El golf abrió sus puertas para convertirse en una oportunidad para los chicos
Más de 20 niños de distintos colegios públicos obtuvieron una beca completa para jugar al golf en 2019, en la escuelita del Jockey Club. La iniciativa nació del propio club con la implementación del deporte en las escuelas. Se busca una apertura social, dejando atrás la imagen elitista que tiene la actividad.
Un mate por aquí, otro por allá.
Sonrisas, charlas cómplices y aplausos para los pequeños golfistas. Desde
septiembre, en moto o pedaleando hasta 35 minutos cada sábado, mamás hacen lo
imposible para que sus hijos disfruten de las últimas clases del año de un
deporte que de a poco suma adeptos. El objetivo, además de divertirse, es
obtener su beca completa para el año próximo. Y 21 niños de quinto y sexto
grado de las escuelas Fava de Esteban, Julio Argentino Roca, Hipólito Bouchard,
Iturraspe, Núñez y Lucía Vaira de Aimetta, que obtuvieron la beca.
Se trata de una iniciativa que nació de la escuelita de golf del Jockey Club San Francisco, luego de la implementación del Programa Deporte Educativo Golf, destinado a insertar a niños de escuelas públicas en esta actividad que es medianamente nueva dentro de la curricula educativa.
La charla de las mamás son constantes y se muestran orgullosas de sus hijos. Consultadas sobre si alguna vez se imaginaron verlos jugar al golf, a coro respondieron enfáticamente que "no".
"Lo mejor que le puede haber pasado a mi hijo es que lo inviten a jugar al golf. Llegó entusiasmado a casa, con muchas ganas, pero le dije que iba a ser imposible. Sin embargo, cuando vimos que podía ser becado, no lo dudamos ni un momento y acá estamos para acompañarlo", dijo Norma, mamá de Mayco, de 10 años.
"Cuando me dijo que quería jugar al golf le dije que no, que no iba a poder pagarlo; pero esta beca le abre las puertas a un mundo distinto a mi hija", expresó Luciana, mamá de Morena, de 11 años.
A Norma la llena de alegría que a su hijo le guste tanto lo que hace. "Lo veo distinto. Mi marido y yo no tenemos trabajo y hubiera sido imposible traerlo", agregó.
Todas las mamás recalcan la importancia de que sus hijos hagan una actividad física diferente y al aire libre, lejos del televisor, de las tablets y los teléfonos celulares. "Los chicos salen del mundo en el que están metidos todo el día y se nota el cambio en su carácter. Mi hija está más tranquila y a la vez se muestra más sociable", aclaró Luciana.
"Los chicos se levantan los sábados, con ganas de venir y para nosotros que vivimos del otro lado de la ciudad, que nos den para disfrutar con ellos, nos hace sentir cómodas", señaló Soledad, mamá de Milagros, de 10 años.
Unidos
Carolina, acompaña desde hace un mes a sus hijos Alba y Maximiliano Andersch a las clases. Sus hijos no están becados pero resalta a las amistades que se consolidaron en el grupo. "El golf siempre estuvo presente en nuestra familia y sabemos cómo forma el carácter de una persona, sobre el respeto hacia al otro y eso me gusta mucho". A metros de ella su hija Alba completa: "Me gusta mucho jugar y estar al aire libre. Tengo muchos amigos", afirmó.
"Para mí que el club haya tenido esta iniciativa de sumar chicos de esta manera me llena de orgullo, porque nos enseñan otros valores y que es importante darle la posibilidad a aquellos que tal vez nunca podrían venir y que con el tiempo pueden convertirse en muy buenos jugadores", expresó María Paz Morano, de 13 años, que juega desde hace 6 al igual que su hermana Luz de 8.
"Estoy sorprendida por cómo integran a mi hijo, porque uno suele pensar que un chico de una escuela pública o de la periferia nunca va a tener una oportunidad de estas, y sin embargo, los tratan de igual manera", reflexionó Norma.
El campo de golf, algo más que un espacio deportivo
"Los chicos te pagan con sus ganas de venir"
La iniciativa nació del director de la escuelita de Golf Matías Amiune, junto a su colaborador Sebastián Carot, observando que toda la actividad que hacían los chicos en la escuela dentro del Programa Deporte Educativo Golf quedaba en las aulas. "Quedaban 8 clases cuando se nos ocurrió visitar las escuelas públicas que tenían el programa deportivo. Queríamos que se acerquen a conocer qué era el golf, dónde se juega, que sepan qué es", señaló Matías Amiune.
Para el profesor y su colaborador "esto lo hacemos porque nos nace, porque sentimos de hacerlo y ellos no nos pagan con dinero, sino con sus ganas de venir. Eso nos enorgullece, porque saber que vienen de tan lejos, con tantas dificultades pero con tantas ilusiones, te da ganas de salir adelante"
Ariel Morano, colaborador del campo de juego en el Jockey señaló que "el golf hoy busca una apertura social, dejando atrás la imagen elitista que tenía. Hoy, una cuota para las clases es igual a las de cualquier disciplina deportiva y se pueden conseguir los elementos para practicarlos. Además, esta es una buena manera para crear un semillero de talentosos golfistas en la ciudad", reflexionó.
"Para nosotros ver un campo del golf lleno de niños que disfrutan del deporte, acompañados de su familia, nos emociona y esperamos que el deporte se contagie en las próximas generaciones", concluyó.