muy
diferente". Finalmente Eva Lihuén Giménez de 7
años, hace dos años fue diagnosticada. "No duele ponerse la
inyección de insulina todos los días, porque eso me ayuda a estar
bien y hay que controlarse", dijo. Su papá Daniel Alejandro Giménez agregó que el momento del diagnóstico "fue algo raro, pero
no tan sorpresivo porque en la familia había antecedentes de
diabetes. Eva bajaba de peso, estaba cansada, tomaba mucho líquido,
iba mucho al baño, consultamos al médico, nos derivaron a una
clínica en Rosario donde comenzó el tratamiento y ahora está
bien". "Toda la familia, nosotros los
padres, los hermanos y los compañeros de la escuela aprendimos más
sobre la enfermedad porque es muy importante", finalizó.
"Cuando recibimos el diagnóstico de
nuestros hijos nos sentimos shockeados, muchos padres lo han
comparado con una sensación de que una bomba estalló en la familia.
Todo se pone de cabeza, pero debemos reponernos lo antes posible, por
amor a nuestros hijos, tenemos la obligación de transformarnos en
las células beta, la porción del páncreas que dejó producir
insulina, hormona que debemos inyectar varias veces al día. Requiere
de los padres constante vigilancia y el apoyo de varios especialistas
de la salud, familiares y amigos", aseguró Viviana Rodríguez de
la Asociación Diabéticos Unidos (ADU) San Francisco.
Remarcó que para un buen manejo de la
diabetes "es importante convertirse en un experto en esta
condición. Para eso tenemos que educarnos continuamente, con el
tiempo ganaremos experiencia y conocimientos que nos ayudarán a
tomar mejores decisiones en el día a día, más adelante le pasamos
esos conocimientos a nuestros hijos, logrando el empoderamiento que
les permitirá ser responsables de su diabetes, nuestro deber es
darle la mayor cantidad de herramientas".
Por eso ADU formó un grupo de
WhatsApp, un espacio necesario donde se pueden despejar dudas que van
surgiendo tanto en el recién diagnosticado, como en la persona que
ya lleva años con esta condición. En ese asesoramiento cuentan con
el generoso aporte de la licenciada en Enfermería, Rosa Cabrera, la
licenciada en Nutricióh, Ángela Rebola, dos profesionales
especialistas en diabetes.
Viviana Rodríguez explicó que la
diabetes tipo 1 exige monitoreo de la glucosa en sangre. "Esto se
debe hacer en repetidas ocasiones y no importa donde estés, qué
estés haciendo o con quien estés, cuando toca hacerlo, hay que
hacerlo. El resultado de esta prueba nos sirve para tomar decisiones
y lograr un manejo de glucosa eficiente".
Recordó que la medición de la glucosa
en la sangre "se hace en ayunas o antes de la ingesta de los
alimentos, 2 horas después de los alimentos, a la hora de acostarse,
antes y después de hacer ejercicio o cuando el niño siente que
tiene hipoglucemia (baja nivel de azúcar en sangre), o sospecha de
hiperglucemia (alto valor de azúcar en sangre)". "En ocasiones deben realizarse los
controles a la madrugada, mientras el niño duerme.
La diabetes de
nuestros niños no toma días libres, nosotros tampoco. Por eso hay
que perseverar, lo importante es que se puede, se puede vivir
plenamente con diabetes, no a pesar de la diabetes, nuestros hijos
con un buen control pueden desarrollar todo su potencial", remarcó.
Rodríguez afirmó que ADU "es un
grupo abocado a enseñar, educar y apoyar. Es sumamente valioso
contar con los pares, que hablan el mismo idioma, por más que
nuestros familiares traten de ponerse en nuestros zapatos, solamente
alguien que lo vive desde adentro puede comprenderte cabalmente. Esto
es tanto para los padres, como para los pequeños, que ven con agrado
poder compartir con otro que tiene la misma condición, tanto sus
miedos, dudas, y experiencias".
"También brindamos asesoramiento
sobre los derechos que tienen las personas con diabetes, cómo
gestionar ante las obras sociales que no cumplen la ley 26.914, la
cual nos garantiza la entrega de los insumos que el médico tratante
considere necesario para un buen control, con cobertura del
100%.
Contamos con un banco solidario de insulinas, a disposición de
quien lo necesite gratuitamente", resumió.
ADU se reúne el 1º y 3º viernes de
cada mes a las 21, en el
Rotary Club J.B. Iturraspe, ubicado en Bv.
Roca 1145. Teléfonos de contacto: Viviana Rodriguez 03564-642943,
Lic. Rosa Cabrera 0354-625572.
Hablar y educar para que todos conozcan qué es la diabetes
Tras el shock del diagnóstico, convertirse en expertos