El lunes comenzará el juicio por fatal asalto a Rolando Margaría
Tres jóvenes son juzgados por el robo seguido de homicidio del que fue víctima el empleado de Epec de 60 años, que sufrió una puñalada afuera de su casa de barrio Sáenz Peña y tras perseguir y entregar a los sospechosos, fue internado y falleció 10 días después.
El lunes comenzaron a ser juzgados los menores acusados por el robo seguido de homicidio de Rolando Margaría (60), ocurrido en julio de 2015 en nuestra ciudad.
El Juez de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y de Familia de San Francisco, Carlos Ignacio Viramonte reemplaza así a la jueza Esther Martínez, titular del Juzgado de Niñez, Juventud, Violencia Familiar y Penal Juvenil, quien se encuentra de licencia.
El abogado Rubén Caffaratta representa la familia de la víctima. La audiencia se podría extender por tres días, entre la toma de testimonios, alegatos y veredictos. Como al momento del hecho los tres imputados (J.A.G. defendido por el penalista Luis Moyano; A.M.S., por la asesora letrada Marcela Beccaría y R.A.S., por el abogado Mario Ruíz) tenían entre 15 y 17 años, la audiencia oral será privada, con la presencia únicamente de los acusados, sus abogados defensores, el magistrado y el fiscal acusante.
El hecho
Margaría, quien era empleado de Epec, fue asaltado el domingo 12 de julio de 2015 cuando retiraba su automóvil de la cochera de su domicilio, en la esquina de las calles Gerónimo del Barco y Panamá, en barrio Sáenz Peña, y falleció el 22 del mismo mes en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital "J. B. Iturraspe".
En circunstancias, fue abordado en la vía pública por tres adolescentes que justo iban caminando y le exigieron que les entregara todo el dinero que llevaba encima.
En medio del asalto, el hombre terminó apuñalado con un cuchillo de cocina en el abdomen. Ante esto, los ladrones escaparon corriendo.
A pesar del puntazo que acababa de recibir, Margaría caminó hasta donde estaba su vehículo, se subió y pudo perseguir a los delincuentes que escaparon corriendo hacia una vivienda ubicada a pocas cuadras de distancia.
La víctima alcanzó a pedir ayuda a la Policía y alertó respecto a dónde se habían ocultado los agresores.
Dos de los presuntos autores del delito, R.A.S. y A.M.S., permanecieron varios meses alojados en el Complejo Esperanza de la ciudad de Córdoba. Por otra parte, el único imputado que nunca estuvo detenido fue J.A.G.