El voluntariado y la solidaridad permitieron hacer 30.000 pastelitos
Se lleva a cabo la tradicional venta a beneficio del Cottolengo Don Orione. Unas cien personas trabajan en la elaboración.
Una vez más, el Pequeño Cottolengo Don Orione se lleva toda la atención por estos días con la tradicional venta de pastelitos, esos inigualables bocados deliciosos que año tras año son buscados por toda la ciudad.
Desde hace dos días, el grupo de Amigos de Don Orione, junto a la inestimable colaboración de unos 90 alumnos de distintos establecimientos educativos de la ciudad llevaron a cabo el armado, cocción y empaque de unas 2.500 docenas de pastelitos que serán distribuidos a partir del viernes al mediodía.
Las docenas de pastelitos se comercializan a cien pesos cada una. La entrega se realizará este jueves y viernes en la sede de Juan de Garay 2900.
Los pastelitos del Cottolengo son un verdadero éxito en ventas y un acontecimiento que la gente espera para colaborar con la institución y, a la vez, saborear un producto realmente exquisito.
"Chola" Romero y Luis Burdino son dos miembros de Amigos de Don Orione y en un alto en la tarea de armado de los pastelitos explicaron a LA VOZ DE SAN JUSTO que "el objetivo es recaudar fondos para el mantenimiento de las instalaciones del Pequeño Cottolengo Don Orione".
Además de los clientes fijos que tiene el Cottolengo para la venta de pastelitos, Burdino dijo que "siempre tenemos gente nueva que se agrega y pide los pastelitos del Cottolengo. Además de ser ricos, es una ayuda muy buena que hacen para el Cottolengo".
"El secreto es el almíbar"
"Chola" es una mujer que hace 30 años participa en la elaboración de los pastelitos del Cottolengo, su opinión es más que válida para explicar el secreto que tienen los pastelitos para ser tan ricos.
Sin dudarlo, la voluntaria aseguró que "el secreto es el almíbar. Yo soy la encargada del almíbar y lo hago siempre igual en todos estos años. Para esta cantidad de pastelitos hervimos 10 tachos de 60 litros de agua cada uno donde además en cada tacho pusimos 30 kilogramos de azúcar, es decir que hay que poner el doble de agua por la cantidad de azúcar. A eso le pusimos además unos 3 kilogramos de cáscaras de naranja, cáscaras de limón y kinotos enteros".
Comentó además que "el almíbar es lo primero que hicimos, antes de armar los pastelitos. Para la cocción del almíbar le pusimos 14 horas, siempre hirivendo y cuidándolo que no se vaya a volcar. Se tapa desde el principio y cuando empieza a hervir se destapa y se cuida que no se vuelque durante ese tiempo".
Por otra parte, Burdino comentó que "para el armado de los pastelitos intervienen unos 90 jóvenes de distintos colegios secundarios de la ciudad. Si no fuese por ellos no podríamos llevar a cabo este trabajo. Estimamos que en todo este proceso de armado y cocción de los pastelitos tomamos parte unas cien personas, más allá de aquellas que se dedicaron a la venta de las docenas".