El fonaudiólogo en la escuela: facilitador de la comunicación y la inclusión
La fonoaudiología se muestra como una disciplina cuyo trabajo se basa en la interrelación en el campo de la salud, la rehabilitación y la educación. Precisamente en ésta última, la educación, el trabajo del profesional representa un desafío que tiene como objetivo principal facilitar la comunicación en niños y jóvenes que por distintas patologías no pueden hacerlo y de esta manera lograr inclusión.
Hoy domingo 12 de mayo se celebra el
Día de la Fonoaudiología en conmemoración del aniversario de la
creación en el año 1948, de la primera entidad científica
Fonoaudiológica de la Argentina.
La disciplina nació en el siglo XVIII y debió recorrer un largo camino para llegar a lo que hoy se conoce como tal, modificó su objeto de estudio debatiéndose entre las ciencias médicas y las ciencias pedagógicas.
Con el crecimiento de la psicología y la pedagogía, su campo se fue extendiendo y asimismo nutriendo. En ese proceso también se fue enriqueciendo con el aporte de otras ciencias como la lingüística, ciencias tecnológicas, entre otras.
La licenciada en Fonaudiología Verónica Bovo, que trabaja en Apadim de nuestra ciudad explicó en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO el rol que cumple este profesional en el aula, en este caso en la educación especial.
Aseguró que actualmente el fonaudiólogo "tiene que hacer hincapié en hablar de comunicación y no de lenguaje, voz, de oralidad solamente. No podemos encasillarnos más porque sabemos que tenemos un abanico muy grande de posibilidades para facilitar la comunicación. El objetivo primordial es la observación permanente y exhaustiva de la comunicación".
Añadió que los profesionales se capacitan para brindar herramientas de comunicación alternativas a las que definió como "facilitadoras de alegrías, de autoestima, de un estímulo para el desarrollo vincular, para la modulación de las conductas".
Según afirmó Bovo, la mirada del fonaudiólogo es muy amplia, está en total relación con lo sensorial, la sensopercepción, propiocepción, lo postural, la congnición y hasta con la frustración que muchas veces manifiesta el alumno que no puede comunicarse.
"Es por ello que los abordajes deben definirse en forma conjunta con la docente y demás integrantes de cada equipo, teniendo una observación fina de las necesidades particulares de cada estudiante y así lograr facilitadores para su comunicación, esto le va a brindar la posibilidad de interacción entre sus pares y ampliar sus vínculos, autoestima y autonomía", explicó.
Destacó que el conocer las barreras que impiden en muchos de nuestros estudiantes una interacción comunicativa "ayuda a adaptar el contexto para poder aprovechar sus capacidades. Todos tenemos capacidades lo cual remite a potencialidades de cada sujeto".
Actividades alternativas como murga y arte también se incluyen en la tarea del fonaudiólogo
Imágenes, fotos y estímulos sensoriales
Bovo dijo que el objetivo es buscar sistemas alternativos y aumentativos de comunicación que se implementa con apoyo de imágenes, elementos concretos, fotos o todo estímulo o gesto que parte de la clave sensorial predominante del alumno para poder transmitir un mensaje, un pedido o una necesidad, deseo o emoción. Esa clave fundamental es la que también permitirá comprender un mensaje o una palabra.
"Esto les permite enfrentar la realidad en condiciones más favorables -dijo la fonoaudióloga-. A través de estos sistemas desarrollamos calendarios de anticipación personalizados donde podemos organizar la rutina diaria o semanal de cada estudiante, brindando seguridad en el proceso de cada abordaje en el día escolar. Además se trata de transmitirlo a las actividades de la vida diaria".
La fonoaudióloga destacó que ésta mirada amplia "es muy valiosa no solo en modalidad especial sino también en escuela de modalidad común. Es favorable para todos los ámbitos de la sociedad. Es una herramienta que nos compromete como fonaudiólogos y como docentes y como individuos para apostar a la inclusión".
Afirmó que la tarea de facilitar la comunicación implica coordinación de trabajo en equipo partiendo de la revisión de objetivos y acciones entre todos los integrantes del equipo institucional y así poder cubrir las demandas específicas según las necesidades de cada estudiante.
"Esta valoración se logra a través de acciones en grupo, reuniones períodicas con docentes y directivos y abordajes específicos en la participación de rutinas escolares, no dejamos de lado la intervención con familias y profesionales externos", dijo.
Fonoaudióloga, Verónica Bovo
¿Qué recursos que utilizan?
Aprender a través del cuerpo, del contacto, de las miradas, de lo afectivo, lo vincular y también a través de la tecnología son los objetivos que se persiguen en el ámbito escolar.
Al respecto Bovo explicó que es importante la implementación de terapias alternativas, arte y música. "En Apadim contamos con una murga, yoga adaptado, y otras terapias altenativas donde no dejemos de lado la interacción del individuo como ser subjetivo", dijo.
Agregó que en el caso de la tecnología, según como se utilice, puede convertirse en una herramienta interesante que también se puede aplicar con otros tipos de expresiones sin dejar de lado las relaciones interpersonales. Destacó que en este caso "se pueden aprovechar todos los recursos que brinda y es un estímulo muy grande para los niños y jóvenes en la actualidad".
Continuo aprendizaje
Bovo remarcó que trabajar en una institución escolar como fonaudióloga "es tener permanentes experiencias significativas y aprendizajes infinitos" y destacó la importancia de la capacitación permanente.
"Es fundamental capacitarnos permanentemente y estamos en el paso a paso, todavía hay un tiempo para seguir creciendo para que la sociedad en sí pueda tener acceso a mayor conocimiento y que sea algo naturalizado", finalizó.