El Museo de Ciencias Naturales
El bloque de concejales de Cambiemos presentó el proyecto en el cuerpo legislativo municipal. En sus fundamentos sostuvo que "desde el gobierno municipal se debería hacer un esfuerzo y ceder un lugar apropiado para que se pueda concretar este proyecto, que sin dudas servirá para la formación de las actuales y futuras generaciones sanfrancisqueñas".
Se conoció que el Concejo Deliberante de nuestra ciudad debatió un proyecto de resolución para que el Ejecutivo municipal brinde un espacio físico al Museo de Ciencias Naturales "Darío Yzurieta", entidad que ahora ha formado una comisión directiva y que desde hace años pugna por encontrar un sitio en el que funcionar.
La idea de este museo data de mucho tiempo y tiene en Carlos Marchisio a un impulsor permanente, quien sigue luchando por hacerla realidad aun cuando ha sufrido numerosos traspiés. Su obstinación en pos de un objetivo plausible ha determinado que el proyecto no muriese y que ahora vea con alguna esperanza la posibilidad de que se concrete.
El bloque de concejales de Cambiemos presentó el proyecto en el cuerpo legislativo municipal. En sus fundamentos sostuvo que "desde el gobierno municipal se debería hacer un esfuerzo y ceder un lugar apropiado para que se pueda concretar este proyecto, que sin dudas servirá para la formación de las actuales y futuras generaciones sanfrancisqueñas". "Queremos trabajar en conjunto con la municipalidad porque en realidad este museo no será otra cosa que una parte más del patrimonio de la ciudad y por ende creemos que sería muy bueno contar con el apoyo municipal", manifestó, por su parte, el impulsor de la idea.
En este marco, cabe recordar que a finales de 2011 el Museo de Ciencias Naturales anunció que cerraba definitivamente en virtud de no haber encontrado un espacio físico para desarrollar sus actividades. Había funcionado en un lugar prestado en Quebracho Herrado, pero no pudo continuar ocupándose ese sitio por lo que más mil piezas valiosas que atesora la colección y otros elementos que bien pueden pasar a formar parte del patrimonio natural y cultural de la ciudad y la región no tienen, desde entonces, un espacio donde exponerse debidamente.
Desde esta columna, así como lo hizo siempre con el gran proyecto del Archivo Gráfico y Museo Histórico, este diario ha apoyado la concreción del Museo de Ciencias Naturales. Por ejemplo, cuando se anunció el cierre, se afirmó que es "un síntoma negativo que un museo -sea de lo que sea- cierre definitivamente. Lo es en cualquier caso y también en éste. La colección acuñada por un amante de la naturaleza merecía tener un espacio físico en el que las nuevas generaciones pudieran conocer aspectos esenciales del ambiente de nuestra región y abrevar en las enseñanzas de un autodidacta que ha sido capaz de reunir material e información muy valiosa, hoy en riesgo de perderse definitivamente".
Y se sostuvo con énfasis que este suceso era también "una afrenta a la memoria de uno de los estudiosos de la fauna aviar más importantes que tuvo el país. Darío Yzurieta, desde nuestra provincia, fue un personaje singular. Investigó a las aves, escribió numerosos libros sobre ellas y sus investigaciones son hoy referentes en los centros educativos del país y del exterior".
A más de un lustro de aquella situación de cierre tan lamentable, la esperanza parece renacer y el Museo de Ciencias Naturales quizás ahora sí pueda ser una realidad para beneficio de todos los habitantes de San Francisco, en especial de sus nuevas generaciones.
Se habla mucho en estos tiempos de cuidado del ambiente y preservación de los ecosistemas, entre otros temas vinculados con la naturaleza. También se cuestiona con virulencia creciente a las personas que no son conscientes del cuidado del ambiente, no valoran la flora o agreden a los animales. Sin embargo, suena a hipocresía la falta de apoyo a la erección de un Museo de Ciencias Naturales cuya misión sería, además de albergar valiosa información sobre el hábitat y las especies que viven en la región, acrecentar aquella conciencia ecológica que tan fervientemente se defiende con el discurso.